¿Arquitectura o especulación inmobiliaria?

Mamba1El desafío de intervenir la ciudad

  Propongo un desafío como arquitecta que ama ver arquitectura hecha por arquitectos que son “artistas” y no simples constructores: retomar la esencia del diseño, crear a partir de una idea o un concepto, con un criterio y -principalmente- jugarse por lo que uno hace. Que nos importe dejar la impronta.

Lamentablemente la especulación inmobiliaria nos obliga a generar esa arquitectura sin diseño (o con uno más comercial que creativo), toda igual, repetida a la enésima potencia, con las mismas carpinterías, las mismas rejas, la misma terminación, siempre tratando de obtener la mayor cantidad de metros cuadrados construidos. La consecuencia de esto es desvirtuar la verdadera arquitectura y priorizar la ganancia final, más que la creatividad.

Lo que los arquitectos hacemos al diseñar, es pensar en cada uno de los detalles arquitectónicos y constructivos. Aunamos experiencia técnica (métodos, materiales, reglamentaciones, etc.) con conceptos (espacialidad, volumetría, recorrido, vistas, percepción, experiencias, etc.) para lograr una pieza casi “artística” que pueda ser vivida.  La obra en general y cada uno de los detalles son importantes, ya que son parte del mensaje que el arquitecto quiere transmitir. Tienen intencionalidad.

¿Cómo construir en la ciudad vieja?

 Ahora bien, San Telmo es un barrio antiguo lleno de historia. Lo primero que hay que pensar es la relación con el contexto y generar sinergia entre este y el proyecto. No es una cuestión de alturas o de materiales o de cuánto modificar o no lo original, sino que es una cuestión de “diálogo” con el resto de las construcciones. Luego, se puede intervenir más o menos drásticamente.

Claro que revitalizar requiere de un análisis arquitectónico, previo al diseño. De ese análisis surgirá la idea rectora, que regulará todo el proyecto. El arquitecto puede optar por diferentes maneras de intervenir un edificio antiguo:

-Mostrando la construcción con la pátina que el tiempo le ha impreso, siempre y cuando el edificio no haya sufrido patologías típicas de las construcciones, que deban repararse (humedad, fisuras, desprendimientos, etc.);

-Reconstruyendo los elementos perdidos por el paso del tiempo, diferenciándolos de los originales con nuevos materiales, texturas y colores o,

-Realizando una intervención más “atrevida”, generando un contraste entre lo antiguo y lo nuevo, con construcciones visiblemente actuales con materiales, tecnologías y formas que hoy son posibles de lograr, pero que no se concebían antiguamente.

Es absurdo que en San Telmo sean contados con los dedos de una mano los casos como estos. Aquí se debería revitalizar más que construir de cero, por la sencilla razón que la mayoría de las construcciones son añosas. En vez de demoler, por qué no refaccionar, ampliar y reutilizar.

A modo de ejemplo, la remodelación del Zanjón de Granados (Defensa 755) tiene un poco de cada tipo de intervención descripta. En sectores, por ejemplo, se ha dejado el revoque original pero en otros se lo ha quitado. Los ladrillos se han limpiado y en partes se quitaron y colocaron nuevamente, con un aglomerante más moderno. Así, se ha “reinventado” la pared. Otras piezas “reinventadas” son las rejas, las barandas, las carpinterías, la distribución de los espacios, el mobiliario.

Un buen ejemplo del tercer tipo de intervención fue la remodelación de la Fundación Proa, en el cercano barrio de La Boca (Av. Pedro de Mendoza 1929) y también lo es el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires -MAMBA- (San Juan 350), en el que se ha optado por seguir la “línea” del edificio viejo. Se han respetado alturas de fachadas y el módulo de columnas en la misma secuencia que el original; el zócalo inferior es una “cinta” continua que separa la construcción de la vereda y une, lo mismo que la moldura superior, toda la fachada del edificio. Lo “nuevo” está en equilibrio con el resto, pero es visiblemente diferente a lo original.

Quisiera dar más ejemplos de intervenciones exitosas en el barrio, pero escasean. Algunas, sospecho, fueron hechas por privados y no se conocen. Más allá de cuál sea el tipo de intervención que se haga y siempre y cuando se tenga en cuenta la importancia del valor patrimonial, hay que atreverse.

                                                                                                                            Clara Rosselli

 

También te podría gustar...