Ser o no ser… de San Telmo

Cuando le dije a mis compañeros de trabajo que me mudaba a San Telmo, el primer comentario que escuché fue: “A ustedes,  los europeos, les gusta San Telmo, nosotros preferimos Belgrano…”.  Sentía en la dualidad ustedes/nosotros, el miedo a la mixtura nacional o social; el miedo a vivir con extraños. La fobia hacia lo desconocido, nos lleva a encerrarnos en nuestros departamentos, casas o lo que sea, lejos de poder construir la posibilidad de una vida colectiva o un barrio mejor.

Un barrio es un conjunto humano de colores y perfumes, músicas y costumbres que mucho tienen que ver con el lugar de nacimiento de cada uno.

En mi caso, nací muy lejos de las murgas y las callecitas empedradas, vengo de un pueblo mediterráneo coronado por los Alpes. Ni en sueños pensaba, algún día, vivir en Suramérica o en Argentina y menos en el barrio de San Telmo. Sin embargo, hace casi un año que vivo en este lugar tanguero, empedrado, de murga, de hostels, de vecinos que conocemos con mi esposa y nuestro hijo franco-argentino de 7 meses,  nacido en el barrio… ¿Es nuestro hijo un hijo de San Telmo?

La identidad de un lugar se piensa -en general- en función de la gente, de las generaciones que se sucedieron en ese sitio. Se describe a partir de la actividad económica ancestral, de los eventos pasados e históricos que marcaron las paredes del barrio, de las fiestas y bailes tradicionales, etc. Es una identidad que influye en la creación de otra colectiva fuerte, pero que percibe -a veces- la diferencia como amenaza a la integridad cultural, histórica y física de los valores comunitarios.

Más allá de un debate teórico o político, vivir hoy en San Telmo nos emplaza ante todo un abanico de personas y nacionalidades, una realidad que constituye una posibilidad de seguir inventando desde la comunidad, una identidad inclusiva, constructiva y transformadora, para que todos/as podamos vivir en el mejor barrio posible.

Querer participar en la construcción de un proyecto de vida común, es un derecho de los vecinos/as de San Telmo, nacidos o llegados al mismo por diversas razones.  El detalle de cómo han llegado o cuándo, pierde relevancia ante las acciones comunitarias que denotan una identidad que trasciende las diferencias, que está más allá del tipo de DNI o permiso – visado de estadía. Ser o no ser o, mejor dicho, ser y dejar ser en San Telmo, esa es la cuestión.

Thomas Prola

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