Anatomía de un movimiento vecinal: Parte II

(continuación de Parte I de Anatomía de un movimiento vecinal: entrevista con Rosario Carvajal de los Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay)

¿Cuál es su postura política?
No somos políticos en el sentido de que no somos partidarios, pero nuestro trabajo es político porque en el momento que tengas una acción planificada con incidencia publica estás haciendo política. Aquí el concepto de la política es muy manipulado y manoseado, porque cuando la gente común se desvincula de la política deja ganar a otros intereses. Queremos que el concepto de la política tenga el significado que tendría que tener, porque este trabajo es político, es planificado, quiere decidir sobre el espacio público y local. Pero claro, tiene que ver con rescatar el concepto y redefinirlo… hay que recuperar la política de los intereses privados y devolverla a la ciudadanía.
Por un lado, los políticos se dan cuenta de que si no conversan con nosotros los castigamos electoralmente. En la última elección hicimos una contra-campaña a un candidato que era pro-inmobiliario y a favor de todos los intereses que nos oponen, y perdió. Por otro lado, tenemos una relación bien directa con tres concejales y tenemos una mesa técnica con el municipio, pero ha sido un camino bien difícil porque la voluntad política no ha cursado en recursos —hay mucha promesa pero poco concreto-.
No hay ningún partido que nos represente, y ahí existe una tensión que tenemos que superar, porque lamentablemente las expresiones de movimientos ciudadanos no tienen representación partidaria. Ninguno de los partidos existentes se mete en los temas que nos interesan —como el ambiental, de higiene, o patrimonial-. Los candidatos que llamamos a los foros no hablan de las cosas que queremos discutir, y siempre sacan los mismos temas, como la seguridad ciudadana y de la necesidad de poner más carabineros. A lo mejor vamos a tener que encontrar algún instrumento electoral para que nuestros intereses estén representados. Esperamos en el futuro tener una manifestación muy política.

Rosario Carvajal con la presidenta chilena Michelle Bachelet. Foto: Agrupación de Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay.

Rosario Carvajal con la presidenta chilena Michelle Bachelet. Foto: Agrupación de Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay.

¿Qué se entiende por la “formación ciudadana” como una de las líneas de acción que mencionó?
Chile se privatizó mucho durante la dictadura. Hoy todo pasa por tener los medios económicos para especializarse o adquirir un título técnico, y esto va en contra de una formación ciudadana de pensamiento crítico. Además, el tema del patrimonio siempre ha sido una discusión de élites, de gente con doctorados que dicen que nosotros los vecinos no sabemos de qué se trata.
Uno de nuestros logros fue sacar el tema del patrimonio de la élite a la calle y afirmar que también es nuestro. El año pasado convocamos a una Escuela de Gestión Patrimonial formada por un equipo interdisciplinario de arqueólogos, antropólogos, dirigentes sociales, funcionarios, especialistas, universitarios y vecinos. Se hizo con una metodología participativa, incentivando un espíritu crítico y tratando de generar discusión y un proceso colectivo de aprendizaje. Ese intercambio fue muy importante, porque se encontraron funcionarios públicos con dirigentes sociales o gente sin formación educativa formal pero que se dedica a oficios tradicionales. El proyecto duró seis meses y fue una suerte de seminario de capacitación donde participaron en total 130 personas.
Nos fue muy bien, y también fue una forma de salir del barrio y explorar otras realidades, porque nos interesa que esto se difunda y que otras organizaciones barriales puedan implementar experiencias como las nuestras. Aprendimos desde cero, nadie nos enseñó cómo hacer, y entonces con estas experiencias tan ricas dijimos que hay que entregarlas a otros grupos para que se sienten incentivados, no para que se replique, porque cada barrio tiene que buscar la forma de acuerda a su realidad y capacidad, pero para que se estimule este tipo de trabajo en general. En ese espíritu estamos armando una red de barrios patrimoniales: la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, que lleva 10 meses y al nivel nacional incluye cerca de 30 organizaciones y instituciones.
Es nuestro sueño crear una red latinoamericana, y ustedes en San Telmo fueron la primera experiencia que tuvimos fuera de Chile. Fue muy motivante encontramos con los mismos problemas y respuestas ahí sin haberlo hablado de antemano. Es súper potente generar lazos con otras organizaciones, otra gente luchando por lo mismo. Nos hace sentir acompañados, que no estamos tan solos, y cada vez que lo contamos y mostramos las fotos de esas calles adoquinadas de San Telmo, es un gran orgullo.

Celebrando la declaración de Zona Típica. Foto: Agrupación de Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay.

Celebrando la declaración de Zona Típica. Foto: Agrupación de Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay.

¿Cuáles son las similitudes y/o diferencias que han visto durante sus visitas a Buenos Aires?
En general vemos que tenemos el mismo problema, el mismo diagnóstico, las mismas salidas: la recuperación de la confianza de la comunidad que hicieron con la Mateada Barrial, el objetivo y la estrategia son los mismos. Cuando leemos El Sol de San Telmo es como leer nuestra revista Bello Barrio.
En este último viaje tuvimos la oportunidad de conocer mejor el contexto nacional y la situación de Argentina. Es alentador, me gusta mucho que haya en Argentina un espíritu crítico y mucha afán de organización. Todavía les queda mucho capital humano del que se puede echar mano. Hay una formación teórica, mucho sujeto crítico y mucha conciencia de la historia de Argentina y de Latinoamérica. Chile, lamentablemente, ha perdido gran parte de esto, desmantelaron las universidades y la educación pública y en eso hay una diferencia abismal; tenemos una juventud muy frívola y apolítica. Los jóvenes ahora no leen, no se informan, están solamente conectados a la televisión.
En Chile se instaló el modelo de la dictadura y lamentablemente el gobierno de Concepción fue una continuación de la dictadura… profundizó el modelo neoliberal, y la desmovilización del ciudadano, sobre todo en los años 90. Ya vamos a cumplir 20 años de democracia ¿para qué? Efectivamente, para seguir teniendo un gobierno de derecha donde todos los medios de comunicación los monopolizan las grandes empresas y no hay espacio para el pensamiento crítico.
En este contexto el trabajo que hemos logrado es titánico y todos los días es una lucha contra la corriente, contra las inmobiliarias, contra el marco legal, contra el gobierno; todo esta armado aquí para que no te puedas organizar, no te puedas mover, no tienes financiamiento, y es desgastador. No sorprende que alguien diga: “bueno, me quedo guardado en mi casa y no hago nada”.

La Escuela de Gestión Patrimonial, región metropolitana, 2009.  Foto: Agrupación de Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay.

La Escuela de Gestión Patrimonial, región metropolitana, 2009. Foto: Agrupación de Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay.

¿Dónde encuentran la energía para seguir?
En la convicción. Cuando tienes la convicción de que luchas por lo justo, siempre podés seguir, porque en definitiva esa convicción se convierte en voluntad. También hay que mantenerla durante el tiempo, ser perseverante, ser paciente, insistir, no rendirse. Muchas organizaciones pierden por no insistir, y las autoridades saben que se quedan ahí en la discusión.

Segunda visita a San Telmo, en el Bar Dorrego, febrero 2010.   Foto: Camilo Carrasco.

Segunda visita a San Telmo, en el Bar Dorrego, febrero 2010. Foto: Camilo Carrasco.

¿Hay alguna lección o aprendizaje importante que valga la pena compartir con la gente involucrada en estos temas?
Este tipo de trabajo tiene que tener una lógica participativa, democrática y un espíritu inclusivo. Es muy importante ganar la confianza del otro. La gente suele buscar un motivo para no unirse, para no sumarse, y siempre es fácil detectar la diferencia del otro, tener desconfianza, decir que el otro quiere hacer un negocio, que quiere aprovecharse, etcétera.
Pero nosotros apuntamos a la inclusión del otro, apostamos por las coincidencias. Esta ha sido nuestra mejor fórmula, y ha permitido que las asambleas logren sus objetivos, que la gente se sienta involucrada, incluida y comprometida. Apostamos a las cosas en común que tenemos, y a no excluir a nadie de la discusión.
La diversidad es muy importante… en cualquier discusión hay que reconocer la diversidad de la comunidad. Eso da riqueza cuando las personas distintas se complementan, dialogan y debaten. Hay debate permanente entre nosotros, pero hay acuerdo y coincidencia entre la gente.
—Catherine Mariko Black


Más información: www.elsitioyungay.cl
www.patrimonionuestro.cl/

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