Lo mejor de San Telmo: espacios
Mejor vidriera: en esta categoría hubo mucha concordancia, porque las vidrieras de L’ago ya son una institución artística en sí. Fue uno de los primeros locales de la calle Defensa (al 900) que salió del rubro de antigüedades y logro instalar el circuito de diseño en San Telmo y su vidriera siempre reúne muebles, objetos e iluminación en un cuadro a veces hermoso, a veces extraño, y siempre original.
Cuadra más linda: en general mencionaron calles más que cuadras, pero las que salieron delante de las demás fueron Balcarce entre Independencia y San Juan, y la calle Defensa hasta Brasil. Concluimos que eligieron Balcarce por su tranquilidad, ausencia de transporte público, y mayor grado de preservación arquitectónica. Y Defensa por sus negocios brillantes y fachadas antiguas.
Cúpula más linda: sin sorpresas, las cúpulas azules con estrellas de oro de la Iglesia Ortodoxa Rusa fueron elegidas por encima de las demás, aunque hubo mención de la Iglesia de San Pedro Telmo y de la cúpula medio golpeada de la esquina de EEUU y Bolívar.
Mejor mural/graffiti/arte callejero: la variedad de obras mencionadas en esta categoría muestra una gran apreciación por el arte público. Las que más se destacaron fueron: un proyecto colectivo en la calle Perú entre Chile y México (un gato con ojos de farolas); los murales del Pasaje San Lorenzo y las obras del artista callejero chileno “elodio”, sobre todo uno en Perú y Humberto Primo.
Mejor espacio verde: Parque Lezama llevó este reconocimiento casi sin competencia… probablemente por ser, como nos aclaró un lector, “el único que hay”. Más razón para impulsar proyectos de recuperación y mejor cuidado del parque, que parece haber perdido su lugar en la lista de proyectos de restauración para el Bicentenario.