La contaminación de los colectivos
Plumero y trapo húmedo
Después de un tiempo de no hacerlo, abrí primero las ventanas y luego los postigones de casa. El marco pintado de blanco estaba gris, más bien tirando a negro. ¿De qué se trataba?
A más de un año de haber leído una muy interesante nota de reclamo en un importante diario del barrio, la situación no se había modificado ni un ápice.
Me asomé y uno tras otro, sobre Perú, pasaban alineados, como encadenados entre sí, dos colectivos línea 28, un 24 y un rojo 126.
Pensé… lo mismo sucede sobre Bolívar, Chacabuco y Piedras. Nosotros, vecinos de San Telmo, seguimos teniendo un severo problema.
Estos corredores por donde circulan más de cuatro líneas de colectivos, ¿son parte de nuestra identidad? ¿Más que los chicos que salen de las escuelas sobre las veredas ya angostas, y las charlas que se silencian en las mesas de vereda de los bares, y los diálogos truncos de vecinos que van y vienen? No puede ni debe ser así.
Contaminación sonora y alta polución afectando a toda hora nuestra salud. Casi el 70% del monóxido de carbono que contiene el aire es producido por estas unidades de transporte público, con más de 13 años en circulación, sin ninguna mejora, con motores gasoleros, caños de escape abiertos y dimensiones fuera de proporción para nuestras angostas calles, sin posibilidad de giro en esquinas.
Ni proyectos de reforma de todo tipo, ni publicitadas acciones y operativos de los gobiernos de turno, ni notas periodísticas, ni multas archivadas cambiaron la dramática e impune situación.
¿Hasta cuándo?, ¿hasta cuándo seguiremos expuestos a este flagelo que día a día empeora nuestra calidad de vida y degrada nuestro espacio urbano? Por mi parte no quiero convivir más con esta constante e invisible contaminación.
Soluciones las hay. Si bien en lo general se hace necesario una planificación integral y un plan de manejo de tránsito y transporte, para nuestro barrio en particular -por formar parte del Casco Histórico y lo que ello implica- deberían contemplarse soluciones inmediatas. Podría ser: renovar la flota de colectivos, tal vez con coches de menor dimensión; motores híbridos; reducción de velocidades máximas. Todos cambios acompañados por un serio control preventivo y una sanción a los infractores.
En fin… muchachos, terminen el partido entre Gobierno de la Nación y Comuna; basta del juego del gran bonete salpicando responsabilidades.
Me hice de un plumero y un trapo húmedo, limpié las evidencias del reclamo y cerré mis postigones.
—Arq. Alberto Martínez