El ritual de la silla en la vereda

Vecino en la veredaEl sol de la siesta invernal entibia la callecita de San Telmo. Entonces, el vecino saca su silla a la vereda y, con la tranquilidad que suelen dar los años, despliega su periódico comenzando así el ritual acostumbrado: llenar su habitual claringrilla

Es Don Héctor Margetíc (84 años), descendiente de aquellos belgas y croatas que también vinieron a poblar el país en épocas de la América promisoria.

En la charla, nos relata que su colegio secundario fue el Juan M. de Pueyrredón, donde tuvo al reconocido Profesor José Carlos Astolfi (Profesor en Letras – Historiador) como uno de sus maestros. Terminado ese ciclo, se embarcó como ayudante de cocina en un barco que lo llevó a recorrer el mundo y su facilidad en el aprendizaje de idiomas le permitió aprender inglés rápidamente.

Después de un tiempo y de otros oficios, ingresó en la empresa Aerolíneas Argentinas en el sector de carga y descarga, luego pasó a cajero de cargas y diez años después se presentó -en la misma empresa- a un examen de idiomas. Lo aprobó y se convirtió entonces en traductor de manuales técnicos e intérprete, hasta 1963.

Su vida afectiva se pobló de hijos y nietos. Actualmente acompaña a su mujer que atiende el kiosco que se encuentra junto a su casa, en Chile 547.

Sintética reseña para elogiar al vecino que, viniendo de otros tiempos, aún nos regala -como otrora- el recuerdo de la silla en la vereda y nada menos que a la par de las baldosas desparejas y la amada calle adoquinada.

                                                                                                          Lilita Vives

 

 

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