“San Telmo debería tener su cancha en Brasil y Paseo Colón”
Carlos Alberto Pérez, el máximo ganador de la historia del Club Atlético San Telmo.
De la mano de Juan D´Ambrosio y Cecilia Calderón llegué al bar Aconcagua en la esquina de Estados Unidos y Bolívar. Ese lugar es una fiesta vecinal. Todos se conocen, todos se saludan, todos se cuidan, todos tienen ese dejo de vecindad que no hay forma de disimular.
Juan me había prometido presentarme a Carlos Alberto Pérez, ex jugador de Racing y uno de los patriarcas del Club Atlético San Telmo. Y cumplió.
Luego de tomarnos un cortado y en plena charla con Cecilia, don Carlos apareció por la puerta grande del bar, como no podía ser de otra manera. La sonrisa iluminaba toda su cara y los ojos sorprendidos por la nota que le veníamos a hacer, hicieron que las presentaciones sean mucho más afectivas de lo que uno podría imaginarse ante un “desconocido”.
No hizo falta nada más, solo sentarnos a escuchar la historia deportiva de este hombre de 86 años, nacido un 5 de marzo de 1927 frente a la estación Constitución (Lima 1626). Supimos entonces que “cuando era chico jugaba en la calle y ahí alguien me vio y fui a probarme a Racing donde llegué hasta la segunda división”, nos dice don Carlos. Todo estaba bien hasta ese momento pero, en realidad, nosotros queríamos saber cuáles fueron sus glorias en el Club San Telmo. Entonces, con los ojos iluminados seguramente por el recuerdo de las imágenes de esos años de gloria, nos dice “debuté en el Club el 23 de mayo de 1948 con un gol que sirvió para el empate. Yo jugaba de 10 inside izquierdo, venía de Racing a préstamo. Después salimos campeones”.
Los recuerdos se mezclan entre la memoria que va y viene. Pero con la ayuda de Juan, que parecería que conoce su vida más que la de él mismo, don Carlos dice: “En 1949 salimos campeones y al año siguiente pasé a jugar en Flandria (el eterno rival de los Candomberos, como se llama a los de San Telmo)”. Pero la historia grande del club del barrio, la escribió cuando dirigió al equipo en la C ganando el torneo en 1956 y en 1961 logrando el ascenso a la B, siendo campeón en los dos años y luego en 1962. Con estos logros, concretos e indiscutibles, selló su trayectoria.
Como la fama no es puro cuento, los clientes del bar que lo reconocen, se acercan a saludarlo. Entre ellos Alberto Salazar el hijo del que fuera presidente del Club San Telmo, don Américo Salazar y él responde con un tímido orgullo porque no quiere parecer un “agrandado”. No lo es, pero si lo fuera tiene con qué porque lo respalda su historia de lucha que llenó de éxitos a la camiseta que tienen pintada en la piel los santelmeños de alma.
Antes de irnos, don Carlos insiste en que “la cancha del Club Atlético San Telmo tiene que estar en el barrio, no porque la Isla Maciel no sea un buen lugar sino porque el corazón del Candombero está acá y uno no puede renegar de sus orígenes”.
Isabel Bláser