Un grupo de murgueros
La murga del barrio, Los Caprichosos de San Telmo, no es una murga más, sino que es el espacio donde algunos santelmeños encuentran contención y apoyo, como una especie de familia. “Este grupo te da un lugar de pertenencia y establece los lazos solidarios” nos dice Hector “Pichi” Roteiro, organizador desde hace años de la murga, y agrega “Nosotros a veces le prestamos el oído a los pibes. Y les damos una palabra de apoyo”.
Con más de cien integrantes, el grupo de la murga logra ponerse de acuerdo, aunque sea difícil. “Yo creo que tiene que haber una voz de mando. Pero además que escuche y acepte lo que decida la mayoría. En el caso de la murga uno tiene que escuchar y luego decidir qué hacer” dice Pichi.
Algo que tienen en claro los Caprichosos es que si no fuera por todo el grupo la murga no existiría. Cada uno tiene un rol: unos tocan el bombo, otros bailan, otros cantan. De eso se trata el grupo, de que cada uno sea una parte importante del todo y siga un mismo objetivo común. Sin murgueros, no hay murga.