Cómo rescatar la memoria antes que se pierda
El desafío de un proyecto colectivo para preservar la identidad de San Telmo
Por Catherine Mariko Black
¿Qué es la memoria colectiva? ¿Cuáles formas concretas puede tomar y cómo se puede preservar? Estas fueron algunas de las cuestiones que se discutieron en una charla entre especialistas en fotografía, el patrimonio cultural y el público, organizado dentro del marco del proyecto San Telmo Recuerda el 13 de julio pasado.
Dicho proyecto comenzó en septiembre del 2010 como una iniciativa colaborativa entre distintas asociaciones y entidades barriales. Tiene el objetivo de rescatar la memoria colectiva de esta zona, que hace unos diez años está atravesando cambios enormes en su tejido social, comercial y urbanístico debido en gran parte al boom turístico que produjo la devaluación del peso argentino. San Telmo Recuerda convoca a los vecinos a prestar sus fotografías cotidianas de la zona del Casco Histórico porteño anteriores al año 2000 para que sean escaneadas y preservadas en formato digital en un archivo de consulta y uso cultural, y eventualmente una exposición en distintos espacios del barrio.
En la charla, que transcurrió en la Casa de Liniers (hoy parte de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico), hicieron presentaciones: Luis Priamo, historiador y editor de fotografía antigua argentina; el fotógrafo profesional y vecino de San Telmo “Res”, la directora general de Patrimonio e Instituto Histórico Liliana Barela, el director del Museo de la Ciudad Eduardo Vásquez y el director del Centro Cultural de España Ricardo Ramón Jarne.
También se presentó una primera selección de las fotos que fueron recogidas el año pasado (unos doscientos y pico), que abarcan retratos familiares de conventillos a principios del siglo 20; la movida bohemia en el mítico Espacio Giesso de los 70 y 80; las casonas antiguas y resplandecientes de familias adineradas; escenas y retratos grupales en las aulas de escuelas y actos públicos en las calles, entre otros.
“Estas imágenes nos vuelven a recordar que, más allá de ser un documento técnico, la fotografía tiene alma y tiene corazón”, resumió Vásquez, cuyos 46 años trabajando en el Museo de la Ciudad –que cuenta con un patrimonio fotográfico importante, en gran parte donado de vecinos de Buenos Aires– le han demostrado cuánta historia se puede rescatar de las imágenes de álbumes familiares.
“Lo que puede parecer no valioso porque es simplemente un objeto cotidiano es en realidad para la sociedad valiosísimo”, acotó, y explicó que a partir del siglo 20, cuando la fotografía empezó a ser utilizada masivamente en la sociedad, ha tenido un protagonismo cada vez más importante en la narrativa histórica. “Por un lado son manchas sobre papel, pero la foto es un plano bidimensional en el que reconstruimos un relato de la realidad”, dijo el director.
Esta idea fue una de los conceptos centrales de la noche, también expresada en las palabras de Barela y Priamo: el patrimonio cultural del Casco Histórico porteño existe no solamente en sus museos e instituciones culturales, sino que está guardada (y a veces desvalorizada u olvidada) en las casas de la gente que vive o vivió ahí. Por lo tanto, es la responsabilidad de todos rescatarlo y preservarlo. Una foto que fue sacada con una visión hace 10, 20 o 100 años atrás se ve con ojos distintos hoy, y estas imágenes de la vida cotidiana del barrio en momentos cuando su contenido no era nada inusual, hoy cobran un valor patrimonial altísimo debido a lo cambiado que es el entorno y el momento histórico actual. “La fotografía nos ayuda a crear nuestro sentido de lo mítico”, dijo Priamo.
El fotógrafo Res, además de explayar sobre la evolución de la fotografía profesional y su tendencia más moderna de trascender la división entre sujeto y objeto, ancló su presentación en el mismo sentimiento que provocó el proyecto San Telmo Recuerda: un fuerte arraigo en el barrio donde vive hace 25 años y una preocupación frente a sus transformaciones de la última década (mencionó en particular su resistencia a la Torre Quartier que se está construyendo sobre la Avenida Juan de Garay). Pero aunque hizo la inevitable comparación entre San Telmo y lo que pasó en Palermo, desde la audiencia, Edio Bassi, uno de los dueños de la librería Fedro y editor de la revista TELMA, opinó que aún hay tiempo para “salvar” San Telmo y que el proceso de desvirtuar su carácter esencial no era tan avanzado, ni tan aceptado de parte de los vecinos. El arquitecto y ex director del Museo de la Ciudad José María Peña concordó: “Pongámosnos contentos, porque hoy estamos hablando de estos temas y antes no se discutían”.
Este sentimiento y sentido de pertenencia, fueron reflejados en otros comentarios del público, y se hizo evidente que el proyecto San Telmo Recuerda en realidad propone algo que va más allá de una recuperación de material histórico: busca preservar y celebrar la identidad colectiva de una comunidad que se siente en peligro de perderla.
Con la participación de instituciones como el Centro Cultural de España, el Club San Telmo, el Centro Cultural Fortunato Lacámera, el Museo de la Ciudad y la Dirección de Patrimonio e Instituto Histórico, además de medios, comercios y hasta escuelas zonales, cuenta con una red amplia y representativa de distintos sectores de la población local. A pesar de la inquietud que demostró Jarne, que esperaba una respuesta más grande a la convocatoria desde su lanzamiento el año pasado, se ve que este es un trabajo de hormiga, tanto al nivel de la logística y el armado de un proyecto de tal envergadura, como al nivel abstracto y lo que representa: cómo se rescata una identidad colectiva en un momento definitorio de su evolución.
Las fotografías se reciben de lunes a viernes de 10 a 16 en el área de Archivo de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico, Bolívar 466. También hay un escaneo inmediato los viernes de 17 a 19 en el mismo sitio.
Más información: www.santelmorecuerda.blogspot.com
Consultas: [email protected] o 15-5374-1959