Comunidad es unirnos todos

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Me crié en el norte de la Provincia de Buenos Aires y siendo adolescente (allá por los años ´80) conocí San Telmo. Me quedé fascinada con su singular conjunto de casas de antigüedades; barrio malevo, milonguero, tanguero, histórico, con sus barcitos, sus pequeños teatros, la Iglesia antigua, todo tan distinto a lo que yo conocía del “centro”, como decíamos en mi barrio.
Ahora, tuve la oportunidad de elegir dónde tener mi casa, y por eso elegí venir a San Telmo. Este pintoresco lugar atesora una parte muy importante de nuestra historia, ya que en él vivieron y actuaron tanto personajes trascendentes de la historia argentina como personas comunes.
Quisiera que en el futuro todo el barrio de San Telmo esté limpio, restaurado y cuidado por vecinos y visitantes, y que las autoridades entiendan que deben restaurarlo preservándolo y no haciéndolo más moderno. Aspiro a que el barrio sea un orgullo para todos y un paseo placentero para quienes nos visiten.
Nuestros desafíos incluyen la creciente demolición de edificios de valor histórico/arquitectónico para construir en su lugar edificios modernos, hoteles u otros destinos comerciales; la proliferación de comercios “estilo Palermo”; la intención de las autoridades municipales de “modernizar” ciertas áreas sensibles del barrio, como la calle Defensa; la posibilidad de perder definitivamente construcciones de gran valor por falta de cuidado y restauración o por usurpaciones; y la desprotección de los árboles, entre otras cosas.
Creo que la mejor manera de enfrentarlo es unirnos los vecinos y reclamar a las autoridades que se respeten la legislación que protege las áreas históricas, como también las normativas relacionadas con el espacio urbano en general. Por lo visto, eso nos está dando buenos resultados, y eso que estamos actuando por áreas separadas.
“Comunidad” según dice la Real Academia Española, es aquello que tiene “calidad de común, que pertenece o que se extiende a varios” y creo que entre muchos de los vecinos de San Telmo hay un sentimiento de comunidad, aunque pienso que esto debería llegar a más gente, a más vecinos. Hay que comprometerse más por mejorar el lugar en el que vivimos, nos tenemos que organizar más entre todos y unir todas estas pequeñas asociaciones que ya existen en San Telmo (las antiguas y las nuevas) en una en la que todos nos sintamos representados y nos podamos reunir: la unión hace la fuerza.
El Sol de San Telmo es como una ventana que nos permite curiosear San Telmo por dentro, conocer las anécdotas de sus habitantes y vecinos de hace muchos años, y las historias y recuerdos contadas por sus protagonistas. Creo también que el joven diario adoptó una actitud muy importante, ya que además de su función de informar y entretener, se reveló como un eficiente comunicador entre las personas del barrio que no se conocía –yo entre ellas– y como impulsor de encuentros entre los vecinos y distintas autoridades en temas que afectan a San Telmo y sus habitantes.
Me despido volcando al papel eso que siempre percibo cuando camino, veo, pienso y siento a San Telmo: es una postal de Buenos Aires, contiene parte de nuestra historia, es como una aldea enclavada en la gran ciudad, donde convive lo antiguo con lo nuevo.
—Belén María Udaquiola

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1 respuesta

  1. Andrea Feola dice:

    Hola
    El segundo apellido d emi padre es UDAQUIOLA quisiera saber si ers familiar.
    Gracias.

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