Un joven artista extranjero que ya es parte del barrio
San Telmo se ha convertido en el hogar de Michael Jackson. Jackson, es un artista estadounidense que vino a Buenos Aires hace cuatro años atrás y desde que llegó, ha vivido en San Telmo.
Vino a Buenos Aires como turista, después de viajar en colectivo, tren y barco desde California, donde nació. Para poder vivir, cada domingo vende sus obras en el mercado de San Telmo y también trabaja como profesor de dibujo en la Escuela de Arte Sótano Blanco (Pje. J. M. Giuffra 382 – CABA).
Jackson decidió vivir en el barrio porque “es el más viejo y excéntrico”, dice. Y también cree que “es un lugar fácil para vivir para los extranjeros, porque es un barrio de tránsito”. Y agrega: “Creo que San Telmo tiene muchos extranjeros y otras personas del lugar, que piensan creativamente”.
Después de estudiar español e italiano en la universidad de Estados Unidos, Jackson fue a Europa a vivir, pero no se sentía cómodo. En Buenos Aires, el artista ha encontrado un lugar donde puede sentirse mejor. Esto también lo explica cuando dice: “Acá, tu apariencia física no explica tu nacionalidad”. Por otro lado, cree que la diversidad de San Telmo es lo que ayuda a sentirse así y también asegura que la cultura porteña es buena para el proceso del pensamiento de un artista, cuando nos comenta que “la energía espontánea de los porteños me da inspiración”.
En su departamento, el arte cubre las paredes. Jackson es dibujante, pintor, fotógrafo, escritor y cineasta. Desde que llegó a Buenos Aires ha escrito dos novelas en inglés. Las dos son sobre la vida en San Telmo. “Pienso que, todas las formas del arte son valiosas. Todas ofrecen cosas diferentes, porque las personas son diferentes”; dice.
Los dibujos son prioritarios para Jackson. Ha creado y vendido un calendario con dibujos de San Telmo, que se denomina: Recorrido Visual de San Telmo. Con este trabajo logra obtener la mayoría de sus ingresos.
En cuanto a sus clases en la Escuela Sótano Blanco -fundada hace quince años atrás- nos contó que comenzó a darlas hace tres meses. En general son seminarios relacionados a la temática de las diferentes formas del arte y, además, nos dice que la mayoría de los profesores que dictan las clases son jóvenes. En cuanto a los estudiantes que van al establecimiento, hay tanto argentinos como extranjeros que quieren mejorar sus habilidades.
Con relación a su futuro, Jackson piensa que -eventualmente- volverá a su país de origen y posiblemente inaugure una escuela de arte en Nueva York. Pero “Acá siento que he aprendido a tener más paciencia y a apreciar muchas cosas de las que los argentinos disfrutan. Siento que me he desarrollado artísticamente de una manera que nunca sentí antes”.