Retorno a lo inicial
Si al fin todos pudiéramos
con un sol asomando a los ojos,
descubrir sin apuro la ternura
florecer en el éxtasis del canto,
cuántas horas haríamos serenas
cuántos días haríamos despacio.
Y cuando nos despierten las mañanas que abruman
y una ola amarga nos quite el descanso,
sabremos que en la paz
urdimos nuestros sueños
y que pronto en la tierra nos diremos “hermanos”.
Porque estéril es la norma absurda,
somos lógicos seres que meditan sus actos,
pero en el aire hacemos fantasiosos castillos
y extendemos al tiempo más allá del horario.
Queremos ser eternos aprendices del viento,
astronautas del mar y del ocaso,
queremos llevar por ojos dos lunas
que cada noche se estén estrechando.
Si al fin todos pudiéramos
cosechar el silencio de los campos,
regresar al sosiego para siempre
por la senda directa de lo simple,
propiciar el asombro
comprender el milagro,
qué felices seríamos
y yo lo ansío tanto
que si en mis hombros dos alas florecen
será de alzar hacia el cielo los brazos.
Susana Lisotti
Susana Lisotti de Arce poeta y escritora, nacida en Lomas de Zamora y vecina de San Telmo estudió la carrera docente y cursó Filosofía y Letras en la UBA. Ha publicado cuentos infantiles en La Nación y Billiken -entre otros- y la editorial Risas Publishing Corp. De Dallas – Texas editó sus obras para escuelas de habla hispana. Esta poesía seleccionada, pertenece a su último libro: “El devenir de los días” que, como el resto de su obra, tiene un tinte melancólico y una estética de asombro frente al destino, dejando entrever que un hilo misterioso comanda el barco de la vida.