Editorial y mensaje de la directora
El espacio de encuentro y la importancia de participar en su preservación
Con este número del Sol de San Telmo cerramos el 2009 y le damos bienvenida al 2010. Como ha sido tradición en nuestros dos años y pico de publicación, dedicamos un espacio a dos cosas en el número de fin de año: una es el tema de los cambios socioeconómicos y culturales debidos principalmente al fenómeno del turismo y sus acompañantes booms comerciales, inmobiliarias, y culturales. Y la otra son los sentimientos personales de nuestros colaboradores— tanto vecinos antiguos como recientes—con respecto a este nuevo panorama. Este número suele tener un tono más personal y reflexivo que otros, y se trata más de la emoción y la vida interna de los habitantes del barrio que de la actualidad en sus acontecimientos.
En este número surgió una temática a través de las notas, las conversaciones y el evento que ayudamos a organizar para terminar el año—esa temática es la idea del encuentro. El barrio como un lugar de encuentro entre muchas culturas, intereses y realidades diferentes, y hoy como un momento de encuentro entre distintas visiones y posibilidades para su
identidad colectiva.
Las primeras notas presentan algunas perspectivas sobre el turismo en San Telmo como un motor de transformación en la fisionomía, economía y ambiente social del barrio. Todos reconocen el impacto de los cambios sobre los lazos sociales y la vida cotidiana de los vecinos. También reconocen la necesidad de encontrar una manera de canalizar este fenómeno antes que haga un daño irreversible al tejido y a la diversidad social de la comunidad, siendo ésta gran parte de su valor tanto para el turista como para el patrimonio cultural de la Ciudad.
Las notas siguientes notas exponen algunas de las vivencias personales de gente del barrio frente a las preguntas: ¿qué es lo que hay que preservar en San Telmo para que no se convierte en una escenografía vacía? Y ¿qué tipo de turismo queremos para San Telmo? Como verán, lo que salió del corazón-tintero de nuestros colaboradores en general respondía más a la primera pregunta, un hecho que nos hace pensar que preservar los lazos sociales y el ambiente familiar del barrio nos importa más que la industria turística en si mismo. Lo que añoran los vecinos más experimentados no es tan distinto a lo que vienen buscando los más recientes: comunidad, conexión, confianza, intimidad.
Esto fue comprobado en un experimento que llevamos a cabo con la colllaboración de otras 26 organizaciones en La Gran Mateada Barrial, el 28 de noviembre de 2009 (ver nota página 7). El evento tenía un propósito muy sencillo: encontrarnos y conocernos como vecinos en la plaza para compartir un mate, y sabíamos que su éxito dependería de la voluntad del vecindario de participar en semejante propuesta. El resultado de esa tarde fue una grata sorpresa y una legitimación de esta idea de necesitar proteger y preservar la cohesión social que ha sido un tesoro de San Temo hace mucho tiempo.
Como encuentro social demostró también cómo muchas personas diferentes pueden convergir en un espacio imaginario y sentimental además de físico: el centro abierto del barrio, en este caso el espacio público de la Plaza Dorrego.
Para terminar, quisiéramos remarcar algo que el Arq. Jorge Bozzano menciona en
nuestra entrevista con él (ver página 3): la importancia de la participación de los vecinos en construir su futuro. Es algo que ha sido plasmado en nuestras páginas desde su inicio—desde la invitación de nuestra contratapa hasta las notas mismas, que incluyen muchas contribuciones no solicitadas—y que no nos cansamos de exponer en los editoriales y convocatorias de nuestra redacción. Si nosotros, los vecinos de San Telmo y el Casco Histórico, no tomamos una parte en la conversación sobre su destino, será un destino definido por intereses ajenos al barrio—intereses que son cada vez más numerosos desde su
“revalorización”.
Lo bueno es que hay muchas maneras de participar, y nuestro periódico es sólo un canal dentro de un abanico variado y rico de iniciativas y organizaciones que apuntan a mejorar y acompañar San Telmo a buen puerto. En la última página de este número, les ofrecemos un ejercicio divertido para participar en la definición de “lo mejor de San Telmo”. Este voto comunitario, cuyos resultados publicaremos en el número siguiente, es en realidad una manera de reflexionar sobre los espacios, personas, y características del barrio que cada uno de nosotros quiere celebrar y preservar.
¡Felices Fiestas y buen Año Nuevo!
—Catherine Mariko Black