“Tratamos de visibilizar a los marginados por la sociedad”

Manuel Fanego, artista todo terreno.

En él confluyen varios talentos. Entre ellos: el musical, que heredó de su bisabuela, Haydeé Zurrueta, concertista de piano con quien aprendió a tocar ese instrumento a los 5 años; el actoral, que descubrió recién a los 28 cuando hizo un curso de clown con Guillermo Agelelli y, tal vez el más importante, el llamado “don de gente”. Manu -como le dicen sus amigos- es una persona solidaria, que sabe ponerse en el lugar del que sufre y abrir su corazón sin temor a equivocarse.

Debutó en 2008 cuando se repuso la obra “A propósito de la duda” pieza, estrenada en 2001, que marcó el inicio de Teatro x la Identidad, ciclo gratuito de obras cortas que impulsó su padre, el reconocido actor Daniel Fanego.

En 2010 se unió a sus compañeros Sebastián Godoy, Julián Lucero, Pablo Fusco, Tincho Lups y Sebastián Furman para formar la compañía teatral Los Bla, Bla, que funciona como cooperativa independiente. “Somos cinco actores y un pianista, más la séptima integrante, Maribel Villarosa, que hace las veces de manager, asistente y productora. Nos organiza a todos”, señala Manu. Desde hace diez años, Los Bla, Bla se presenta todos los domingos en el teatro Mandril, otra cooperativa que reúne a 20 personas.

El actor, de ojos verdes, viene de protagonizar la obra “Princesa del futuro” -sobre la primera niña trans argentina que tuvo su DNI con el nombre elegido-, en el teatro Margarita Xirgu (Chacabuco 875, CABA). Escrita y dirigida por Paula Cancela, la pieza -que se presentó en octubre-, contó con la actuación de Manuel y la música compuesta e interpretada en vivo por Sebastián Furman.

“Con Paula (Cancela) venimos trabajando hace cuatro años. Ella escribió otras obras con perspectiva de género que abordan la temática de Princesas de Disney, intentando deconstruir ese mensaje”, cuenta el actor -en su casa de San Telmo- mientras ofrece una limonada recién hecha.

“Para su tesis, Cancela escribió el ensayo ‘Sobre el temor que me da ser una princesa’, una obra que hablaba de una trans basada en el personaje mítico de Casandra”, comenta Fanego, que siente como propia la misión de visibilizar la realidad de las travestis (y los diversos géneros) que son marginadas por sus propias familias y, generalmente, empujadas a la prostitución. “Su promedio de vida es de solo 35 o 40 años” agrega, al tiempo que destaca a personajes como Nati Menstrual, Susy Shock y Marlene Wayar, trans que pueden dar cátedra sobre la diversidad de género. “De hecho, Sasa Testa escribió el libro Soy Sabrina, soy Santiago, sobre el ‘género fluido’”, afirma el actor -oriundo de Villa Martelli-, quien llegó al barrio en 2011 cuando le alquiló a un amigo una habitación en la casa de la calle Perú al 500, donde todavía habita.

Durante la charla, confiesa que sufrió bullying en carne propia por tener ‘cara de nena’. “Entre los 11 y los 13 años me ‘tomaron de punto’ y por eso la pasé tan mal que me daba miedo salir a la calle. Y luego, en la secundaria, también me cargaban por ser ‘hijo de famoso’. Encima no era muy bueno jugando al fútbol (no casualmente considerado ‘pasión de multitudes’), lo que implicaba no ser aceptado. Por todo eso entiendo lo injusto de la estigmatización por la apariencia”, destaca Fanego.

“De todos modos ahora hay más apertura y esto tiene que ver con la lucha de los despreciados por la sociedad. Sé que hay personas que, luego de los recortes presupuestarios que afectaron al programa Educación Sexual Integral (ESI) en los colegios, lo están haciendo igual, ad honorem”, resalta Manu.

Actualmente está actuando en la obra Enorbabo, intriga político-teatral, escrita por Alejandro Acobino, escritor y dramaturgo independiente, ya fallecido, “validado” por primera vez en un teatro público como el Cervantes. La pieza -que cuenta en tono de comedia la vida de Nerón- está interpretada por Pablo Fusco (en el rol protagónico), Osqui Gusmán (Actticus, su esclavo y el narrador), Manu Fanego (que hace tres papeles: Sphorus -el amante de Nerón-, un guardia y Otón), Pablo Seijo (Séneca), Fernando Migueles (Burrus), Javier Lorenzo (Petronio) y Leticia González de Lellis (Agripina y Popea).

“La obra -dirigida por Osqui Guzmán- no está anclada en Roma, sino que está extrapolada. En este contexto puede tener resonancia con lo que está pasando actualmente con los movimientos políticos”, explica el actor, quien rescata al emperador, desde un lugar más feliz que el que le dejó la historia. “En general se lo conoce por haber quemado la ciudad, pero también fue un gran apasionado del teatro; de hecho él quería ser actor”, agrega Manu. Enorbabo seguirá hasta el 9 de diciembre, de jueves a domingos a las 21, en la sala Orestes Caviglia del teatro Cervantes.

Antes de despedirnos, le pregunto por qué elige San Telmo para vivir. “Lo que más me gusta del barrio es el movimiento de gente, la cantidad de opciones que hay para salir a tomar una cerveza, la arquitectura, que sea histórico y la autenticidad”, concluye.

Texto y foto: Diana Rodríguez

 

 

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