“La gente es muy solidaria”
Rebeca Ibarra Escobar.
Rebeca es la esposa de Rubén Duva, la madre de Martina (9) y María (3) y la óptica que atiende su propio negocio: Anteojos La Porteña (Estados Unidos 739). Le encanta charlar, conocer a la gente con la que se relaciona. “A mi negocio viene todo tipo de personas, de distintas clases sociales. Piero (el cantante) me ceba mates, ya es un amigo de la casa”, cuenta con orgullo Rebeca. Aunque enseguida aclara que ella atiende por igual tanto a los famosos como a la gente común, ya sean vecinos o extranjeros. Siempre con una sonrisa y buena predisposición.
Su marido (nacido en Villa Urquiza, pero santelmeño por elección) fue dueño -durante 25 años- del supermercado de Estados Unidos 830. Además, toda la familia de Rebeca (madre y hermanos) vive en San Telmo. “Somos todos candomberos”, sintetiza la bella mujer de pestañas largas.
“Amo San Telmo, me encanta que mantenga sus fachadas y la diversidad de personas que lo habitan: artistas, bohemios, turistas. Disfruto mucho caminar por las calles del barrio, siempre descubro algo nuevo”, dice entusiasmada Rebeca y relata: “Cuando viene mi cuñado, que es de Villa Urquiza, a menudo vamos a almorzar al Mercado y se queda asombrado por cómo se viste la gente, cómo camina, cómo habla”. Tal vez para nosotros es algo normal, pero a él no deja de sorprenderlo…
La conversación deriva en Martina, la hija mayor, quien juega al jockey en el Club San Telmo. “Armamos muy lindos grupos, tanto las chicas como las madres. Fue todo muy bonito hasta que el año pasado empezamos a preocuparnos porque querían cerrar la actividad San Telmo Jockey, por falta de jugadoras. Ahí empezamos a ocuparnos: nos juntamos todos, hicimos folletos que pusimos en los negocios del barrio invitando a las chicas a incorporarse. Además de los carteles, lo hicimos boca a boca y también las redes -tanto Instagram como Facebook y Whattsapp- nos ayudaron muchísimo. Tan es así que pudimos lograr, no solo incorporar a chicas nuevas sino -además- federarlas. Gracias al enorme esfuerzo mancomunado logramos pagar las cuotas, el tercer tiempo (después que termina el partido, ambos equipos se juntan para compartir un desayuno o un refrigerio), los traslados, la comida”, explica.
“La gente es muy solidaria”, define Rebeca. Así, cuenta cómo surgió la propuesta de incorporar sponsors: “El primero fue ¨Morita¨, que aporta las prepizzas, la muzzarella y el tuco y con eso cubrimos el tercer tiempo. Parece poco, pero para nosotros es un montón. Luego se sumó la empresa de un papá, ¨Tactilydisplay¨ (importador y distribuidor de repuestos para tablets y celulares) y, por supuesto, ¨Anteojos La Porteña¨”.
“Pero las que realmente iniciaron toda esta movida fueron las profes de la escuelita de Martina: Naiara, Candela y Mali, que son muy cariñosas”, destaca la óptica. Y añade: “La profe de ahora se llama Abril, es una genia, la amamos. Si te tiene que retar, te reta y si te tiene que felicitar, también lo hace. Siempre dice lo que tiene que decir en el momento indicado. Otra profe que quiero mencionar es a “la Chula”, todas ellas son las que hacen que las chicas disfruten del deporte. Si estás en un buen ambiente con buenos compañeros y buenos profesores, es un gran incentivo para que las chicas se sientan motivadas”.
María va a arrancar este año en la escuelita y “si le gusta, seguirá”, dice la madre, que está esperando que se reinicien las clases y todo vuelva a la normalidad. Mientras tanto, la familia sigue la cuarentena haciendo “lo que se puede”. Ahora es momento de quedarse en casa, como en todo el mundo.
Diana Rodríguez
Muy buena atención. Así es más lindo comprar en el barrio
Gracias Laura por tu comentario. Saludos.