Ampliación de la Avenida Independencia
Para desarrollar el tema se considera únicamente el tramo correspondiente a San Telmo. En la actualidad, desde la Av. Huergo hasta la Av. 9 de Julio, total 12 cuadras.
La actual Av. Independencia, una de las definidas como radiales, no termina en la Av. 9 de Julio, sino que se prolonga hasta la Av. La Plata y cruza los barrios: San Telmo, Constitución, Monserrat, Balvanera, San Cristóbal, Almagro y Boedo,
Atraviesa avenidas como 9 de Julio, Entre Ríos, Boedo y la mencionada La Plata. Las avenidas paralelas son: Caseros, San Juan, Belgrano, Garay y Rivadavia.
Los períodos históricos elegidos para desarrollar son los mismos que los usados en la Historia de la calle Defensa, a saber:
1) Prehistoria: Hasta la llegada de los españoles (hasta 1536).
En esta etapa obviamente no existían calles. Los habitantes originarios, los Querandíes, seguramente seguían las huellas formadas por el paso constante a través del tiempo. En esa época, desde la actual calle Bolívar hacia el oeste, era pura pampa y se podía transitar, mientras que hacia el este los terrenos eran inundables.
2) Desde la llegada de los españoles hasta el funcionamiento del Puerto Barracas (1774).
Se ve claramente que la calle Independencia estaba a siete cuadras desde la Plaza de Mayo, (en ese entonces, plaza Mayor). Era el límite del casco urbano de la ciudad hacia el sur. Se adentraba en la llanura pampeana y era el llamado “Camino real”.
Llama la atención que Independencia (Concepción en esa época) no tiene los cuatro solares que caracterizan al resto de las manzanas. Suponemos que Juan de Garay no entregaba solares a los fundadores de mayor rango, debido a que eran terrenos que nadie quería. El motivo era que para acceder a ellos y ocuparlos había que cruzar el Arroyo Tercero del Sud, que actuaba como una especie de límite geográfico. A causa de este obstáculo, los vecinos de San Telmo se fueron agrupando alrededor de la incipiente placita San Pedro Telmo -más accesible que la plaza Concepción- y de la Plaza Mayor, incrementándose la población en el barrio.
Cerca del año 1800, los virreyes fueron cambiando sus concepciones urbanísticas pasando a elegir un sentido más europeizante, más bien francés. El deseo de parecerse a las grandes ciudades les inspira la idea de la ampliación, con el anhelo de emular los Campos Elíseos de París. Basta de calles angostas, entonces. Ahora, pensemos en grandes avenidas.
3) Desde la iniciación del funcionamiento del Puerto de Barracas (1774) hasta la Revolución de mayo (1810).
En este período (año 1799) se construye la Casa de Ejercicios Espirituales. Esta construcción nunca fue afectada por el ensanche; se conserva actualmente, claro que con una vereda más angosta. En la actualidad es adyacente a la Av. 9 de Julio más precisamente en Av. Independencia 1190.
Al producirse el ensanche de las calles Independencia y 9 de Julio, desaparecieron la plaza Concepción y su mercado, que había sido uno de los primeros de la colonia.
4) Desde 1810 hasta que se termina el Tramway (1907).
En 1822, Bernardino Rivadavia cambia el nombre de la plaza Concepción, llamándola Plaza Independencia. Su intención era ensanchar la calle desde el Río de la Plata. Solo pudo hacerlo a partir de la Av. Entre Ríos, hacia el oeste y fuera de San Telmo. El sector ensanchado era llamado “Camino de las tunas”. Era el comienzo de un camino rural, límite del poblado y, obviamente, rodeado de tunas.
Un mapa del año 1830 muestra claramente lo que eran la calle Independencia y el barrio de San Telmo en los primeros años de la Revolución de Mayo.
La zona residencial llegaba hasta la calle del Buen Orden (futura Av. 9 de Julio), a cinco cuadras desde la actual Bolívar. Es de suponer que los vecinos propietarios de terrenos a orillas del Arroyo Tercero del Sud tenían los mismos problemas que los de la calle Defensa, en las orillas del zanjón de Granados. Y es probable que hayan recurrido a la idea de los jesuitas de canalizarlos haciendo túneles. O sea que, en esta época, la calle Independencia era transitable desde el Arroyo hacia el oeste.
Con el tiempo, en 1850, Independencia ya estaba adoquinada desde Balcarce hasta Av. La Plata, pero angosta hasta Entre Ríos. La esquina Entre Ríos e Independencia es importante, porque en ella nacen cuatro barrios y por ahí pasaban cuatro líneas de tranvía a caballo.
El “Tramway” iba por la calle Independencia. Ya en el año 1853, la zona urbanizada llegaba hasta la actual Av. San Juan. San Telmo se agrandaba. Desde el año 1882, en la calle Perú, empieza a funcionar una escuela, la Hipólito Vieytes, entre Independencia y Chile.
En el año 1900, en la esquina con Balcarce, en el número 793, funcionaba un restaurante ruso llamado “El Volga” que 70 años después se transforma en la sede del actual Viejo Almacén, una tanguería famosa y emblemática.
Se podía llegar en tranvía y volver también. Todavía están las vías. Se confirma esa idea viendo la película “La Canción de los Barrios” con otro grande, Hugo del Carril. En ese año se inicia la colocación en la calle de los conductores eléctricos para el Troley. Eso significa que a Independencia le llega el tranvía eléctrico.
En 1904, por Ordenanza Municipal, se prohíbe la iniciación de nuevas edificaciones y llega el aviso de la demolición de muchas casas, algunas de las cuales pertenecían al período colonial desde los años 1800.
5) Período del tranvía eléctrico (1907), hasta que se levanta (1963).
En 1900 empiezan las obras necesarias para instalar el tranvía eléctrico que reemplazaría al Tramway, con la colocación de la línea aérea.
Después de varios años circula el tranvía eléctrico a lo largo de toda la calle Independencia, que era en parte avenida y en parte calle angosta. El recorrido era desde la calle Balcarce, llegando hasta la futura Av. 9 de Julio, a siete cuadras de la Plaza de Mayo.
Un detalle: El 8 de mayo de 1952, Independencia cambia de nombre por poco tiempo, pasando a denominarse Eva Duarte de Perón. En 1956, con la llamada Revolución Libertadora (que había prohibido toda mención y símbolo del peronismo) se vuelve a llamar Independencia. La síntesis del período sería: “El capital inglés, el gusto francés y la mano de obra italiana”.
6) Desde 1963 hasta la actualidad.
En la actualidad, al producirse el corrimiento del Rio de La Plata hacia el Este y la ocupación de los terrenos ganados al río, la calle tiene cuatro cuadras más que en su origen.
Fechas que afectan la calle:
- Año 1970. Nace la Reserva Ecológica.
- Año 1971. Después de 34 años se termina la apertura de la Av. 9 de Julio en el límite del tramo de San Telmo o sea hasta Independencia al 1000. El ensanche y las demoliciones previstas se inician en la placita Olazábal.
- Recién en el año 1978 se concreta el ensanche de la calle Independencia. Pasaron 152 años desde la idea de Bernardino Rivadavia y lo hizo el intendente Osvaldo Cacciatore en el llamado proceso militar, durante la presidencia del General Videla.
La Av. Independencia en la actualidad
El comienzo de esta recorrida se inicia en el límite con el flamante barrio de Puerto Madero en la calle Ing. Huergo. (En ese sitio, ahora, está el Paseo del Bajo). El Puente Rosario Vera Peñaloza de ese barrio sirve para pasar por sobre las dársenas y entrar. Es una continuidad de la Av. Independencia.
No se trata de un simple límite geográfico, sino de dos vecindades totalmente diferentes: en San Telmo se cobija el tango y Puerto Madero es como otro mundo, podría decirse único en la Argentina.
Se sigue pasando frente a la Facultad de Ingeniería (UBA) y enfrente la sede de la Cámara Argentina de la Construcción. Las primeras cuadras tienen un indiscutible ambiente de ingeniería, mezclado con el sindicalismo porque ahí nomás está la CGT, en la calle Azopardo.
Cruza Paseo Colón la plazoleta Cnel. Manuel de Olazábal (quien participó en las guerras de la independencia, granadero y amigo de San Martín) y vemos el impactante monumento “Canto al Trabajo” del escultor Rogelio Yrurtia (argentino, el mismo que hizo el monumento a Manuel Dorrego y el Mausoleo de Bernardino Rivadavia en plaza Once, año 1909).
A cuarenta años, todavía quedan marcas de las demoliciones. Como en una foto incompleta del pasado se alcanzan a ver medianeras o espacios que quedaron sobrantes, que en algunos casos se usaron para estacionamiento o simplemente ensancharon la vereda. En otros casos, se hicieron huertas para colegios primarios, como en Independencia y Piedras. Algunas paredes sirvieron de lienzo para la cultura popular, en expresiones artísticas como murales, y también grafitis.
En Independencia 466 se encuentra el imponente edificio Arturo Ravina construido por la Cooperativa El Hogar Obrero y, en la calle Perú, un edificio señorial que debería contar con la protección de una casa histórica: se trata del colegio Hipólito Vieytes, del año 1882.
Cruzar la calle Piedras significa salir de San Telmo e ingresar al barrio Constitución. Un par de cuadras después se llega a la Av. 9 de Julio, donde está la plazoleta Alfonso Castelao (en homenaje al poeta español padre del nacionalismo gallego). Poco quedó de la antigua plaza Concepción colonial donde funcionaba un mercado, solo los palos borrachos.
Cruzando la 9 de Julio se encuentran la Universidad Argentina de la Empresa -UADE- y la estación de servicio Shell, de mayor venta de nafta en la ciudad. En estas y otras similares, vemos expresiones de la “modernidad”.
Pero a lo largo de los años y a pesar de los cambios, El Viejo Almacén, desde 1969, sigue siendo lo emblemático del ensanche, como si fuera un monumento de entrada a la avenida. Allí se conserva lo poco de tango que le queda a Independencia.
A la altura del 4900, Independencia deja de llamarse así para recibir el nombre Juan Bautista Alberdi.
Ensanche de la calle Independencia y calzadas
Bernardino Rivadavia fue quien primero se obsesionó con ensanchar las calles para cambiar el rostro del viejo damero de la colonia española. Fue en 1826, durante su presidencia; pero pasó muchísimo tiempo hasta que esta idea se concretó. Fue un largo proceso que duró 140 años y la calle Independencia fue la última en tener este ensanche, después de Corrientes, Belgrano, 9 de Julio y otras.
El proceso implicaba varias y arduas etapas. Primero, hubo que prohibir la construcción de nuevos edificios. Segundo, evaluar el número y las características de las casas y edificios que había que demoler. En tercer lugar, fijar el monto de las indemnizaciones, lo que más incidía en el atraso de las obras. Cuarto, contemplar el costo social o sea el perjuicio que representaban las demoliciones. Y quinto, trabajar en los aspectos técnicos de la nueva línea de edificación. Un ejemplo de estas dificultades en la actualidad es la demora en la modificación de la calle Perú para transformarla en la Av. Perú, que quedó detenida por las altas indemnizaciones que exigía.
Durante el proceso del ensanche la calle Independencia, como muchas otras, empezó a tener una fisonomía distinta. Al retirarse la línea de edificación porque ya no se permitía hacerlo más allá de cierto límite, se veían veredas más anchas en algunos sitios y en otros permanecían angostas. Era como una línea sinuosa que parecía ir del pasado al futuro, recorriendo la historia de la calle.
En 1904 llega a la ciudad un plan de embellecimiento -de acuerdo al criterio europeo- y, en 1906, se inicia un plan completo de transformación edilicia en la ciudad. En 1950, el Ing. Laura (padre) publica un artículo basado en la hipótesis de que el aumento de la población en la ciudad de Buenos Aires exigiría el ensanche de las calles. Pero la población no aumentó como él presumía.
Entre 1920-1930 se lo llamó el Período de las Avenidas. Los ensanches empezaron a ser prioritarios para los planes de obra pública de la Municipalidad de Buenos Aires. En 1962 se publica el Plan Director, donde se incluyen los ensanches de las avenidas y después de 16 años se concreta el de la calle Independencia. El 30 de junio de 1963 se publica una Ordenanza con el programa de las aperturas de las Avenidas.
El 22 de febrero de 1968, con el fin de estudiar las aperturas, ensanches y rectificaciones de calles y formación de espacios públicos, el Honorable Concejo Deliberante lanza un Plan Vial destinado a regir las trazas de las calles de acuerdo a las necesidades del momento y determina aquellos ensanches, innecesarios. Para ello, fija un orden de prioridades de Aperturas, Ensanches y Rectificaciones. La idea es resolver los problemas de tránsito y se incluyen las calles Independencia, Entre Ríos y Paseo Colón.
Año 1977. Se introduce una inesperada preocupación para los funcionarios de ese momento: el favorecer la circulación por las autopistas y avenidas y la ejecución de los ensanches, implicaban un aumento sideral de la deuda externa a cargo de la Municipalidad. Se pone en evidencia que los ensanches de San Juan, Independencia, Jujuy y 9 de Julio beneficiaron casi exclusivamente la circulación de automóviles.
Año 1978. Por fin se ejecuta el ensanche, formando parte de las obras del Régimen Militar. Con la ampliación de la calle Independencia comienza en Buenos Aires un proceso de transformación y actualización de sus vías de comunicación, transporte y estructuras edilicias. Se toman también otras medidas, como dejar de usar incineradores (por la contaminación), la creación de los rellenos sanitarios y las históricas topadoras para erradicar las “villas miseria”. Este plan tenía al frente al intendente Brig. Osvaldo Cacciatore, quien decía “Se produce consenso a partir de la acción”, en un marco de orden que incluye el Mundial 78 y obras faraónicas propias de una dictadura militar que quiere dejar su sello de grandeza a cualquier costo.
Calzadas
En la actualidad, la Av. Independencia tiene un ancho de 14,80m, gálibo transversal de 1,5%, cordón cuneta de hormigón. El pavimento es de concreto asfáltico en caliente, varias veces fresado y repavimentado con asfalto polimerizado. Cuenta con dársenas de estacionamiento de colectivos de hormigón, señalamiento vertical y horizontal en toda su extensión. Semáforos, onda verde desde Huergo hasta Av. La Plata. Actualmente es una de las avenidas con mejor funcionamiento de la ciudad.
Consideración final
Uno de los objetivos de las aperturas de las calles angostas era vincular las plazas con las avenidas. Actualmente vincula placitas. Los más beneficiados con el ensanche son los autos.
Para entenderlo hay que ver qué intereses se “movieron” con Cacciatore, que abrió las avenidas al estilo “topadora”. El resultado de esta abertura, así como las autopistas, significó mucho sufrimiento para los vecinos de San Telmo, con las expropiaciones y con el dolor de las demoliciones, tanto de viviendas como de los lugares históricos que conservaba. Hoy, Independencia funciona como una de las mejores avenidas de la ciudad, pero sin recuperar el río. Puede decirse que, en algunos aspectos, nada cambió del damero colonial.
Ing. Vial Mario Briski
Autor del libro Historia de la calle Defensa donde se incluye el ensanche de la Av. Independencia.