La búsqueda del camino
Para iniciar algo, en primer lugar, tenemos que no postergar lo deseado. Construimos nuestra vida sobre la base de lo que hacemos, pero también de lo que dejamos de realizar. Es decir, elaboramos una historia en la acción, pero también en la omisión, en la postergación, en la demora, etc. Es algo que afecta a todas las personas, en mayor o menor medida. Postergar, posponer, demorar, aplazar, todas estas palabras son sinónimos que usamos cuando no realizamos una actividad a la que tendríamos que darle prioridad y que dejamos para después o nunca.
Algunas de las áreas donde más posponemos, son:
- La vida diaria;
- Crecimiento personal;
- Compromiso con los demás.
Como las enunciadas, podríamos mencionar otras situaciones y quizás tendríamos que decir que también y, muy especialmente, postergamos el autoconocimiento que es el que nospermite saber los propios estados internos; preferencias; recursos e intuiciones.
En segundo lugar, saber lo que uno quiere. Los modos de obtener algo deben determinarse después, primero hay que saber con certeza qué es ese “algo” que se desea lograr.Si no es así, es muy posible que la voluntad nos falle en algún momento porque en lo profundo no deseamos intensamente aquello por lo que nos estamos esforzando y lo mismo ocurrirá si no sabemos qué es lo que realmente deseamos.
El autoanálisis es imprescindible, ya que la propia identidad fija las metas y de ellas deriva el curso de acción.
El autoconocimiento ofrece un timón seguro para mantener nuestras decisiones en armonía con nuestros valores. Solo sabemos qué hacer si descubrimos qué es lo que percibimos como adecuado. Los sentimientos nos brindan el dato esencial: Si hay discrepancias entre la acción y el valor. Por eso desconocer lo que sentimos no nos permite saber lo que el cuerpo experimenta y nos pone en desventaja.
En tercer lugar, obtener lo deseado a través de luchar por ello. Algunas veces lo que necesitamos en la vida es la lucha ¿Cuántas veces hemos querido tomar el camino fácil para alcanzar lo que queremos? Actuar supone tomar decisiones y hacerlo de forma rápida, soportando un cierto estrés y acuciados por el paso veloz del tiempo, luchando contra la incertidumbre y paliando la falta de información de nuestros conocimientos en la materia.
Existen dos formas de tomar decisiones: una es analítica y la otra intuitiva. Si tuviésemos toda la eternidad para decidir qué pasos dar, podríamos analizar infinidad de elementos; sin embargo, a menudo encontramos limitaciones temporales que nos obligan a decidir con rapidez y entonces confiamos en nuestra intuición. En su vertiente positiva, la intuición nos invita a realizar saltos creativos. En su vertiente negativa, por el contrario, presenta varias debilidades como el peligro de tomar la decisión equivocada o la dificultad de comunicarse y coordinarse con otras personas.
Las decisiones tomadas de acuerdo con el timón interior, nos potencian. No solo las sentimos correctas, sino que maximizan la atención y la energía disponibles para llevarlas a cabo.
Con ello podremos transformar nuestro mundo, mejorar nuestras perspectivas y, de esa manera, lograr lo que deseamos.
Lic. Hugo Lavorano-M.N. 12.243