Gentrificación del espacio público vecinal

Ante el asombro de los que día a día recorremos nuestras calles, una soleada mañana de sábado -para ser más preciso el 5 de septiembre- los vecinos nos encontramos con una importante área del corazón del CASCO HISTÓRICO cerrada. 

Personalmente me pareció no entender nada. 

Si bien ya tenía suficiente información, igualmente recurrí a las páginas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Así pude confirmar que, además del área peatonal para gastronomía al aire libre que había anunciado el GCBA (prácticamente el perímetro del Mercado de San Telmo), la gente de Tránsito había cerrado otras tantas arterias, la mayoría con trazado perpendicular a la calle Bolívar. Evidentemente me encontraba ante la concreción de una nueva, equívoca intervención en nuestro ya maltratado barrio.

Después de haber consensuado «asombros» con otros tantos vecinos y comerciantes tradicionales de cercanía, me gustaría compartir algunas reflexiones.

Nuestro barrio de San Telmo es -en dimensiones- el más pequeño de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su superficie solo tiene un poco más de 1 km2; por lo tanto, por más pequeña que sea, una intervención sobre él, a diferencia de otros barrios, impacta en toda el área, sobre todo si se trata de una peatonalización extendida.

Increíblemente se habían silenciado calles con una muy baja densidad de tránsito, tanto vehicular como peatonal, tranquilas y vivibles, prácticamente sin emplazamiento de locales gastronómicos. Entonces ¿Para qué o para quién peatonalizarlas?

Aumentar el tránsito pasante circunstancial de manera desmedida, ocasiona inevitablemente pérdida del hábitat de nuestra comunidad: a mayor circulación peatonal mayor circulación del virus.

¿Acaso la idea es convertir el espacio público en un gran bar a cielo abierto? En un grave contexto de pandemia, crear un conflicto de convivencia entre comerciantes y vecinos, donde hoy no existe, resulta un despropósito. 

Y esto no va en contra del uso transitorio del espacio público por parte del sector gastronómico lamentablemente tan afectado por esta pandemia, pero llevarlo adelante de esta manera inconsulta nos obliga a preguntar:

-¿Los lineamientos de esta intervención que han sido consensuados solo con un sector, pretenderán seguir ampliándolo? 

-¿Acaso los vecinos y los comercios de cercanía no tenemos derechos y opinión sobre el uso intensivo del espacio público?

-Por último ¿El término transitorio no se transformará en definitivo y nos encontraremos con un importante sector del CASCO HISTORICO totalmente peatonalizado, quebrando definitivamente nuestra identidad?

Aparentemente, hasta ahora, este equilibrio de derechos se encuentra absolutamente desequilibrado.

Arq. Alberto Martínez

Calle Bolivar al 900 – CABA – Foto Jorge Carrachino

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3 Respuestas

  1. Facundo dice:

    No entiendo que tiene que ver la «identidad» con el tránsito automotor. Acaso más peatonalización no implica también mayor bienestar, menor contaminación (CO2 y sonora), más seguridad?

    Me parece bien que no se transforme el barrio en un bar a cielo abierto, pero no me parece que una mayor peatonalización sea negativa sino todo lo contrario

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