¿Te come la cabeza?
La rata es el hámster que tenemos en la cabeza que anda en la ruedita sin parar y nos come el coco sistemáticamente.
Ella siempre habla de lo que pasó o de lo que va a pasar. Anda en una rueda, precisamente porque corre y corre, pero la verdad es que no llega a ningún lado. Básicamente porque no estamos haciendo con ella nada real, sencillamente estamos pensando, escuchándola y creyendo que todo lo que nos dice es cierto.
Ejemplo: Diálogo mental: “Me gustaría escribir sobre esto”. Entra la rata: “Pero seguramente a nadie le interesa, solamente te publican si sos conocido, en la reunión seguro no conocés a nadie, te van a ignorar, te van a rebotar la idea…” ¿Cómo termina la cosa? Nunca escribís la idea, nunca vas a la reunión, Nunca proponés nada… por las dudas.
La rata “habla” de tiempos que no son reales, de cosas que verdaderamente no están pasando. El problema es que ella nos convence de que es una realidad.
El alimento de la rata es la duda, son como anabólicos para ella. Cuando más dudamos más corre.
Y no anda sola. Cuando tenemos que tomar una decisión importante, generalmente viene con las amigas de otras ruedas, algunas veces con las de una montaña rusa y las de todo el parque de diversiones: el pulpo, las tazas, los autitos chocadores y todo el Italpark. Especialmente le encanta el tren fantasma.
¿La rata es el diablito y el santito? No. porque no son ni buenas ni malas, sencillamente piensan cosas diferentes todas a la vez, bailando un malambo en tu cerebro.
Todos tenemos ratas, incluso los que afirman “yo no tengo una rata negativa, no la encuentro, no está, no tengo.No no no.”
Las ratas nos paralizan, nos dejan inmóviles manteniendo conversaciones ficticias, pintando paisajes inventados.
¿Qué dicen tus ratas? ¿Qué rumea tu cabeza hoy?
Carolina López Scondras