Bar Defensa

“La esquina” de San Telmo

En la esquina de Cochabamba y Defensa, a media cuadra de la autopista, hay un edificio de un piso, discreto, donde en su planta baja se encuentra un bar mítico de San Telmo. Se trata del Bar Defensa, más conocido como “La Esquina”.

Allí, la gente -obviamente- va a comer y tomar, pero lo que realmente va a buscar es otra cosa. Es un punto de encuentro, un espacio para hablar y ser escuchado, hacer tiempo, debatir el partido del domingo, hacer negocios o seducir a la nueva vecina.

Es uno de esos lugares que siempre estuvo y siempre va a estar. Cambiaron los dueños varias veces en su historia, pero supieron conservar la onda. Y anda bien ¡cómo se llena!

Lo esencial es que todos los días levantan la cortina, sin fallar. Y si por casualidad un día no abren, es que algo grave pasó. Ya se sabe que en el salón estarán los mozos Secundino (enseñando a los dueños “cómo se trabaja”), Karina (¡no la pongan nerviosa que se calienta!) y Leandro (el que mejor hace el café). Seguramente van a estar también Gustavo, Enrique o Gerardo en la barra (contestando al teléfono y pensando en hacer negocios) y los excelentes cocineros “escondidos” atrás. También ya se sabe que siempre te van a atender bien, como corresponde.

Así como ellos abren todos los días, siempre van los fieles parroquianos. Menos los domingos, porque se llena con los “invasores” que trae la feria y, entonces, algunos se “esconden” en su casa. Cada parroquiano tiene sus horarios, pero lo frecuentan todos los días. En realidad son ellos quienes le dan tanta onda a ese lugar.

La jornada empieza con los que van tempranito a despertarse con un cafecito y el diario, mientras Cacho limpia la vereda. Algunos escriben tangos, otros -quietos- miran por la ventana y están los que comparten mesas para empezar el día rodeados de gente amiga.

Después llegan los que van a almorzar, pero ahí cambia la onda. Mucho ruido, por las charlas de los dueños de las inmobiliarias con los ancianos del geriátrico de al lado y algunos vecinos. Hay plato del día: “Hoy tenemos carne al horno con papas, ravioles con estofado, guiso de lentejas…” y muchas botellas de tinto con sifones e hielo.

Siguen los de la tarde (¡no se pierdan la torta de ricota de Enrique con el cafecito!) y los de la noche, que van a tomar un Fernet (bien cargado) o un vinito con soda, mirando la televisión.

Pero no se puede hablar de “La Esquina” sin nombrar a los dos personajes que hacen de este bar un lugar tan especial: Hugo y José.

Hugo siempre en su mesa, la que está apoyada en la barra. Vive en el edificio de enfrente. Es la memoria del bar, conoce a todos. Los mismos dueños me dijeron “Anda a preguntarle a Hugo la historia del bar, la conoce mejor que nosotros”. Así que, gracias a Hugo, les puedo contar que el lugar tiene más o menos 45 años. Lo abrieron 3 socios: Marcial Rodríguez, Paco Ferreiros y Blanco. Los dos primeros fallecidos y el último, con más de 85 años, que sigue yendo al bar. Muchos todavía se acuerdan de las tortillas de papas y de las papas fritas de Paco -“las mejores de Buenos Aires”, según Hugo-. Después lo tuvo Liceo, pero cerraba a las 18, era otra cosa. Falleció Liceo, el Bar cerró por poquito tiempo y luego -hace 2 años y medio- llegaron Gustavo y Enrique. Ellos vinieron del barcito del estacionamiento que está cruzando sobre Cochabamba yendo para Balcarce. Así que a la gente ya la conocían… y de esta manera, el Bar Defensa, sigue siendo “La Esquina” de siempre.

En cuanto a José, suele estar sentado en el banco de hormigón de la vereda, a la tarde. Antes venía con Tony, su perrito de 17 años cuyo fallecimiento conmocionó a todos los vecinos. José no va a tomar ni a comer. Va “para estar”. Sabe todo lo que pasa en la cuadra. Fue el cocinero de la parrilla 1880 durante 26 años y vive a unos metros de allí, en un ph. Hace mucho, vino del norte y le gusta bailar. No para de tener visitas, gente que se sienta al lado para hablar con él, comentar las novedades del barrio y reírse un rato. Sentarse a su lado, para compartir unos minutos, es un placer imperdible.

El Bar Defensa es “La Esquina”, una esquina muy importante de nuestro querido barrio. Si no lo conocen vayan ya, porque vale la pena.

                                               Texto: Tatiana Michalski Foto: Grégoire Fabre

 

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