Jazz & Pop, mítico espacio cultural de San Telmo
Jean Paul Sartre dijo alguna vez que “El jazz es como las bananas: debe consumirse en el lugar en donde se produce”. Con esa premisa, los directores Cristina Marron Mantiñan y Salvador Savarese filmaron el documental sobre el mítico espacio Jazz & Pop, que estaba ubicado en Chacabuco 508, CABA.
El club fue fundado por los músicos Jorge “Negro” González, Néstor Astarita y Gustavo Alessio el 6 de abril de 1978, en plena dictadura militar. El histórico boliche funcionó como un refugio para artistas, músicos y amantes del género. Era una cita obligada para los jazzeros de Buenos Aires: allí convivían grandes músicos como Dino Saluzzi, Litto Nebbia, Walter Malosetti o Baby López Furst, con artistas internacionales de la talla de Hermeto Pascoal, Chick Corea o Gilberto Gil, así como también ilustres desconocidos que tocaban bien: todos movidos por la libertad que implica una zapada de jazz, con su cuota de improvisación.
González (contrabajista) y Astarita (baterista) se encargaban de la programación de jazz, mientras que Alessio (ex integrante de Los Náufragos) convocaba a otros artistas por fuera del género como Rubén Rada, Luca Prodan, Celeste Carballo o Federico Peralta Ramos.
Como en su momento lo fueron otros reductos cercanos -como el Parakultural o Cemento-, Jazz & Pop era un punto de encuentro abierto a la experimentación y al disfrute, lo que implicaba una bocanada de aire fresco en medio de un país oprimido por la censura de la época.
Según Litto Nebbia, «Durante los años de fuego, ese fue el único lugar donde pasaba algo musicalmente interesante». En un reportaje, realizado por el historiador Sergio Pujol, Néstor Astarita declaró: “Fue una experiencia hermosa, en un momento terrible. Para que te des una idea: el día de la inauguración mataron al músico y periodista Eduardo Blasco. Lo asesinó un policía de la Federal, que había ido con un compañero a Jazz & Pop. El ¨cana¨ estaba completamente borracho. Quería que tocara Nebbia y Blasco pedía por Villegas. Salieron a pelearse a la calle y ahí mismo lo ultimó con su 45. Terminamos todos en la comisaría segunda. Esa fue la primera noche de Jazz & Pop. Mi vieja me ayudó a baldear la sangre de la vereda y a poner un poco en orden el bar”. La historia de esta “cueva” icónica es contada en “El jazz es como las bananas”, que se estrenó comercialmente en noviembre de 2017 y, actualmente, se puede ver a través de YouTube y Google.
El documental de Marron Mantiñan y Savarese cuenta con testimonios del propio fundador del lugar y de otros artistas como Jorge Navarro, Litto Nebbia, Chico Novarro, Emilio del Guercio, Eduardo Stupía, Juan “Pollo” Raffo, Carlos Inzillo, Guillermo Marigliano y Federico Salgado; entre otros.
Originalmente los cineastas filmaron el documental como un corto de siete minutos, para participar en el concurso Barrios de Película organizado por el GCBA. Muchas de las imágenes están tomadas de fotografías en blanco y negro, que fueron procesadas con un recurso bastante innovador que consiste en recortarlas y darle un efecto como si estuvieran en 3D.
Pronto se dieron cuenta que la historia daba para más. Entonces profundizaron la investigación y, a medida que iban filmando, pasaron cosas que cambiaron el rumbo del relato. Cuando hicieron el corto, Jazz & Pop estaba en pleno funcionamiento ya que como González era quien había registrado la marca, en 2008 decidió abrir un nuevo local Jazz & Pop, esta vez en Paraná 340 (pleno centro porteño). Ironías del destino: el mismo día de diciembre de 2013 que terminaron de editarlo, el “Negro” falleció y al siguiente, el local cerró.
Otra coincidencia fue que, al momento de promocionar el documental apareció el fotógrafo que había registrado la mayor parte de las imágenes, Oscar René Cisneros, después de cuarenta años. Su archivo personal era de gran valor artístico, ya que no es fácil sacar fotos de tanta calidad en un lugar tan oscuro y pequeño. Esas fotos funcionaron como “disparador” para reconstruir la historia del viejo Jazz & Pop. A partir de entonces, los cineastas comenzaron a buscar testimonios de artistas y amigos que habían pasado por el lugar.
A partir de entonces nació el mito. El recuerdo. La mística. La película muestra tanto a los consagrados como a “los hijos de Jazz & Pop”, los músicos que empezaron allí su carrera.
El “Negro” González abrió la cueva -en sus dos etapas- para escuchar la música que amaba, como para ratificar la frase de Sartre que da nombre a la película.
Texto y fotos : Diana Rodríguez
Estamos interesados en reservar para el sábado una mesa para dos. Estamos alojados en el hotel Hilton.
Estimado Francisco, se está comunicando con el diario El Sol de San Telmo. Saludos.