¿ES SAN TELMO UN BARRIO VALORADO?

Hemos dicho muchas veces que nuestro San Telmo es el barrio más pequeño de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Aun así, los intereses inmobiliarios no dejan de anunciar su nombre fuera de sus límites reales, confundiendo a muchos medios de comunicación que enuncian actividades -lícitas e ilícitas- en calles aledañas que no pertenecen a nuestra pequeña aldea.

Sabemos que los turistas internos y externos lo tienen en la mira, aunque actualmente la mayoría de las veces no por la historia que engendra en sus calles y edificaciones, sino por la exagerada oferta gastronómica que ofrece.

Eso no nos hace olvidar que este pequeño territorio ostenta una historia habitada por familias patricias que huyeron de la fiebre amarilla a finales del siglo XIX, mientras que los proletarios autóctonos e inmigrantes llenaron los conventillos con familias numerosas que le dieron al lugar una cultura singular de vecindad. Aún se conservan muchas viviendas que dan cuenta de ese pasado, aunque otras tantas han sido tiradas abajo sin miramientos ni culpa por destruir parte de nuestras raíces. Son los que se embanderan en la famosa modernidad, que creen que lo pasado es viejo y lo actual siempre es mejor.

¡Qué ilusos! Los invito a ver las aberturas talladas, los zaguanes con cerámicas que jamás se despegaron de los pisos aun teniendo más de cien años de uso, los halls con vitraux con figuras y colores increíbles que son traspasados por los rayos del sol cuyos reflejos inundan de color el ambiente, las banderolas de vidrios repartidos para airear cada sector de la casa… Y así podríamos seguir con más y más detalles.

Ahora bien, todo esto sería por demás meritorio si al recorrer el paisaje urbano este estuviera en condiciones dignas, lo que provocaría un disfrute en nuestro recorrido cotidiano. Pero lejos está de ser así, ya que lo arreglado hace poco tiempo atrás también tiene escaso tiempo de vida útil. Lo dicho puede deberse al vandalismo urbano que azota nuestra sociedad toda y también por el trabajo mal hecho y/o por el uso de materiales que, como decíamos antaño, son “de descarte” aunque imaginamos que la moneda invertida no es precisamente de ese nivel.

Hemos transmitido una y otra vez que San Telmo es el barrio emblema, junto con Monserrat, pero no lo decimos nosotros, lo dice la historia de nuestro país. Por eso siempre reclamamos una mayor y mejor atención en la limpieza de sus calles, plazas, parques y plazoletas, arreglo de veredas y calzadas, reciclado de fachadas, colocación de luces, prolijidad y aseo en los negocios de la zona, vigilancia por la enorme cantidad de turistas internos y externos que transitan nuestras calles, especialmente los fines de semana; entre otras medidas obvias y -sin duda- necesarias.

Esto se lo pedimos a las autoridades que tienen a su cargo la administración de la Ciudad, pero también a los vecinos que lo habitamos, sobre todo a aquellos que lo han escogido para vivir por ser un lugar donde existen valores tangibles e intangibles que lo caracterizan.

Nuestro deseo -concretamente- es que SAN TELMO esté más limpio, más cuidado, más tenido en cuenta, más reconocido en su calidad de casco histórico y deje de ser un barrio abandonado a su suerte.

                                                                                               Isabel Bláser

Chacabuco y Carlos Calvo
Cochabamba esquina Chacabuco
Defensa al 1100
Defensa al 1100

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