El Museo Penitenciario no se va
El Museo Penitenciario Antonio Ballvé tiene más de un cuarto de siglo en el barrio. Por eso sorprendió a todo el mundo cuando en varios medios de noticias trascendió que un estudioso de la obra de Jorge Luis Borges, Alejandro Vaccaro, había entablado negociaciones con el gobierno nacional para reemplazar al museo por uno dedicado a Borges y su obra. Según esas primeras versiones, el museo dedicado a Borges iba a abrir sus puertas el 24 de agosto de este año, el día del aniversario del nacimiento del autor. Pero pasó la fecha y sigue estando allí el Museo Penitenciario Antonio Ballvé (el nombre corresponde al del primer director de la Penitenciaría Nacional, también lejano pariente de quien escribe esta nota).
¿Que pasó? Para Horacio Benegas, director del museo, museólogo, alcaide mayor retirado y asesor de temas culturales para el Servicio Penitenciario Federal, las elecciones presidenciales probablemente hicieron que se congelara, por ahora, el plan de desalojar el Museo Penitenciario del sitio que ocupa desde 1980. Benegas, que ha dedicado su vida al servicio penitenciario y estudios relacionados, se muestra indignado por la tentativa de desplazarlo del lugar, donde también funciona una academia de estudios penitenciarios.
Benegas se considera a sí mismo admirador de la obra de Borges pero plantea varias interrogantes con respecto a la idea de hacer un museo dedicado al autor de Ficciones en el sitio de su museo. “¿Que tiene que ver Borges con este lugar?” pregunta Benegas. “¿Cuántos museos tenemos que hacer dedicados a Borges? … El Museo Penitenciario es un museo in situ por ser este un inmueble con historia de actividad penitenciaria, ex-cárcel de deudores y de mujeres. ¿Tiene sentido sacar este museo porque sí?”
—Marcelo Ballvé