Pensar en futuro, actuar en presente
El año pasado ha expuesto, a todo nivel y escala, que muchas cosas no estaban funcionando bien y exigen que las cambiemos.
¿Qué cambios nos atrevemos pensar para nuestro barrio? Creo que habría que sincronizar las visiones de contexto cercano y mundial. Dejar de considerar la inmediatez, acciones que están concebidas para fotos de instagram pero que serán irrelevantes en el tiempo. Pensamiento Durlock lo llamaría, que es muy propio de nuestra época. Cuando se proyectaron las estaciones Constitución o Retiro-Mitre se pensaron en términos de siglo, por eso vemos que hoy día acompañan el flujo actual de pasajeros sin problemas.
¡Nuestro barrio es único! Junto con Monserrat es el más antiguo de la ciudad y en el que emergió la idea de país, descartando ser colonia. Esto por si solo conlleva una enorme responsabilidad para actuar en él. Se deben implementar medidas pensadas desde la mirada de nuestro Casco Histórico y en el marco mundial de crisis ambiental.
¡Sí estamos en una crisis! En ese sentido bienvenida la pandemia, porque es un “baño” de realidad que nos impone “reverdecer” las ciudades y hacerlo de una manera SERIA, porque en ello se juega nuestra salud. En París, la Alcaldesa Anne Hidalgo es una de las pioneras en esa línea ya que en las próximas décadas, según los expertos en clima, tendrán olas de calor de 50 grados (!).
En este verano podemos vivenciar en una noche de calor la diferencia de temperatura que hay entre Puerto Madero y San Telmo-Monserrat, comprobando el efecto isla de calor y cómo los espacios verdes son vitales para mitigar ese efecto.
Techos verdes
Hace 15 años un equipo argentino recibió el primer premio en la competencia internacional Holcim (que alienta la respuesta sustentable en temas tecnológicos, ambientales, culturales y socioeconómicos que afecten la construcción, tanto global como regional) con un proyecto de cubiertas verdes para la ciudad. Es hora de avanzar en esa linea, en el ámbito privado cada obra nueva o refuncionalización debe tener sí o sí un techo vegetalizado. En el ámbito público reconvirtiendo escuelas y dependencias gubernamentales con techos verdes, jardines verticales y huertas urbanas, en la medida que técnicamente sea posible. En 2011 el GCBA instaló un techo verde en la escuela primaria Nº 6 -French y Beruti- en Retiro; esa excelente idea no fue continuada.
Necesitamos espacios verdes en cantidad y CALIDAD. ¡San Telmo y Monserrat tienen la triste estadística de tener los PEORES índices de espacios con cobertura vegetal y arbolado de la ciudad!
Plazas
Pedimos la Plaza Benoit (Av. Independencia y Bolívar) ¡Cuán diferente hubiera sido pasar la cuarentena estricta con esa plaza! ¡En seis manzanas a la redonda, en esta parte del Casco Histórico, no hay plazas! Las personas mayores que pueden caminar muy poco y los chicos, son los que más sufren esta falta de espacio.
Espacios privados mixtos
Existen varias playas de estacionamiento abiertas que están cerradas los fines de semana y más aún en pandemia. Ver un espacio enteramente cementado y vacío genera una aridez y desolación visual tremenda. Podría articularse desde el Estado, en conjunto con el sector privado, medidas para convertir esos lugares vacantes en nuevos espacios vegetalizados de uso mixto. Si el piso tuviera una superficie absorbente y con sectores transformables en patios de juegos o de reunión, se le daria un uso -ahora inexistente- que aportaría una mejor calidad de vida
Bajo Autopista
Asistimos, tristemente, al piloto de una intervención de “urbanismo táctico” como lo describe el GCBA y el BID, que deja muchísimo que desear.
La concepción de nuevos espacios verdes -como declaró la Ministra de Espacio Público de CABA, Clara Muzzio-, es la colocación de maceteros. Estos espacios se caracterizan por ser oscuros, sin iluminación natural, con lo cual impiden que se puedan vegetalizar correctamente.
Hace tiempo que existen tecnologías para transportar luz natural a lugares confinados, por ejemplo. En este caso seria viable el sistema con fibra óptica, con colectores solares en superficie y colimadores en el otro extremo.
Con esto podríamos pensar en tener un Bajo Autopista como corredor verde natural, con huertas urbanas, bicisendas que vayan interconectando los barrios y que se convierta en un lugar disfrutable con naturaleza.
La propuesta para reconvertir un espacio público con graffitis y negocios, es muy pobre desde lo conceptual.
Arbolado urbano
Debemos cambiar la mirada sobre estos seres. Aunque parezca mentira, a mucha gente no les gustan porque “ensucian” o “rompen la vereda”, “juntan bichos” o piensan que al tapar las luminarias crean inseguridad.
Todas las ciudades son lugares artificiales -separados de la naturaleza- que hemos creado. Y esas decisiones ahora empiezan a mostrarnos que estamos equivocados; ya que, al generar gandes ciudades cementadas hemos producido enormes problemas ambientales.
El arbolado urbano cumple una función importantísima como es la de mitigar parte de esos problemas.
Además de la obligación que les compete a las Comunas (ya que el mantenimiento del arbolado es descentralizado), tenemos que tomar muy en cuenta nuestra responsabilidad a la hora del cuidado.
Todo emprendimiento inmobiliario deberia contemplar el arbolado preexistente y respetarlo, porque -aunque estén dentro de un predio privado- los beneficios ambientales que aportan son públicos. En 2019 se vendió el predio de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico -SEDRONAR- (Azopardo y Venezuela) y el actual desarrollo inmobiliario taló tres arboles gigantescos. ¡Cemento + vidrio x Árboles es una mala ecuación!
IMITAR A LA NATURALEZA
Nuestro futuro, en todo sentido, es desandar el camino que hemos emprendido como civilización separada de la naturaleza.
Debemos entender nuestra existencia como parte de la misma y no como un objeto al que podemos controlar, domesticar y destruir.
Ese, es un camino sin salida cuyo fin está muy próximo. Debemos volver sobre nuestros pasos.
Existe una rama de la ciencia que se llama Biomimesis, que estudia a la naturaleza para resolver los problemas que hemos creado y Ella ha resuelto. Observándola, nos damos cuenta que todo está perfectamente equilibrado y en armonia, cada parte forma un todo y ese todo sustenta la VIDA.
Deberiamos entenderlo y aplicarlo como regla, por ejemplo en nuestro barrio, entendiendo y valorando el concepto de comunidad que tanto se está dañado.
Comprendiendo que la mejor opcion es vivir en equilibrio, por ejemplo no hubiera ocurrido el profundo proceso de deterorio social en nuestro Mercado, priorizando una parte por sobre el resto. No se habla de que nada cambie, sino todo lo contrario: Que cambie con ARMONÍA Y EQUILIBRIO. Por este motivo los cambios drásticos llevan a una pérdida de IDENTIDAD, que es un valor muy preciado y buscado.
Y el mismo criterio podría aplicarse a las demoliciones de edificaciones patrimoniales.
Hay un falso progreso que solo beneficia a unos pocos y en forma rápida. En cambio, nuestro barrio, con su historia, es todo lo opuesto.
Ojalá que los profundos cambios que estamos transitando nos lleven a expandir nuestra visión para lograr un barrio, una ciudad, un país y un mundo mejor.
Jorge Carrachino