La Sala de Representantes Provincial y el Congreso Constituyente de 1824-1827
Continuando con la serie de notas vinculadas al bicentenario de la inauguración de la Sala de la Legislatura, se abordará en esta oportunidad el desempeño del Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que sesionó en ella desde diciembre de 1824 hasta agosto de 1827.
A principios de 1824, el gobernador provincial Martín Rodríguez, en un hecho que no sucedía desde hacía mucho tiempo, completa el período para el cual ha sido elegido y es sucedido por el Gral. Juan Gregorio de las Heras, quien toma posesión del cargo el día 9 de mayo. Una de sus primeras acciones de gobierno es la convocatoria al Congreso General Constituyente que la Junta de Representantes provincial había solicitado por ley del 24 de febrero de ese año. En esta ley se establecía que el Congreso se reuniría bajo la misma normativa que lo había hecho el de 1817 y el sitio de reunión sería el que decidieran las provincias que, por abrumadora mayoría, optaron por Buenos Aires. El lugar destinado a las reuniones del Congreso fue la Sala de Sesiones de la Legislatura provincial, institución que, además se prestar su conformidad para ello, autorizó al gobierno a realizar los gastos necesarios para su acondicionamiento y para el funcionamiento del Congreso, que inicia su desempeño oficial el 16 de diciembre de 1824.
Francisco N. de Laprida, diputado por San Juan, quien presidiera el Congreso de Tucumán el día de la declaración de la Independencia, fue elegido como primer vice-presidente, recayendo la presidencia en Manuel A. De Castro, representante de Buenos Aires. El Congreso se rigió, al iniciarse las sesiones y de forma provisoria, por el Reglamento de la Sala de Representantes de Buenos Aires. A propuesta del diputado Félix Frías Suárez de Cantillana, representante de Santiago del Estero, se imprimió y distribuyó el Diario de Sesiones del Congreso, en uno de cuyos ejemplares se conserva la única imagen conocida de la Sala de Representantes construida por el Arq. P. Catelin.
Participaron en el Congreso las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, La Rioja, Mendoza, Misiones, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán. Es importante señalar que solo los representantes de Bueno Aires habían sido elegidos por sufragio y que algunos, incluso, no eran naturales de la provincia que representaban (por ejemplo Manuel Dorrego, porteño federal designado por Felipe Ibarra para representar a Santiago del Estero). Jujuy participó junto a Salta, ya que no sería Provincia hasta 1834. Tanto el caso de Tarija como el de la Banda Oriental son particulares y muestran la compleja situación política internacional del momento. En 1825 se produce la separación “de facto” de Tarija de las Provincias Unidas del Río de la Plata (iniciándose un conflicto que durará décadas), pero su representante en el Congreso, José Felipe Echazu, es uno de los firmantes de la Constitución. La participación de la Banda Oriental -territorio anexado en 1818 al entonces Reino del Brasil- y el apoyo al reclamo de los orientales para independizarse e incorporarse a las Provincias Unidas del Sur en 1825 (enviando incluso sus representantes al Congreso), será lo que llevará a sus extremos el conflicto entre las Provincias Unidas y el para ese entonces ya Imperio, del Brasil.
A lo largo de las sesiones del Congreso se pusieron nuevamente de manifiesto las diversas visiones y proyectos políticos, que habían enfrentado a los diferentes grupos de poder en los años precedentes y que habían hecho fracasar la Constitución de 1819. Entre los constituyentes de ideas centralistas se destacaron las voces de Julián S. de Agüero, Juan I. Gorriti, Manuel A. de Castro, Juan J. Paso y Valentín Gómez, mientras que por el sector federal lo hicieron las de Manuel Moreno y Manuel Dorrego.
En la Ley Fundamental, aprobada a principios de 1825, el Congreso se reconoce y se declara como Constituyente y se aboca a la redacción de leyes, a la toma de medidas que requiere la urgencia de las circunstancias y a la construcción de los acuerdos necesarios para la redacción de la Constitución. Entre el conjunto de medidas adoptadas a principios de 1826 y asociadas al nuevo orden político propuesto, se destaca la Ley de Presidencia, en virtud de la cual el Congreso elige, por el voto de 25 de los 28 representantes que lo constituían, a Bernardino Rivadavia, quién el 8 de febrero presta juramento en la Sala de la Legislatura y luego asume el cargo de Presidente de las Provincias Unidas en el Fuerte. Creó también, a principios de 1826 y sobre la base del Banco de Descuentos provincial, el Banco de las Provincias Unidas del Río de la Plata, popularmente llamado Banco Nacional.
En la Constitución, aprobada el 24 de diciembre de 1826, se establece la forma de gobierno representativa y republicana y se utiliza -por primera vez- la denominación República Argentina. Sin embargo, su fuerte impronta centralista fue resistida por el grupo federal en tanto el desmembramiento de la Provincia de Buenos Aires y la nacionalización de sus recursos -que la Ley de Federalización implicaba- resultaron particularmente inaceptables para la dirigencia porteña. A lo anterior se sumaron otras tensiones, como el rechazo a la actuación de Manuel José García en el conflicto por la Banda Oriental y la grave situación económica imperante (bloqueo comercial por la flota portuguesa, altas tasas de inflación, etc.), todo lo cual llevó a Rivadavia a presentar su renuncia el 27 de junio de 1827. Como consecuencia de esto, del rechazo por parte de todas las provincias a la Constitución propuesta, la situación político-administrativa se retrotrae al orden anterior.
La Sala de Representantes de la Provincia de Buenos Aires se reorganiza y Manuel Dorrego es elegido gobernador, iniciando la consolidación del federalismo bonaerense. Ante la nueva situación, que implicaba el desconocimiento de la actuación y resoluciones del Congreso, los 24 representantes que aún se mantenían en funciones firmaron el acta de disolución del mismo el 17 de agosto de 1827. Se inicia así un nuevo y prolongado período en el que la Sala vuelve a ser ámbito exclusivo de los Representantes de la Provincia de Buenos Aires.
José Sellés-Martínez