San Telmo: el otro lado…
Por Lilián Logarzo
Parada en la esquina de Defensa y Humberto Primo, respiro historia, nostalgia, tango y, sobre todo, ¡barrio!.Promocionado como lugar turístico ineludible para todo visitante que llega a Buenos Aires hoy queremos indagar ¿Cómo nos ven ellos? ¿Qué buscan o cuáles son sus expectativas al visitar San Telmo? ¿Encuentran lo esperado?.
Me decido a hablar con algunos turistas, unos de paso y otros que ya adoptaron a San Telmo como propio. Ian (belga, 23 años) nos cuenta que arribó para estudiar español y aprender a bailar tango. De los dos meses que tenía previstos ya lleva 1 año y medio felizmente instalado y, al menos por ahora, no piensa hacer las valijas.
Felipe (español, 31) hace 7 meses que disfruta el barrio, un poco empujado por la crisis europea encontró en San Telmo todo lo que esperaba y “aún más”. El encanto de un barrio histórico, sus adoquines, sus casas coloniales y, sobre todo, “su gente”. Se siente activamente integrado y tampoco planea irse.
Thérese (francesa, 25) decidió venir a nuestro país e instalarse en San Telmo, por historias que escuchó de sus amigos y fotos que le mostraron quienes ya habían viajado. Encontró todo lo que esperaba: historia, arquitectura y “la calidez de su gente”.
Michel (inglés, 29) es un turista ocasional, solo está de vacaciones. Le gusta mucho el barrio y reconoce un estilo netamente parisino en nuestras calles, con bailarines de tango, puestos con antigüedades, mimos y artistas callejeros. Divertido, “con onda”, rica comida y movida nocturna. Todos coinciden en que los atrapa el encanto y la energía de San Telmo. Aún aquellos que vienen por un breve período, terminan prolongando su visita o su estadía. Incluso haciendo amigos y formando grupos no solo con los lugareños, sino con otros extranjeros establecidos aquí.
En definitiva, recibimos turistas de todo el mundo especialmente los domingos, cuando bien temprano comienza a armarse la escenografía para darles la bienvenida. Caños, tablas, bancos, baúles y cajas repletas de artículos de toda índole van cobrando vida minuto a minuto, esperando atrapar las miradas y el interés de los visitantes. Nuestro barrio es un itinerario obligado en los circuitos turísticos, con pasado, presente y, esencialmente, con identidad.
San Telmo, esquina de Balcarce y Cochabamba. Solo veo basura acumulada, indigencia sin asistencia (hay más de 10 que duermen, comen y hacen sus necesidades en plena esquina)pseudomonumentos nos autorizados, colectivos y camiones que eluden Paseo Colón, revientan el empedrado y sacuden edificios históricos, sin ningún control¿ dónde quedó mi barrio? ¿dónde el respeto a la historia y al otro?