Gracias a un kiosco amigo

El paradero matero de Carlos Calvo y Perú

Por Andrea Andrus*, con aporte de Catherine Mariko Black

Diego Martínez atiende a un cliente. Foto: Andrea Andrus.

Diego Martínez atiende a un cliente. Foto: Andrea Andrus.

“Me siento muy feliz porque puedo trabajar de manera independiente, sin jefe” resume Diego Martínez, el dueño del kiosco de diarios en la esquina de Perú y Carlos Calvo, donde él y Juan Carlos Bernales atienden los siete días de la semana. Allí, la vereda ancha y la parada de varias líneas de colectivo crean un paradero barrial y un espacio informal para socializar.

A la mañana y a la tarde es común ver un grupo de hombres sentados en banquitos o parados alrededor del kiosco, la mayoría tomando el mate que ceba Martínez.

“El mateo lo armo yo, siempre fui de hacer mucha junta. Donde voy siempre hay alguien tomando mate conmigo”, se ríe. Esta facilidad para socializar entre vecinos es un ejemplo de la tranquilidad que le gusta tanto a Martínez, quien llegó a San Telmo hace más de una década cuando él y su hermano Ricardo compraron el kiosco (son de Saavedra originalmente). Unos años después, Ricardo armó, con su esposa, un puesto de productos de granja en el Mercado de San Telmo (“Granja Mharley”). Ahora la mano derecha de Martínez en el kiosco es  Bernales, quien ganó el apodo de “Tanguito”, porque siempre está escuchando tangos.

En veinte minutos pasan varios vecinos que no tienen que decir ni una palabra para que Martínez les alcance lo que vienen a buscar. “Lo que le gusta a la gente es que estés atento”, dice y agrega “con la confianza que te dan los clientes después de tantos años de reparto, vienen a hablar de todo, como si fueras una especie de psicólogo barrial”.

Termina otro día de trabajo y Martínez comienza a cerrar el puesto, bromeando con el vecino que pasa y saluda y con su amigo de la línea de colectivos 126. Dice riéndose: “acá trabajamos lo menos posible y mateamos lo más que podamos”, y aunque no parece que trabajen poco (el puesto está abierto los siete días de la semana, a la mañana y a la

tarde también de lunes a viernes) se nota que el vínculo con el barrio es lo que realmente define el espíritu de esta esquina.

Foto: Andrea Andrus.

Foto: Andrea Andrus.

*Andrea Andrus estudia periodismo en Estados Unidos e hizo un voluntariado en El Sol de San Telmo durante junio del 2011, a través de  Amauta Spanish School: www.amautaspanish.com.

Diego Martínez atiende a un cliente. Foto: Andrea Andrus.

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