Prácticas sencillas para la buena salud
Por Kara Bauer
Cuando llegué a Buenos Aires hace cinco años (soy vecina de San Telmo desde 2009) y decidí emprender un servicio de delivery de comida sana y vegana, no estaba segura si sería posible dado la cultura carnívora y la poca familiaridad de los porteños con muchos de los conceptos que había estudiado y aprendido en los Estados Unidos. Pero, para mi sorpresa, encontré bastantes locales con la inquietud de incorporar más alimentos de origen vegetal en sus dietas.
Mientras empecé a hablar con la gente sobre sus costumbres alimenticias y a hacerles recomendaciones, me di cuenta, rápidamente, que la cantidad de información presentada –no solo de mi parte, sino de otros argentinos dedicados al movimiento verde/de salud– podría ser abrumadora. Además, muchos me consultaban específicamente dónde podían ir para comer o comprar comidas para preservar un estilo de vida sana.
Por suerte, San Telmo me dio la bienvenida y me posibilitó ofrecer algunos ingredientes de calidad, además de la oportunidad de comer en restaurantes sanos y/o vegetarianos. Había encontrado el lugar perfecto para mi emprendimiento.
Como un coach de salud y bienestar y la fundadora de Cocina Verde (hace ya un año y medio), me gustaría simplificar la información sobre la salud y presentarles diez áreas claves donde enfocarse.
Estos conceptos son pensados para no abrumar y se incorporan mejor, lentamente, a través del tiempo. Pero como les recomiendo a mis clientes, es mejor pensar en reducir lo que uno no quiere, en vez de centrarse en el cambio absoluto. Mientras uno va adoptando nuevos hábitos, eventualmente éstos ocuparán más espacio en nuestra vida y los viejos cada vez menos, sin la necesidad de obsesionarse por ellos.
1. Agua – Depende de la edad, hasta 90% de nuestro cuerpo está compuesto de agua. Sin ella, no podríamos sobrevivir, lo que muestra su gran importancia. Agua pura, rica en minerales y libre de químicos cambiará drásticamente nuestra salud casi instantáneamente. Hay varias empresas que proveen filtros de agua en Argentina. El que uso, es marca Watts.
2. Cereales – Es muy sencillo, solamente consumir cereales integrales limitando o eliminando los que contienen gluten. Harina blanca y procesada, pan, pasta y hasta al arroz no le son solamente robadas sus propiedades nutritivas, sino que nos quitan nuestras propias fuentes de minerales para ser adecuadamente digeridos. Gluten es una proteína que nuestros cuerpos no pueden procesar correctamente, lo cual dificulta la absorción de nutrientes y puede causar efectos dañinos. Los cereales integrales libres de gluten, muchos de los cuales son originarios de Sudamérica, incluyen: mijo, quinoa, amaranto, trigo sarraceno y arroz integral.
3. Verduras – La mayoría de nuestra dieta tendría que consistir en grandes y suculentas hojas verdes y verduras (incluyendo las verduras marinas que contienen diez veces más calcio que la leche). Las hojas verdes están compuestas por clorofila, que contiene magnesio, mineral del que muchos tienen deficiencia. Las verduras verdes poseen la capacidad de sanar, equilibrar y prevenir las enfermedades. Presentan grandes cantidades de calcio, hierro, vitaminas y minerales y son nuestra fuente principal de energía y vida.
4. Alimentación viva – La comida cocida tiene una estructura molecular alterada que muchas veces es deficiente en nutrientes y energía vital. Los alimentos de base vegetal que son crudos, vivos y poco procesados –como las frutas, verduras, brotes, nueces, semillas, cereales y legumbres brotados y los que son deshidratados– brindan más energía, piel clara, mejor digestión, control de peso y menor riesgo de enfermedad cardiopulmonar. Como mínimo, 50 % de nuestra dieta tendría que tener alimentos crudos y vivos.
5. Orgánico – No subestimen el valor de los alimentos orgánicos. Cuando son auténticos, pueden contener hasta el 50% más de nutrientes y nos ayudan a evitar los productos químicos, fertilizantes sintéticos, la ingeniería genética, pesticidas, herbicidas, insecticidas y otras prácticas peligrosas de la producción alimentaria. Evitarlas puede generar maravillas para tu salud y longevidad. Pagar precios más altos en la comida, se traduce en menor gasto médico ahora y para el futuro.
6. Menos productos animales – Salvo que podamos garantizar la fuente de nuestros productos animales y las prácticas de granja utilizadas (cosa que es difícil hacer para la mayoría de nosotros), consumir proteína animal que ha sido inyectada con hormonas, antibióticos, estimulantes para acelerar el crecimiento, tranquilizantes y otras drogas, no solo generará toxicidad y enfermedad sino que contribuirá a tener deficiencias de vitaminas y minerales si la dieta no tiene suficientes verduras. Fuentes de calidad de proteína vegetal incluyen nueces, legumbres, lino, espirulina y quinoa. La soja y el seitan también lo son, pero dadas las modificaciones genéticas en la soja y los efectos negativos de gluten en el seitan, no son recomendables como fuentes principales.
7. Azúcar/Cafeína/Alcohol – Estas sustancias son todas altamente adictivas y principales contribuyentes a los problemas de peso, fatiga adrenal, crecimiento de hongos, falta de energía, una desconexión espiritual y muchas otras dificultades crónicas de la salud. Es bueno también disfrutar los edulcorantes naturales, como la stevia, miel pura y dátiles. El mate tiene algunas propiedades beneficiosas, pero no debe ser consumido en exceso.
8. Detoxificación –Creo que una o dos veces al año, es útil darle descanso al cuerpo y hacer una limpieza de cinco a diez días (tomando jugos, por ejemplo) para reparar y rejuvenecer el sistema entero que genera la experiencia humana: mente, cuerpo y espíritu. Cotidianamente, un ayuno de jugos verdes provee una manera sencilla de consumir verduras, mientras el cuerpo se va sanando, limpiando, eliminando toxinas; previniendo así problemas de salud.
9. Superalimentos – Goji, cacao, polen de abejas, maca, espirulina y muchos otros “superalimentos” están dentro de las fuentes más ricas y poderosas de nutrientes en el mundo. Pueden sanar y prevenir las enfermedades, bajar de peso, adquirir nutrientes vegetales importantes y vivir más tiempo. Podemos disfrutarlos como un snack o agregarlos a un jugo, un licuado o una taza de té, regularmente.
10. Práctica espiritual – Incorporar como práctica diaria ya sea la meditación, el Yoga, la respiración, la expresión creativa, un servicio social u otra actividad que nos permita equilibrar la mente, tranquilizar las emociones, vivir en el presente, conectarnos con nuestro interior y con otros y vivir una vida tranquila acorde a nuestra persona verdadera.
Para más información o para contactar a la autora: www.cocinaverde.com
Me ha encantado tu post. Hace por lo menos 4 años que sufro lo mismo.
Gracias.