La Poesía vuelve a San Telmo

Al conservar los bares de barrio, cuidamos nuestro patrimonio cultural

El 12 de abril de 1982, en la equina de las calles Bolívar y Chile, el poeta Rubén Derlis abrió las puertas del Café La Poesía al barrio de San Telmo. Durante seis años el lugar serviría como nexo de muchos creadores que señalaron el comienzo de una nueva movida artística en la democracia naciente de esa época.

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Derlis era de la celebrada “Generación del ‘60”, un florecimiento cultural marcado por los ideales de la transformación social e influenciado por la Revolución Cubana, el Mayo Francés del ’68, La Primavera de Praga, y los movimientos contra la guerra en Vietnam y por los derechos civiles en EE.UU. En Argentina, la época fue marcada por hitos como el Instituto Di Tella, el Cordobazo del ’69, el Grupo Espartaco y la Nueva Figuración en las artes plásticas; en el teatro independiente que dio luz a Griselda Gambaro, Somigliana, Dragún y Tato Pavlovsky; y en el movimiento de “El Pan Duro” o “La Nueva Canción” en letras y poesía liderado por figuras como Juan Gelman, Francisco “Paco” Urondo, Olga Orozco y Alejandra Pizarnik, además del mismo Derlis.
Durante los ’80, cuando San Telmo era un barrio preferido por la nueva bohemia de Buenos Aires, La Poesía albergó acontecimientos que ya son parte de la historia cultural de Buenos Aires. Ahí se fundó el mítico “Grupo de los Siete” y los ciclos de Poesía Abierta en el ’83 y el ’84, además de varios talleres de narrativa y poesía, y el ciclo “Poesía Lunfarda”. Entre sus habitués se podían contar: Juan Carlos Gené, Miguel Briante, Isidoro Blainsten, Oscar Ferrigno, Héctor Negro, y los míticos músicos Hernán Oliva y Enrique “Mono” Villegas.
En una de sus mesas el poeta y letrista de tango Horacio Ferrer conoció al amor de su vida, Lucía Michelle, a quien inmortalizó en “Lulú”: Te acordás del café “La Poesía” esa mágica noche en San Telmo / Buenos Aires urdió nuestro encuentro / tan romántica y dulce Lulú.
Pero en 1988 Derlis cerró el bar, y durante los siguientes diez años hubo una serie de negocios fallidos en el local, hasta el punto que algunos vecinos decían que estaba maldecido.
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Un nuevo capítulo
Este ciclo de mala suerte paró el año pasado cuando el matrimonio integrado por Pablo Durán y Laura Carro vio la posibilidad de tomar el espacio y revivirlo. Durán y Carro ya eran propietarios de los bares notables El Federal (San Telmo), el Margot (Boedo), y el Bar de Cao (San Cristóbal), donde implementaron una exitosa lógica de rescatar y restaurar estos espacios tradicionales.
En el Margot se fundó en 2004 el grupo Baires Popular, un grupo de amigos y personas interesadas en la cultura popular que se reúne los sábados en “la mesa de soñar, para arreglar el mundo”, en las palabras de Leonardo Busquet, el Coordinador Cultural y de Relaciones Institucionales de los cuatro bares. Busquet es, además, locutor de radio, documentalista, periodista, actor, autor, ex director general de la Comisión de Cultura y ex de Prensa de la Legislatura porteña.
“Baires Popular se fundó con la propuesta de promover la cultura popular de Buenos Aires desde presentaciones de libros y ciclos de cine hasta una biblioteca popular”, comenta Busquet, quien es integrante del grupo además de Durán y, casualmente, el poeta Derlis.
Así que cuando la esquina de La Poesía se encontró vacía otra vez, todas las fichas estaban en su lugar para que, esta vez, cayera en manos capacitadas para rescatar su valor patrimonial. Con el aporte de Derlis, Durán y Carro convirtieron el local en un espacio que no deja de sorprender al visitante con su calidez y esplendor: mueblería de madera, adornos y artefactos antiguos (desde la chopera de bronce hasta el piano que data de 1915), una fotogalería con 120 fotos de personajes de las letras argentinas, y placas de bronce en las mesas en reconocimiento a referentes literarios y culturales del bar, como Horacio Ferrer, el arquitecto José María Peña, y el Grupo de los Siete.
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“Pablo es un comerciante con expectativas culturales. Entró aquí y no visualizó una confitería moderna que hubiera desnaturalizado la historia del lugar”, comenta Busquet.
«En cuanto a la inversión no es mucho más costosa que reconvertir algo viejo en moderno”, explica Durán. “Siempre me gustó lo viejo, lo antiguo. De chico disfrutaba al entrar a un viejo almacén o a un bar que guardaba recuerdos”.
Cuesta creer que el local está abierto sólo desde diciembre del año pasado, porque tiene la atmósfera de un bar de esquina que está desde siempre (cada uno de los cuatro bares de Durán y Carro, casualmente, está ubicado en una esquina). Rescatar este emblema de la cultura porteña es parte de lo que motiva tanto a Durán y Carro como a Baires Popular.

Patrimonio de la cultura porteña
“El bar es un escenario de todo la realidad que hay en su barrio”, dice Busquet.
“Cada barrio tiene su denominador común, su idiosincrasia, su propio carácter histórico, su vecindad particular, y cada barrio tenía sus bares indispensables. Esto es algo muy porteño. En mi opinión un bar que no sirve a la parroquia no es un bar verdadero. La tradición de los bares en Buenos Aires tiene una larga historia—era el centro y la referencia indispensable para la vida de un barrio”.

Leonardo Busquet, Coordinador Cultural de los cuatro bares notables

Leonardo Busquet, Coordinador Cultural de los cuatro bares notables

Sin embargo, las últimas décadas en Buenos Aires presenciaron una tendencia a la transformación del tradicional bar de barrio en la confitería moderna tipo pizza-café, con televisores y plantas artificiales, o más recientemente en artefactos culturales rediseñados (y cotizados) para un público extranjero, cual el Café de los Angelitos.
El arquitecto Horacio Spinetto, autor del libro “Cafés de Buenos Aires”, dice que “Los cafés suelen ser verdaderos referentes barriales, forman parte del uso y las costumbres del pueblo porteño, son parte esencial de su historia cotidiana, son parte ineludible del paisaje urbano, de la poesía y de la literatura. El patrimonio cultural tangible e intangible está aquí presente desde siempre y todos los días”.
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Ahora con el impulso de Busquet y Baires Popular, La Poesía está gestionando una nueva movida cultural, en una nueva época. Desde un taller de la palabra dictado los viernes por Ana Silvia Mazia y música de piano en vivo los martes, hasta una entrega de premios de “Los Notables” a personas como Horacio Ferrer, Juan Carlos Gené, Ana María Estekelman, y el arquitecto Peña.
San Telmo podría ser más turístico y menos bohemio que en los ’80, pero sigue siendo un referente de la cultura e historia porteña cuya diversa población se muestra apreciativa del proyecto de Durán y Carro.
“Tenemos una buena concurrencia de porteños y de extranjeros, pero no apostamos a trabajar sólo con el turista”, explica Busquet. “Le abrimos la puerta, es maravilloso que venga, pero no descuidamos a nuestros clientes locales y establecemos una buena relación entre precio y calidad de producto para proteger el bolsillo del lugareño”.
Crear un espacio donde lo comercial, lo cultural y lo social se conjugan no es fácil, pero cuando se logra, se puede vislumbrar una posible solución a la compleja cuestión de preservar el patrimonio y el estilo de vida tradicional de San Telmo sin descartar la posibilidad de construir una estable economía local.
De hecho, es reconfortante saber que uno puede ir hasta el café de la esquina no más para sentir ese matiz de historia colectiva y costumbre cotidiana donde la verdadera cultura del barrio se conserva y se construye.
—Catherine Mariko Black
La Poesía, Chile 502 Tel: 4300-7340

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5 Respuestas

  1. El Russo dice:

    Hola mi nombre es Lucas pero me dicen El Russo soy un pintor de Mar Del Plata y hace al rededor de un mes hice una muestra en la que figuran dos fotos de este bar «la poesía» me gustaría que las vean bueno pasen estamos en contacto

    [email protected]

    http://www.flickr.com/photos/ggorostiagaa/

  2. Nicolás Olivieri dice:

    El café de mi padre, el café donde nací. Se los recomiendo, es un espacio increible, repleto de cultura, arte e historia.

  3. Damian dice:

    Hola, chicos el Domingo fui a tomar un café con un amiga y nos olvidamos en el bar un bolsito de mate con el equipo dentro… quería saber si lo tienen y podrían acercarlo al bar… el bolsito y el equipo tiene un valor afectivo ya que casi lo compramos cuando nos conocimos con ella y lo llevamos a todos lados … el bar es genial, muy rica la comida, el café!! y la atención muy buena.
    Como no uso Face les dejo mi numero y mail por si saben algo… 01150590679, [email protected]
    Desde ya muchas gracias…..

  4. El bar es hermoso y recuerdo que mi padre, escritor y caricaturista visitaba frecuentemente ese bar con amigos y muchas veces de chico me llevaba. Me acuerdo que se quedaba hasta que cerraban. Hoy quise rememorar con mi movía aquellos tiempos de mi infancia y fuimos a visitar ese lugar. Era un día muy caluroso y como no había lugar afuera elegimos uno dentro en la entrada principal no tenía aire y solo tenía ventiladores de techo de los cuales solo andaba uno del medio le comente a la mesera (morocha alta de rulos)si fuera posible que encendiera el que estaba cerca de la puerta de salida que daba a la mesa en la que nos sentamos; lo cual de mala manera accionó unos botonera en la pared. El aparato nunca encendió y la mesera jamás se percató que no jitaba el ventilador. la llame nuevamente y le dije que no funcionaba por lo cual nos llevo al otro lado del bar en el cual había aire acondicionado. Obviamente ese lugar era mucho más agradable y nos sentamos en un lindo lugar con lo cual la mesera nos entregó las carta y le comento en forma despectiva a mi novia si ya estábamos cómodos refiriéndose a mi novia con el calificativo de ¨querida¨ con ademán sobrador; con los cual no nos cayo nada bien a ambos ya que no la conocemos para que tenga semejante confianza ni mucho menos una persona que se supone que trabaja en un lugar donde debe dirigirse a los clientes con respeto. Lo dejamos pasar y le pedimos una picada La Poesía y una cerveza de litro, nos trajo unos platos de palitos y manís y la cerveza. Cuando probamos la cerveza notamos que no estaba fría por lo cual llamamos a la mesera que se había ido a charla y reírse a carcajadas a otra mesa por lo cual tuvimos que llamar a la otra mesera que estaba en el fondo para que venga a atendernos cuando se acercó a otra se dió cuenta y se acerco también. Le comentamos con sumo respeto y cordialmente que la cerveza no estaba fría y que si no es molestia nos la pusiera en un balde con hielo, con lo cual nos dijo que no podían porque no estaban autorizados salvo que fuera champagne. le dijimos que esa cerveza era intomable por lo que contestaros que ellos no podía hacer nada y que todas las cervezas estaban asi. O sea, que no solamente atienden de forma deficiente, si no que también te sirven la cerveza caliente y ni siquiera tiene la delicadeza de ponerla en un balde. Eso es ser miserables!!!!! Obviamente nos levantamos y nos fuimos a otro bar en el cual nos atendieron como remecíamos. Es una lástima un bar tan lindo y prestigioso atendidos por unos miserables ineficientes. Obviamente no recomiendo este bar hasta que por lo menos no cambien de política y de personal. El horario en que fuimos fue a las 00:35 hs el 14/03/2015.

  1. 16 febrero, 2010

    […] de ellos es “La Poesía”, un reducto fundado en la década del 80 por Rubén Derlis, un amante de la…. Como es de suponer, el lugar rinde tributo a los grandes escritores de la Argentina e […]

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