Carlos Fadigati en San Telmo

Por Catherine Mariko Black

A pesar de ser el fotógrafo publicitario de alimentos y bebidas más importante del país, Carlos Fadigati tiene un trato informal y relajado. Como tantos otros artistas y figuras culturales de su generación que llegaron a los barrios históricos de San Telmo y Montserrat en los 80, es de alto nivel y bajo perfil. Sobre la calle Humberto Primo se despliegan un salón para su escuela de fotografía publicitaria, una cocina muy completa, su oficina y un estudio enorme con las instalaciones necesarias para realizar sesiones fotográficas de todo tipo.

Cecilio Madanes por Carlos Fadigati.

Cecilio Madanes por Carlos Fadigati.

La trayectoria profesional de Fadigati es demasiado extensa como para desarrollarla aquí en su totalidad, pero vale mencionar que a nivel publicitario hizo campañas para las marcas de bebidas y alimentos más importantes en Argentina (Quilmes, Bagley, Coca Cola, Havanna, por nombrar solo algunas), además de sacar fotografías para los libros de chefs reconocidos como el Gato Dumas, Iwao Komiyama, Francis Mallmann, Martiniano Molina y Donato De Santis. Expuso en el Museo de Arte Moderno y en el Centro Cultural Recoleta. Es miembro fundador de SADAFIO –Sociedad Argentina de Autores Fotográficosc y creador de Foodstock, el primer banco de imágenes gastronómicas del país.

Nacido en Roma, en 1946, su padre era cocinero en los hoteles importantes de Italia. Fadigati lo recuerda: “mi papá tenía los dedos gordos y siempre lastimados por los cuchillos”. Cuando llegaron a Buenos Aires, su padre consiguió trabajo en el restaurante y tea room de la clásica tienda de alta gama Gath & Chaves. Carlos a veces lo acompañaba, subiendo y bajando las escaleras mecánicas que en esa época eran toda una novedad.

Mediterraneo por Carlos Fadigati.

Mediterraneo por Carlos Fadigati.

“Todavía tengo muchos herramientas de él en mi cocina –dice Fadigati–. Con los años y hablando de esto, tengo que reconocer que terminé haciendo este trabajo un poco por toda esa historia, aunque al principio no lo sabía”.

Al principio, de hecho, Fadigati se dedicaba más a la fotografía de moda y desnudos, que solía vender en países del exterior. Un día, cuenta, un amigo le consiguió una entrevista con Miguel Brascó, el director editorial de la revista Status, hito cultural de la década de los 80. En una época que Fadigati recuerda como de alta adrenalina y velocidad, con Brascó hizo producciones de moda en revistas como Diners, Status y Vogue Argentina. Unos años después, iba a sacar las fotos para una producción de tragos en la nueva revista de Brascó Cuisine & Vins, y el productor encargado de hacer los tragos cayó enfermo. Fadigati terminó haciendo su propia producción, y su éxito lo introdujo al nuevo ámbito de la fotografía de gastronomía, incluyendo una serie de tapas de Cuisine & Vins, que realizó con amplia la libertad artística.

Tomates por Carlos Fadigati.

Tomates por Carlos Fadigati.

“Él (Brascó) me decía qué se tenía que poner, por ejemplo un pepino, pero yo decidía cómo sacar la imagen”, recuerda Fadigati. Varias de estas tapas, retratos austeros y a veces eróticos de distintos alimentos y bebidas, estuvieron en exposición durante el mes de julio en la galería de Asunto Impreso (Perú 1064).

En 1984, realizó una producción de moda importante para Ellesse en distintas ciudades de Rusia, pero volvió agotado y determinado de dejar ese ámbito fotográfico. “Me fui metiendo cada vez más en la fotografía de gastronomía porque era infinitamente más satisfactorio que lo que hacía antes. En la fotografía de alimentos y bebidas, vi que la gente estaba mucha más relacionada con la buena vida, mientras la otra, la del modelaje, era mucha más relacionada con una vida ficticia, superficial… hasta pueril”, reflexiona.

Pescado por Carlos Fadigati.

Pescado por Carlos Fadigati.

Por esa época instaló su estudio en San Telmo, y a pesar de tener “muchas oportunidades de mudarme, elegí el barrio. Me gusta esta zona porque salgo a la calle y todos nos conocemos. Salgo de mi puerta y saludo al portero, conozco a los muchachos del garaje de enfrente, puedo caminar fácilmente a donde quiera pero también es fácil parar a charlar con alguien. Me parece que todo esto representa algo más profunda y real”.

También dice que aprecia el valor histórico que tiene el barrio y remarca la rabia que le da ver la manera en que se descuida el patrimonio. “No puedo creer que la gente no entienda que San Telmo es un pedazo de la historia de Buenos Aires. Aquí ponen asfalto sobre los adoquines mientras que en otros países los cuidan como si fueran de oro”.

Esta valoración de lo más “profunda y real” se ve reflejado en su fotografía como el arte del retrato. Mirando sus retratos humanos, uno se da cuenta que la misma habilidad que tiene Fadigati para sacar a la vista la personalidad interior de un durazno o un chorizo husmeando en la tabla, se la aplica también a la fotografía de personajes desde Marta Minujín hasta Romero Brest. Sus retratos de gente suelen ser en blanco y negro, mientras los de la gastronomía son en color, pero todos demuestran un ojo para reconocer y captar la esencia de su sujeto.

www.fadigati.com

Cuerpos Libres por Carlos Fadigati.

Cuerpos Libres por Carlos Fadigati.

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