Los inconsultos
El pasado 15 de diciembre, próximo a las horas del mediodía y de forma casual, vi una alegre entrevista televisiva que le estaban realizando al jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Dr. Felipe Miguel.
El tema era «las obras vinculadas a la Transformación avanza en San Telmo». Entonces el jefe de Gabinete, con una amplia sonrisa, estratégicamente parado frente al hoy mal llamado Mercado de San Telmo se explayó…
“Pusimos en valor edificios históricos para resaltar el patrimonio histórico,
readoquinamos calles para favorecer la identidad cultural; nivelamos calzadas con veredas para crear espacios de convivencia; reforzamos la iluminación para mayor seguridad y para crear un entorno más amigable; derivamos todas las líneas de colectivos hacia el corredor del Metrobús de la 9 de Julio y del Bajo para favorecer la peatonalización y mejorar la experiencia de viaje…” y unos cuantos conceptos más que apuntaban a promover y a incentivar el turismo y la gastronomía.
Me pregunte: ¿De qué habla este señor?
Lo destacado es que la mayoría de nosotros, los vecinos, los inconsultos, los que recorremos las calles del barrio y lo vivimos todos los días, en ningún momento de la entrevista fuimos mencionados.
Lo concreto es que los funcionarios de turno adolecen de un error conceptual tremendo, y lo estamos pagando.
Lo que han hecho es destruir nuestra identidad, disfrazando el paisaje urbano solo para interés del turista de paso, nivelando veredas con calzadas para incentivar la creación de un gran polo gastronómico a cielo abierto.
Esta acción puntual de reciclar, repito, el hoy mal llamado Mercado de San Telmo -ya que no es más un mercado- ¿Es poner en valor nuestros edificios históricos? No es así. Con esta acción han favorecido al patrimonio o han favorecido a los dueños del lugar que día a día multiplican sus ganancias, a costa del pago de nuestros impuestos.
¿Sobredimensionar con farolas la iluminación del corredor de la calle Bolívar, con un tránsito peatonal nocturno semanal muy menor, justifica tremendo gasto de energía cuando pregonan -y con razón- que la cuidemos?
Y el traspaso de todas las líneas de colectivos que circulaban por las calles internas al Metrobús de la 9 de Julio y del Bajo merece un capítulo aparte. Muchos vecinos deben caminar más de siete cuadras, algunas con pendientes pronunciadas, bajo condiciones climáticas muchas veces adversas, gente mayor, imposibilitada en algunos casos, con el agravante de no contar con alternativa alguna ¿A esto le llaman mejorar la accesibilidad y la experiencia de viaje?
Se terminó el año 2022, un año donde el descuido y el menosprecio por lo nuestro avanzó impunemente con el título de «La transformación no para».
Esta es la realidad, no la que nos pretenden “vender” en entrevistas complacientes y con títulos engañosos.
Arq. Alberto Martínez