«El Gol de San Telmo», el pub con una pizca deportiva
Nuestro barrio y sus pequeñas curiosidades
Más de cien hojas sueltas de revistas recubren, por completo, la pared de un pequeño local. Cada una de ellas da testimonio de un acontecimiento deportivo que impactó en el país y el mundo, desde 1930 -aproximadamente- hasta la actualidad. Las luces bajas y un televisor que sintoniza imágenes de partidos de fútbol europeo podrían completar el templo perfecto para el amante del deporte.
Pero el local no se dedica a ser una galería, museo o sala convencional de exhibición de hitos de la actividad física. Sino que se trata de un pub-café llamado “El Gol de San Telmo”, un sitio común de reunión entre vecinos y extranjeros para conversar, tomar unos tragos y apreciar -aún más- el paisaje colonial del barrio. Ese lugar de intercambio multicultural se lleva a cabo en Chile 394, enfrente de la estatua a Mafalda.
“Empezamos a barajar nombres de cómo llamar al local. Y a Jorge, un vecino que vive a dos cuadras de aquí, nos dijo un día: San Telmo, la pelota, el botín… y entonces pónganle El Gol de San Telmo”, confiesa Mario Magno, uno de los encargados e impulsores de recrear este ambiente deportivo.
El sueño del pub-café tomó forma cuando instalaron mesas y sillas de madera por dentro y fuera del local, un par de luces decorativas, un equipo de música que recrea un ambiente nocturno y ameno, al colocar una barra de bebidas alcohólicas y no alcohólicas y, sobre todo, cuando los visitantes empezaron a poblar el sitio. Y se cumplió en 2013 cuando, con letras rojas y fluorescentes, empezó a resaltar la leyenda El Gol de San Telmo.
Al principio, Mario intentó darle impronta a su futuro comercio. Allí se le ocurrió agregarle una temática única, algo que lo caracterizara: “Empapelé todas las paredes de revistas y elegí el deporte porque tenía más conocimientos del fútbol que del tango”, afirma.
Vale aclarar que los artículos periodísticos que se exhiben al público, pertenecen a crónicas de las revistas El Mundo Deportivo (de 1954 en adelante) y El Gráfico (desde 1930). Cada papel pegado en la pared la decora ya sea con la pelea de Cassius Clay y Joe Frazie, los triunfos de Guillermo Vilas, el Mundial de Fútbol de 1978 (la foto a Víctor Dell´Aquila, hincha argentino que celebra con sus brazos amputados junto a Ubaldo Fillol), los campeonatos obtenidos por River Plate, Boca Juniors y publicidades de diversas épocas; entre otras cosas.
“No soy coleccionista. Compre casi 400 revistas en lugares que conocía. Me recorrí diferentes barrios que vendían este tipo de revistas argentinas y ahí recorté lo que me interesaba. Así armé la decoración. Fui por puestos en Parque Centenario y Parque Chacabuco y también en la provincia de Buenos Aires”, aclara Mario quien es hincha de Boca. No vive en el barrio, pero pasa casi ocho horas diarias dentro del local. Trabaja junto a su hijo, Marcelo, quien se ocupa de cubrirlo en el turno nocturno y una parte de la madrugada.
Ellos administran su negocio junto a la ayuda del barman, mozos, ayudantes y cocineros, porque no solo preparan tragos sino que sirven minutas (tostados, sándwich, picadas, etc.). El domingo es el día que más se acerca al pub y la cerveza es la bebida más demandada.
Un hombre ilustre del deporte que recorrió El Gol de San Telmo fue Freddy Rincón, reconocido mediocampista colombiano de la década del ´90 que jugó en Real Madrid de España y participó de tres Copa del Mundo de fútbol con su seleccionado. También tuvo la visita del representante de Javier Saviola (futbolista que jugó en River Plate), quién le donó la camiseta Nº 7 que “El Conejo” vistió en el Barcelona de España.
Trofeos, pelotas de fútbol de antaño y suvenires decoran el espíritu deportivo y social de un pequeño local santelmeño, como lo imaginó Mario: “Quise que el local no tenga nada nuevo. Porque lo moderno lo conoce todo el mundo. Las revistas antiguas hicieron que surja el efecto deseado, por ejemplo: viene un colombiano, ve al futbolista Carlos Valderrama retratado y se saca una foto a su lado. Y eso le gusta”.
Texto y foto: Martín Magurno