Las mesas en Pista Urbana

El local de Chacabuco al 800 -que brinda espectáculos y comida de autor-, atendido por sus dueños e incluso por quienes ayudaron a “poner el pie” en el lugar, albañiles ahora devenidos en mozos, fue una vieja colchonería.

Hay varias versiones de su origen. Dicen que era una colchonería, de las antiguas, donde se vendían colchones con relleno de lana, cardador y cosidos a mano. Cuando se instalaron, en el depósito encontraron muchos de ellos, además de huesos de vaca, una bañadera y algunas baldosas de antes.

Según cuentan, el dueño tenía dos empleadas y se enamoró perdidamente de una. La mujer murió muy joven y él siguió trabajando con la hermana. Lo que nunca sabremos es si también se enamoró de ella, pero sí que cuando murió, él se entristeció tanto que dejó el local y no quiso volver nunca más. Hay quienes opinan que está vivo y es muy muy viejito y otros que hay un descendiente. “Nos encanta fundar un lugar como este, sobre una historia de amor”, dice Mónica que se denomina “la dueña del establecimiento”.

Brindan shows de la talla de los de Rita Cortese, Liliana Vitale, Virginia Innocenti y la magia de ese lugar de cálida madera, lleno de objetos antiguos e imágenes de santos de todos los credos, radica en las relaciones humanas que se forman durante y después de cada espectáculo.

Cuando se llena, proponen unir las mesas y juntarse con otros. Aunque a veces esto es resistido, termina por generar lazos entre desconocidos que se convierten -en algunos casos- en amigos.

Puertas afuera procuran la relación con el teatro Margarita Xirgu, el bar El Refuerzo y la galería Vesco-Gorriarena, otros locales y vecinos en general. Para eso realizan movidas comunitarias en la cuadra.

En agosto, festejaron el Día de la Pachamama, en una ceremonia “inventada” de quemar cosas que no se quieren y encender deseos nuevos. Improvisaron un fogón con un brasero en una llanta de auto, que fue apagado por la policía. La segunda vez que intentaron disuadirlos, ellos amenazaron a la autoridad con “la venganza de la Pacha” y entonces les fue permitido hacer el fuego en la cuadra, debidamente controlado.

Las movidas incluyeron asados en chulengos, recibiendo a la primavera. La experiencia incluye ser parte de una familia. “Vengo a un bar y me voy de una fiesta de cumpleaños”, opinan los comensales.

Carolina López Scondras-Foto: Thom Dixon

 

 

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