Cambalache: noviembre 2007
Siempre hay que recordar lo que dijo el arquitecto José María Peña en la mesa redonda que organizó este periódico (ver pg. 6): “Yo me niego a vivir en función de los turistas”. Es toda una declaración de principios. San Telmo disfruta un auge, es renombrado mundialmente, precisamente porque conserva su carácter auténtico, clásico. Si este barrio se convierte en otra parada turística estilo Caminito o “Palermo no sé qué” perdemos todos, y los turistas también se irán.
A propósito, dicen que está por llegar a San Telmo la cadena de cafeterías marca Havanna, en Defensa y Carlos Calvo. ¿Será verdad? Hmmm …
Y hay más emprendimientos nuevos en el horizonte. Se anunció que San Telmo—junto a Puerto Madero—está bajo consideración para albergar un nuevo hotel de lujo. Éste es temático, dedicado a Diego Maradona.
Sería otro cinco estrellas más, porque el mes pasado abrió el Hotel Axel en Monserrat, mostrando una curiosa arquitectura: la piscina es un gran acuario de humanos; es transparente y se puede ver desde todos los pisos. Algo nuevo en el barrio.
Pero el premio por lo nuevo seguramente se lo lleva una cuadra de la calle Perú, entre Humberto Primo y Carlos Calvo. Allí inauguraron el mes pasado—o están por inaugurar—cuatro locales nuevos: una perfumería, una librería (Asunto Impreso: Librería de la imagen), una boutique y una moderna heladería (Dylan’s). Así, la calle Perú se ha convertido en el tercer eje de compras y culinaria (los otros serían Defensa y el paseo Chile-Balcarce).
Y más reconversiones: nuestros colegas del periódico En San Telmo y Sus Alrededores destaparon en su número de agosto/septiembre la noticia que se avecina un gran desarrollo inmobiliario para la vieja fábrica de bizcochos Canale en frente al Parque Lezama.
Pero no todo se “recicla” tan fácilmente: las bolsas de plástico que nos llevamos de los supermercados por ejemplo, ¡tardan millones de años en desaparecer, los basurales están llenos de bolsas!
Hay un nuevo movimiento de base ecologista en el barrio que quiere hacernos recordar esto, se llama “Área Verde”, quiere ayudar a reducir la cantidad de basura en San Telmo. Mauricio Macri dice que quiere incinerar basura, Dios nos salve. Hay que reducirla, no respirarla. Hay que seguir el ejemplo de las señoras mayores del barrio, con sus eternos changuitos y bolsas de compra re-usables; ellas son las ecologistas natas. Mientras tanto sube la actividad económica y se amontona la basura.
Sí, hay mucho movimiento, y por esa razón se notan más las obras públicas paradas, vergüenzas a vista de todos. El Jefe de Gobierno Jorge Telerman se ha quedado sin plata. No importa cual sea la razón, es inexcusable que se dejen a medio hacer obras tan importantes como el supuesto “Polo Cultural Sur” en Defensa y la Avenida San Juan.
Mientras tanto, el acervo artístico del cerrado Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba) deambula por la ciudad buscando techo. Igual de deprimente es pasar por enfrente del imponente palacio abandonado en la esquina de Perú e Independencia (ver foto en la tapa), y constatar que también se dejó a medio hacer el proyecto de transformarlo en una escuela pública. También sigue deteriorándose el ex-Patronato de la Infancia en Balcarce y Humberto Primo, otro buen lugar para una escuela.
Así es nuestro siglo XXI: mientras algunos roban los semáforos y estatuas de las plazas para fundir y vender el metal (como los ladrones que se llevaron las estatuas de Rómulo y Remo que amamantaba la escultura de la loba romana en el Parque Lezama), otros gastan material en obras que dejan a medio terminar. Esto desanima. Habría que pedirle de entrada a Mauricio Macri que se haga cargo de estos proyectos, emblemas de desgana cívica.
Pero también hay que rescatar cosas del gobierno saliente, en particular en el área de cultura, que parece vale oro. Según datos que sacó a lucir la Subsecretaria de Industrias Culturales Stella Puente, en una charla en la Galería Wussmann, las industrias culturales aportan el 6% de la economía porteña.
Pero más importante, la preocupación por San Telmo y el Casco Histórico se exhibía en todo el organigrama del Ministerio de Cultura, liderado por una arquitecta experta en patrimonio, Silvia Fajre. En un acto en la Sociedad de Arquitectos, el 16 de octubre, Fajre repasó su gestión. Destacó el reacondicionamiento de veredas y alumbrado en la calle Perú, el Boulevard Caseros, y el circuito Chile-Balcarce; mencionó el taller de oficios tradicionales que ayudó a restaurar el premiado teatro Margarita Xirgu en el Casal de Catalunya; también recordó la creación de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural, que ha ayudado a revalorar todo lo histórico y arquitectónico, en especial desde la Dirección del Casco Histórico.
Al finalizar la charla Fajre, vecina de Monserrat, dijo al Sol de San Telmo, “siempre estoy dispuesta a ayudar San Telmo en todo”.
Esperemos que el próximo gobierno muestre la misma buena voluntad hacia este barrio que es una vitrina en la que el mundo ve Buenos Aires. Pero sobre todo, ¡que terminen las obras inconclusas!
Y por último, ya que estamos abucheando, no puede ser que la audiencia en la apertura del festival de música antigua en la Iglesia de San Ignacio se haya portado tan vergonzosamente cuando se demoró el concierto de un excelente coro y orquesta de Moxos, Bolivia. Chiflaron y se quejaron a los gritos. Un poco de paciencia siempre dignifica, ¿no?
—Marcelo Ballvé
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