Un CeSAC que destila historia

El Centro de Salud y Acción Comunitaria N° 15 del barrio de San Telmo -ubicado en Humberto Primo 470, CABA- necesita una ampliación edilicia para seguir brindando la atención de excelencia que realiza desde hace años.

Es otro sábado otoñal de mayo. Son las tres de la tarde y me dirijo al Bar y Pizzería Mi Tío, ubicado en el cruce de las calles Defensa y Estados Unidos -CABA-. Voy al encuentro de María Elena Folini -Directora del CeSAC N°15-. El Centro se está movilizando, junto con otras instituciones, organizaciones sociales, políticas y vecinos del barrio, ante la necesidad de ampliar sus instalaciones. Entre todos, conforman la Mesa Comunitaria de Salud y Educación Comuna 1 que -el sábado 10 de junio a las 15 horas en Humberto Primo 470, CABA- realizará un festival por la ampliación del Centro y la construcción de una escuela infantil en el Predio del Ex PADELAI.

Producido el encuentro, le pido a María Elena que nos cuente -brevemente- su trayectoria profesional.

Soy médica, con formación en gestión y políticas de salud. Ingresé al CeSAC N°15, como pediatra, cuando se abrió en 1990. En 2004 concursé el cargo de Jefa de Unidad, lo gané y a partir de ese momento -hace más de diez años- soy la responsable del mismo. Es un muy buen equipo de trabajo conformado por alrededor de cincuenta trabajadores de planta permanente y otros cincuenta en formación de diversas disciplinas, como lo exige la atención primaria: enfermeros generalistas, psicólogos, psiquiatras, psicopedagogos, nutricionistas, ginecólogos, pediatras, médicos de familia, clínicos, sociólogos, antropólogos, odontólogos, trabajadores sociales.

¿Cómo surge el CeSAC N°15?

En los años 50 el edificio fue donado por la familia Picardo y había comenzado a funcionar como un Centro de Puericultura. Luego, durante aproximadamente diez años, funcionó el Centro de Salud Mental N° 2 que contaba con especialistas solo en esa área. Pero, en la década del 90, los vecinos solicitaron a las autoridades que ese lugar se convirtiera en un Centro polivalente. En realidad, fue la población del Ex PADELAI la que luchó por esa ampliación: de Centro de Salud Mental a Centro Polivalente. El Ex PADELAI era más fuerte en ese momento, porque estaban instaladas, de manera estable, quinientas familias.

Y esa población, que vivía a una cuadra, fue la primera en solicitar la creación del Centro, exigiendo que se cumplieran sus derechos a la salud y a la vivienda, que ellos mismos estaban construyendo.

Muchísima gente. Era increíble entrar ahí. Yo, que recién ingresaba, no sabía que era posible en un edificio abandonado hacer esa cantidad de privacidades. Y ahí entendí que el sentido de la vivienda, el más importante, es la intimidad. Porque me daba cuenta que ellos, aunque fuera con una cortina y un cartón, armaban sus casas en ese enorme salón que había tenido el Patronato de la Infancia. Después, los que vivían en las habitaciones, lógicamente, tenían mayores comodidades; les hacían entrepisos, las dividían en cuatro. Esa inmensa cantidad de población necesitaba un Centro de Salud y así se funda el CeSAC N°15 -Centro de Salud y Acción Comunitaria-, más o menos con las especialidades que tenemos actualmente.

¿Qué significa para vos, como profesional?

Más allá de lo que te contaba, para mi significó tener una mirada mucho más amplia de mi profesión; integrar los problemas que la gente tiene. Un CeSAC es un primer nivel de atención, esto quiere decir el escalón al que una familia -aunque sea una persona sola, nosotros la consideramos familia- accede. Y es una familia insertada en un barrio. Empezar en el Centro cuando tenía casi diez años de profesión, me permitió darle lugar a lo que mi experiencia me decía que faltaba y eso era: mirar integralmente a la familia que ingresa.

¿Qué importancia tiene para el barrio?

En este momento, porque eso fue también una construcción, creo que la salita es un lugar de confianza. Me parece que esa es la palabra que mejor la resume. Porque uno puede decir también: es un lugar que vacuna o que coloca métodos anticonceptivos, pero es mucho más que eso. El CeSAC tiene un equipo de Consejería que asesora en los momentos de pre y post aborto; es un Programa que existe en la Ciudad, pero muy pocos lo utilizan. Tiene en cuenta el momento en que una familia está o cree estar embarazada o está asustada por ese motivo y necesita poder confiar en alguien que la ayude a decidir. No siempre el embarazo se produce en una familia o en una pareja que tiene las condiciones dadas para tomarlo con alegría. Muchas veces se vive como un problema. Entonces ese “problema” es tomado y develado en la Consejería pre y post aborto. Nosotros no podemos intervenir en la interrupción del embarazo, porque no está aún legalizado, pero sí ayudar a esa persona o a esa familia para que tome la decisión más saludable. Que no caiga en manos de una práctica riesgosa, que lleve a la madre a la muerte. El Programa surge porque la mortalidad materna -por causas evitables- es altísima en la Argentina. Hace un mes murió una chica de 20 años, en el barrio Rodrigo Bueno, porque se colocó perejil. Y, sinceramente, que actualmente nos pasen estas cosas en plena Ciudad de Buenos Aires, es para que dupliquemos los esfuerzos. Por otro lado, este Programa no podría existir si la persona no tuviera la confianza plena en que nadie le va a comunicar a su pareja o a su madre lo que sucede, si ella no lo desea. Pero es un ejemplo de los Programas que hay en el Centro.

¿Quiénes se atienden en el CeSAC de San Telmo?

Los dos grupos poblacionales característicos son: Personas de casas comunitarias -sean tomadas, hoteles, hostels, inquilinatos y, gente en situación de calle.

El barrio Rodrigo Bueno, con el cual el Centro también trabaja, es un asentamiento con características de villa en el que hay casas con baño y cocina. Mientras que las casas comunitarias son generalmente habitaciones en donde se comparten el baño y la cocina. Entonces, de hecho, ya hay hacinamiento y esta es la característica que los ubica por debajo de la línea de pobreza, aunque tengan un ingreso importante ya que allí viven muchachos que estudian en la universidad, chicos que están en el secundario o personas que tiene trabajo.

Entonces ¿Cuál es su área de cobertura?

Tenemos un área de cobertura de cien manzanas, que está limitada por cuatro calles: Belgrano, 9 de Julio/Bernardo de Irigoyen, Paseo Colón y el Parque Lezama, con la calle Martín García. Luego se agregó la población del barrio Rodrigo Bueno, que está muy por fuera de esos límites. Priorizamos esta población para incluirla en nuestros Programas, por ejemplo: “No solo leche” y la restricción tiene que ver con la cantidad de insumos. El CeSAC tiene, por ejemplo, los DIU para colocar y las vacunas y los utilizamos preferentemente para las personas que vivan, trabajen o vayan a la escuela dentro del área de cobertura.

¿Cuántos Centros como este hay en la Comuna 1?

La Comuna 1 no tiene hospital y el único Centro de Salud es el nuestro. Nosotros dependemos del Hospital Argerich y aunque estamos ubicados en la Comuna 1, en realidad la dependencia nuestra es de la Comuna 4, porque el Hospital Argerich pertenece a ella. Lo que sucedió es que la división en Comunas fue posterior a la creación del CeSAC.

¿Es suficiente la cantidad que existen en la zona? Me refiero a las Comunas 1 y 4.

Hay sectores que son “blancos”, así les decimos a los que les faltaría un Centro. Por ejemplo, el Microcentro de la ciudad no tiene. En un momento al nuestro se le había asignado un área de cobertura que llegaba hasta la calle Corrientes, pero eso -finalmente- no funcionó así. El área del Hospital Ramos Mejía tiene un solo CeSAC y, muchas veces, recibimos gente del Ramos o sea de la 9 de Julio hacia Congreso/Once, porque le queda accesible, entonces tenemos que buscar el efector que le corresponde y no es tan fácil encontrarlos.

Hay muchísimas zonas “blancas” en la Ciudad de Buenos Aires que necesitarían por lo menos uno. Porque en realidad -y esto es muy importante tenerlo en cuenta- la modalidad de atención primaria requiere regionalización, que haya efectores de primero, segundo y tercer nivel. Si no, uno se maneja como en una isla y esa es una falencia del CeSAC, ya que tenemos toda una modalidad de atención para la cual deberíamos tener una relación mucho más directa con efectores del segundo y tercer nivel; es decir, todo lo que se refiere -por ejemplo- a prótesis, rehabilitación, kinesiología. El Hospital Argerich no alcanza para esa demanda. En este sentido, esa regionalización no tiene una planificación estratégica.

El CeSAC nació en los años 90 ¿Varió el número de personas que se atiende y de profesionales que trabajan en él?

Habrá unos diez profesionales más, pero no se duplicó. Tenía una dotación establecida y más o menos se mantuvo. Por otro lado, el espacio físico del CeSAC es reducido y por eso ahora necesitamos ampliarlo, porque lo que sí se multiplicó es la población ya que, la que originalmente empezó a venir ahora son personas cercanas a la tercera edad y sus hijos jóvenes traen también a los suyos y nosotros recibimos a todos. Así que se multiplica la población y necesitamos más espacio.

¿A qué creés que se debe este incremento de la población?

Nosotros estamos hace años y han pasado muchas cosas en este país. Pasó el 2001… (silencio). Ha habido momentos en que la caja de leche era la comida (dice con la voz entrecortada por la emoción del recuerdo). La gente estaba enloquecida por la caja de leche y nos da miedo que eso vuelva a pasar. La gente se queda sin obra social y la atendemos, aunque -en realidad- también atendemos mucha gente que la tiene, pero se siente mejor atendida en el Centro porque los equipos de trabajo no son comunes en las obras sociales y en el CeSAC tenemos una forma muy humana de trabajar. Muy integral, digamos de atender las problemáticas que se mezclan. Porque, como médico, uno sale de la Facultad con una formación que va como de arriba hacia abajo y la gente atraviesa esas disciplinas. Atraviesa al médico, al psicólogo, al psiquiatra, al trabajador social, al psicopedagogo, al enfermero. Viene a vacunarse y le dice a la enfermera: “Necesito método, ¿No tiene pastillas?” Porque la gente atraviesa a la metodología, con sus problemas. Así que el Centro crece cuando crece la problemática social, cuando la gente se queda sin trabajo, cuando empieza a aumentar la gente en la calle, cuando empieza a faltar la comida… (vuelve a conmoverse).

¿En qué situación se encuentra actualmente el Centro a tu cargo?

Estamos notando que el edificio, que ha sido tan noble con nosotros y que tanto queremos, nos está quedando chico y está muy deteriorado porque es un edificio antiguo: no tiene rampa de acceso, no tiene salida de emergencia. En este momento tenemos muchos problemas con la conexión eléctrica, porque como se han instalado computadoras, aires acondicionados, diferentes aparatos médicos, la electricidad se ha sobrecargado. Incluso los baños están siendo insuficientes. Entonces, para las actividades que hacemos -que cada vez son más, porque la población crece e intentamos darle respuestas grupales para que más gente pueda acceder- necesitamos espacios más grandes.

Así que uno de los objetivos de este año 2017 es poder ampliar nuestro edificio, pensando en que tenga: un área recreativa, un salón de usos múltiples, espacios verdes, buena iluminación, que podamos hacer los talleres en lugares más cómodos, que la población pueda acceder y saber que -además de encontrar al profesional de salud- va a tener una plaza o un lugar de esparcimiento.

Además, el barrio necesita que se construya otra escuela infantil ¡Que -incluso- podría ser aprovechada por los profesionales del CeSAC!

¿Entonces, qué pedirías?

Por todo lo que te dije antes, solicitamos la ampliación del CeSAC en el predio del Ex-PADELAI. Nos unen lazos muy profundos con ese territorio que, desgraciadamente, ya no tiene a su población. No es lo mismo trabajar en cualquier lugar. No es lo mismo una pared que otra. A veces decimos que nuestro CeSAC destila historia. Pero también el barrio destila historia. Así que, en cierto modo, es en agradecimiento a ellos, a los habitantes del Ex PADELAI quienes consiguieron en su momento nuestro Centro de Salud, con el sentimiento de que vamos a ser un mejor CeSAC si logramos instalarnos allí.

Así finaliza María Elena esta nota, con sus ojos húmedos pero llenos de esperanza.

 

Por la importancia que para San Telmo tiene el Ex PADELAI y su gente, hablamos con Johanna Romero (29) un@ de l@s jóvenes que nació y se crió en “El Patro” y se atendió y atiende en “La Salita”: “Tengo un amor especial por la Dra. María Elena Folini. Fue mi pediatra y la de mis ocho hermanos. Me vio crecer, me vio embarazada y vio a mi primer hijo nacer. Siempre tuve obra social, pero cuando se trataba de salud recurría a La Salita porque me sentía contenida y me daba esa confianza que las clínicas de las obras sociales no te dan. No sé si la Doctora se acordará de mí, pero yo no me olvidó lo mucho que ella y esa Salita brindaron a nuestra familia. Como ex habitante del Ex PADELAI, me encantaría que La Salita funcione en el lugar donde nací y puedan darles a otros toTexto y foto:Anahí Cunselmo          do lo que me brindaron a mí. Realmente es una genia esa Doctora. Es más que una pediatra para nosotros. Y me gustaría que todos supieran que el lugar, es más que una ‘Salita’”.

            Texto y foto: Anahí Cunselmo

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