Imagen: El Mercado de San Telmo, una mañana cualquiera

Foto: Alicia Segal

Foto: Alicia Segal

Los ayudantes preparan las piezas de carne que, impecables, son expuestas sobre los mármoles del puesto.
Queda la última tarea: cortar, con unos cuchillos que parecen bisturís y la habilidad de un cirujano, el trozo
pedido. La satisfacción de la clienta es evidente. La del carnicero también.

–Foto y texto: Alicia Segal

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