Atelier Espinosa
“Un colectivo de trabajo que se muestra”
El que pasó por la esquina de Cochabamba y Chacabuco en San Telmo, seguramente se habrá sentido atraído por ese negocio que asoma su “trompa”, drásticamente diferente al paisaje que lo rodea.
A nosotros también nos llamó la atención, porque en sus vidrieras se observa el trabajo de los artistas que muestran, con luces y colores, los diferentes diseños de sus obras. Pero para saber bien de qué se trata, hablamos con Luis Espinosa, el hacedor del lugar.
¿Quién inició el negocio?
En 1964 mi abuelo -Humberto Elías Espinosa- abrió una vidriería-marquería sobre la calle Chacabuco, acá a la vuelta. Eligió este lugar y después también nosotros, porque un tiempo vivimos en Quilmes, pero volvimos y estudié en el colegio Pueyrredón. En 1983 alquilamos esta esquina y pusimos una galería de arte que debe haber sido una de las primeras de la zona. Debido a la situación económica del país -en los años 90- seguimos solo con el taller, pero siempre nos quedó la idea de que al trabajo lo teníamos que mezclar con la galería y siempre pensé que esta esquina tenía que ser diferente.
Entonces…
Empecé a hacer vidrieras homenaje y se sumó primero mi hermano Pablo y después todo el resto. Empezamos con el Bicentenario, Spinetta… ahora no paran de agregarse artistas que quieren participar. También sucedió que la gente se paraba a fotografiarlas, porque se sorprendía. Además de llamarles la atención, no sabían qué tipo de negocio era, un bar o una galería o si se vendía lo expuesto. Una vidriera fueron barquitos de papel hechos a mano; la idea es que no tengan nada que ver con el vidrio, buscamos por otro lado, con colores, objetos y ello trajo a los artistas. Cuando pasaban las líneas de colectivos por acá, hubo gente que se bajó para sacarse fotos.
¿Qué hacen para organizar las presentaciones?
Se formó un grupo de arte que nos propone proyectos. Actualmente estamos con la Fundación Lebensohn y el Centro Cultural Tatá Timbó, que son las curadoras y le ponen una gran energía para seguir con esta movida. Hacemos una reunión con los artistas que intervienen y la vamos armando a su forma. El artista decide y lo hacemos juntos. Además, en cada inauguración entre todos elegimos una banda para que toque y acompañe la presentación.
¿Sos el líder del proyecto?
Cuando ponés un local sos el responsable de lo que querés que pase en el local. Y queríamos que vaya pasando esto y pasó. Soy el responsable pero también soy el ideólogo, los chicos se fueron sumandos, los artistas también y ya no tenemos límites.
Dentro del local me encargo de que se hagan y deshagan las cosas en el tiempo que dispusimos, de los cuadros y de cambiarle constantemente la cara. Como también me gusta pintar -no fui a estudiar ni soy un maestro, pero entiendo- voy viendo texturas, probando, mezclando para ver qué pasa. Por otro lado, están mis hermanos Pablo, Diego y Leandro -el más chico que vive en Quilmes, pero también está- y mi viejo -Jorge- que lleva la parte contable.
¿Cuánto tiempo dura cada exposición?
Cuarenta días. Vamos eligiendo de a cuatro artistas, tratamos que sean de diferentes zonas y que no se conozcan entre sí para que haya intercambio -incluso entre ellos- de formas, escuelas, etc. y hacemos el vernissage (tipo de recepción-celebración utilizado en eventos) e invitamos a todo el barrio porque queremos que la gente intervenga. De hecho, a veces traen alguna cosa para aportar porque les gusta que la esquina se mantenga con luces, pinturas, dibujos, fotos o lo que en ese momento produzcamos.
¿Se replica en otros lugares del barrio?
No queremos sacar el proyecto de esta esquina, pero nos han propuesto sumar otros. La idea es que el artista plástico pueda hacerlo en cualquier local y que no tenga que perder plata de sus ventas o pagar un espacio para poder mostrar lo que hace.
¿El artista vende su producción?
Sí y todo lo que recauda es para él. Algunos nos regalan una de sus obras, como agradecimiento, porque no les cobramos nada. Somos conscientes que artistas renombrados quieren venir a exponer acá. Nos da mucha alegría que gente como el fotógrafo RES (Raúl Eduardo Stolkiner); el director de cine/guionista Mauro López; la fotógrafa del rock de los años 90 Nora Lezano; el fotógrafo Alejandro Pi-Hué; Andrea Castaño, artista gráfica o la cantante de folclore Liliana Herrero, para nombrarte algunos, quieran estar en esta esquina. A veces no lo podemos creer.
¿Cuál es la reacción de los vecinos?
La gente me conoció en pañales, caminando entre los vidrios, saben quiénes somos y que formas tenemos. Somos amigos, no confrontamos con nadie. Siempre los invitamos y vemos que viene gente que no sale mucho pero que ese día se arregla para venir a la muestra, porque quieren estar. Es como una salida especial.
¿Cómo se entera la gente?
Por el facebook de Proyecto Espinosa y porque ya la mayoría sabe que una vez por mes algo pasa. Empiezan a ver movimiento y si no lo ven nos preguntan cuándo se hace la nueva presentación.
Ahora lo van a saber también por El Sol ¿Cuándo es la próxima?
El sábado 26 a las 20hs. y cerramos el año. En esa tocará mi banda de rock, Doña Pedra. Esos días la vidriería se transforma, desaparece todo lo que está a la vista. Aumentan las luces y la música, todo lo contrario a una galería de arte e invitamos a la gente con una bebida y algo de comer. No se cobra entrada ni consumición, solo tienen que venir para que todos compartamos esta movida cultural-artística.
¿Hay que reservar el lugar?
No, el lugar es la vereda, el local, los bancos de la puerta, el árbol o la pared donde algunos se apoyan. Nadie tiene que pagar nada, nosotros le ofrecemos al barrio todo lo que hacemos.
¿Qué te parece San Telmo, hoy? ¿Los turistas pasan por acá?
Lo veo bien o sea lo nuestro es muy distinto a lo que hay. Este es el barrio del arte y cada uno se maneja como quiere, con galerías, negocios dentro de los bares; no está mal. Pero San Telmo no es solo la Plaza Dorrego, para nosotros es Cochabamba y Chacabuco y para los vecinos, para la gente bohemia a la que le gusta el arte se lo ofrecemos y responden.
Por otro lado, en estos últimos años veo que se convirtió en un barrio muy gastronómico, mucho barcito, mucho restaurante y se perdieron cosas que lo diferenciaban, pero también uno no puede ponerse en contra de lo que viene.
Como se describe en el catálogo de arte impreso, que contiene parte de las obras expuestas en el Atelier Espinosa, el proyecto es: “El resultado no es una muestra colectiva, sino un colectivo de trabajo que muestra. Es una manera de hacer, una red de contención que potencia al conjunto”.
En el rato que estuvimos conversando, entraron varios clientes-amigos para retirar sus cuadros enmarcados o buscar algo que necesitaban y que Luis -excusándose en la entrevista- fue a conseguirlo, para luego decir: “No te preocupes, después me lo pagás”. Mostró, en ese detalle, que su generosidad no es solo con los artistas que convoca y pensé: ¿Estaré en el 2016 o habré retrocedido en el tiempo, recuperando otros códigos de solidaridad y confianza vecinal?
f: atelier espinosa / proyecto espinosa
Cochabamba 700 – CABA
Tel.: 4362 5098
Texto:Isabel Bláser/ Foto: Hugo Del Pozo