Los monumentos también sufren
Buenos Aires, es una ciudad colmada de monumentos. Tales obras de arte se hallan -en su mayoría- emplazadas a la intemperie, por lo tanto sufren los embates del tiempo. Por su importante valor material y cultural deberían mantenerse a resguardo y conservarse, ejerciendo en ellas tareas de mantenimiento a cargo de entendidos en la materia. Hay un área del GCBA que se encarga de estos trabajos, es el Departamento de Monumentos y Obras de Arte (MOA) que depende de la Dirección General de Espacios Verdes.
Como especialista en estos temas, pongo como ejemplo -aunque no tengamos la suerte de que esté en San Telmo- el tótem donado hace poco tiempo por una tribu autóctona de Canadá. Esta pieza, de gran calidad en su factura, está reemplazando a otra que -en el pasado- también fue donada a la ciudad y emplazada detrás de la Torre de los Ingleses, en el mismo espacio donde se encuentra la actual obra escultórica.
El Tótem histórico, por falta de mantenimiento, se arruinó completamente abandonado en un depósito. Habría sido tallado por el padre, del que esculpió esta nueva obra y que incluso -si al lector le interesa- puede verse un documental en internet, que trata de esta experiencia entre los dos pueblos.
Ahora bien, al visitar por primera vez esta nueva obra note con asombro su prematuro deterioro (rajaduras, telas de araña, resequedad de la madera, etc.), en contraste con los cuidadosos detalles ejercidos por manos maestras de las hachuelas, que marcan los rasgos de la cultura de un pueblo. De no ejercer una pronta intervención, el monumento pasará a correr la misma suerte que el anterior.
Me pregunto si no debemos cambiar nuestra manera de actuar, alzando la voz para que los que nos gobiernan actúen en cada caso que sea necesario, porque es recurrente observar la inercia. Por todo esto, les ruego a las autoridades de la Cultura, desde mi condición de ciudadano, que se encarguen de estas obras de arte, entendiendo que la mejor manera de cuidarlas es ejerciendo el derecho sobre ellas que tenemos todos. Porque es nuestro patrimonio y nos pertenece tanto como a los gobernantes, que tienen la obligación de actuar en consecuencia. Para eso los elegimos.
Federico Poncerini
Federico Poncerini, estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes, en el área Escultura y realizó diferentes cursos sobre restauración de piedra, mantenimiento de edificios, estucos artesanales, talla en piedra, etc.
Ha realizado, en Independencia 331 – CABA, restauración de estructuras de 20 balcones / Defensa 530-540 – CABA, restauración integral de la fachada que data del año 1897 /restauración del ángel y conjunto escultórico del frontón del peristilo del cementerio de la Chacarita -Guzmán 680, CABA-, situados en la entrada principal / reposición de ornamentos ménsulas y balaustres de edificio en Defensa esq. Humberto Primo, CABA / restauración de: Café Margot, La Poesía, Miramar, Kirie Pop; entre muchos otros. (www.federicoponcerini.com.ar).