CASCO HISTÓRICO… ¡LO QUE SENTIMOS!

Veo las fotos y el montaje, que se realizó y se compartió en Instagram – @casco.historico.protege- y es más elocuente que mil palabras. Esto me llevó a pensar cómo transmitir el sentimiento que produce el descuido del Patrimonio y el avasallamiento de lo ya consensuado (en diferentes leyes y normativas) de lo que se quiere proteger.

Miro las fotos y digo ¡Qué buena idea! Sería más que interesante que el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tomara esta idea y se decidiera -de una vez por todas- a proteger el Patrimonio de nuestra ciudad en general y, en particular, su Casco Histórico y no viera solo como negocio la posibilidad de destruirlo o peor… convertirlo un híbrido que hasta daría gracia o ganas de mofarse si no fuera tan grave.

 

En diciembre de 2019 se presentó en la Legislatura porteña una propuesta de modificación al Código Urbanístico -Ley 6099, aprobada en 2018- para corregir, modificar y/o aclarar puntos que generaron muchos conflictos para la tramitación y aprobación de las obras de la ciudad y para realizar nuevas modificaciones a las Áreas de Protección Histórica, que las afectarían tanto que, con el tiempo, no se reconocerían como tales.

Ya se produjeron casos aberrantes, que también se subieron a Instagram.

Desde Casco Histórico Protege, proponemos que desde la Legislatura porteña se genere una comisión especial, conformada por el Ejecutivo y Legislativo de la ciudad y organizaciones de las Áreas Patrimoniales, para tratar -de manera particular- la normativa de las APH, que sí habría que mejorarlas, ampliarlas y profundizarlas y descartar y/o modificar artículos que la perjudican. Y desechar la idea de modificación de la normativa APH, dentro de un paquete de ajustes presentados en diciembre ppdo.

¡Vuelvo a las fotos y retomo la idea propuesta de realizar una campaña de protección del Casco Histórico! El maravilloso soporte tangible que valoramos infinitamente, contenedor de todo lo intangible que nos describe como sociedad, con nuestra historia, nuestra cultura. Perder paulatinamente sus edificios, su conformación urbana y paisajística, sus usos, sus símbolos, nos quita pertenencia, nos desubica y nos entristece.

Cuarentena mediante, me permitió ver varias películas que me debía y escuchar música con un tiempo que antes no me daba. De ahí dos testigos de lo que se siente cuando uno pierde piezas de valor patrimonial y lo intangible que lo sostiene. Las comparto:

  • Película: “El olivo” de Icíar Bollaín…

Este árbol lo plantaron, dicen, los romanos, porque este árbol tiene al menos 2000 años

… Ese árbol es mi vida y vosotros queréis quitarme mi vida… No podía sentarme a ver, como mi abuelo se muere de pena…

  • Canción: “Sálvese quien pueda” de Juana Molina

…Cambian la fachada de la casa, les da vergüenza
No nos enseñaron el valor de nuestra herencia.
La vereda, el almacén, el kiosco, los reconozco
Si los quitan yo me siento sapo de otro pozo

 

Arq. María Rosa Martínez

Casco Histórico Protege

cascohistoricoprotege@gmai

@casco.historico.protege (IG)

@CH_Protege (twitter)

 

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