Carlos D. Pallarols: la nueva generación de orfebres
Por Catherine Mariko Black.
Al entrar al taller de Carlos Daniel Pallarols, sobre una cuadra tranquila de la Avenida Juan de Garay, una de las primeras cosas que saltan a la vista son las palabras “No hi ha somnis impossibles”, montadas sobre la pared. La frase, que significa “no hay sueños imposibles” viene de Catalunya, lugar de origen (hacia 1750) de esta celebrada familia de orfebres cuya cuarta generación en la Argentina nos recibe cálidamente un día de primavera en San Telmo.
Carlos, 43, es hijo de Juan Carlos Pallarols, cuyo taller mítico queda a pocas cuadras, en la esquina de Humberto Primo y Defensa, con su vista privilegiada de la Plaza Dorrego. Pero a pesar de las similitudes entre los nombres y la cercanía de sus talleres, uno siente inmediatamente las diferencias entre padre e hijo al ingresar en los espacios donde despliegan su oficio tradicional. A diferencia del ambiente antiguo del taller de su padre sobre la Plaza Dorrego, donde las maderas oscuras, molduras y texturas remontan a siglos pasados, el taller de la nueva generación de Pallarols tiene una mezcla de líneas modernas, paredes lisas y luz plateada que ponen en relieve las formas barrocas de las piezas que se están trabajando en el momento o los bocetos de otras obras que ya fueron entregadas.
Sobre la pared opuesta a la consigna catalana y el escudo familiar, están los dibujos en tamaño real de una de las creaciones más importantes que realizó el orfebre: el altar en plata 925 (la aleación de mayor calidad) de la Catedral de Buenos Aires. Mide 3 metros de frente por 1,3 de profundidad y 0.70 de altura, es un ejemplar del talento del artista que lo realizó en 1999 y con solo 30 años de edad, encargado especialmente para el Jubileo de 2000.
“Conmigo somos cuatro las generaciones de mi familia que hemos hecho las obras en la Catedral. Yo iba de chico con mi papá y veía las distintas piezas de mi familia, pero también veía ese altar enorme y blanco, 5 toneladas de mármol travertino, y siempre tenía la fantasía de hacerle una pieza de plata. Incluso un día hasta tomé las medidas. Cuando me llamaron, años después, para decirme que el cardenal me quería encargar la misma obra en plata, y me invitaron a ir a tomar las medidas, les dije que ya las tenía de memoria”, recuerda Pallarols.
Aunque la obra terminada está en la Catedral, se puede apreciar el detalle y la armonía de su diseño en el dibujo enmarcado sobre la pared. Pallarols explica que la orfebrería requiere una destreza con el lápiz tanto como una habilidad con el martillo o el pincel.
“El dibujo es el instrumento principal para que uno pueda expresarse y transmitir la idea de la pieza. Yo no dibujo para mí, dibujo para vos, porque yo ya sé cómo quiero que la obra se vea, pero quiero que la pueda ver de antemano también la persona que la encargó, entonces el rol del dibujo es fundamental”. De hecho, es durante este proceso previo a la formación material de la pieza cuando el talento del orfebre como diseñador se destaca, y Pallarols cuenta que es cuando él está más atento a su cliente, para poder traducir fielmente su deseo al objeto terminado.
“Siento que puedo estar horas con un cliente, hablando sobre muchas cosas que no se tratan de la pieza en sí. Conversamos sobre su familia, su vida, su historia… hasta que llega ese momento en que se relaja completamente, se abre. Ese es el momento más importante para obtener la información que voy a volcar en la pieza, porque las piezas bien hechas contienen el corazón de la persona que las encarga”.
Pallarols compara el trabajo del orfebre con el del poeta, “que tiene que decir mucho pero con pocas palabras”, y también con el escultor, cuya labor es transformar materia cruda en las formas trascendentes del arte. No es sorprendente, entonces, que recuerde entre sus maestros a los escultores Carlos Trotta y Alfredo Bigatti, Raquel Forner y hasta Marta Minujín. “Pero donde más aprendí fue en el taller de mi papá. A los 5 años ya sabía que iba a ser orfebre y podía manejar un martillo mejor que muchos”.
Como su padre, cuenta entre sus clientes grandes personajes: desde el Papa Benedicto XVI y su Alteza Real el Príncipe Carlos de Inglaterra hasta Mercedes Sosa y Shakira. Pero, a diferencia de su padre, tiene la inquietud de llevar la orfebrería a usos y formas más contemporáneos, generando varias líneas de objetos como los pendrive de plata o las fundas para Blackberry que tienen Deepak Chopra y la presidenta Cristina Kirchner.
“Yo entiendo a la orfebrería como una manera de expresarme y quiero que sea un arte actual, no algo que se asocie solamente con un mundo viejo. Cuando hice el altar de la Catedral sentí que esa pieza no me representaba del todo como artista. Empecé a querer crear también obras que tenían que ver con la época en que vivía”.
Es por eso que en su taller, además de los objetos clásicos asociados a la orfebrería de la familia Pallarols (facones, mates, objetos ceremoniales y religiosos) se ven también prendas de alta moda que creó para diseñadores como Francisca Ayala y Jorge Ibáñez, joyería “urbana” con una impronta claramente moderna, y hasta artículos relacionados con la vinicultura.
Esta última Pallarols la describe con evidente gusto, ya que descubrió el mundo del vino relativamente tarde. Fue hace unos pocos años, durante una exposición suya en el Palacio Duhau del Hyatt. Cuenta que, cuando iba al hotel por cuestiones relacionadas a la exposición, pasaba por la cava, donde el sommelier Marcelo Rebolé siempre lo invitaba a tomar una copa.
“Pero como no tomaba vino en ese momento, siempre le pedía soda o agua. Un día, finalmente, me dijo: ‘Carlos, tengo cinco mil botellas de los mejores vinos aquí, no me podés pedir agua’. Descubrió, entonces, el mundo complejo en torno a la confección del vino: “Encontré un gran paralelo entre generar un muy buen vino y generar una muy buena pieza”, explica. Hizo su propia copa de cata, adornada con el dios Baco, y empezó a generar más objetos, desde catadores y decantadores hasta sacacorchos.
“Lo que me desafía es hacer algo diferente, aprender algo nuevo todos los días y no hacer siempre lo mismo. Soy muy inquieto y necesitaría tener días de 48 horas para poder hacer todo lo que quiero. Estoy constantemente generando, y ahora puedo decir que he logrado cierto nivel de madurez en el arte. Tímidamente, estoy poniendo la técnica a mi disposición. La creatividad me dispara por cualquier lado, todo empieza por ser un juego y termina siendo un negocio”.
Hoy día, en sus propias palabras, Pallarols está “en la cresta de la ola”. Con Andrea, su esposa desde hace 24 años, su hijo, y la fuerte raíz de su familia y su barrio histórico respaldándolo, es grato ver un oficio tradicional siguiendo tan vivo y tan apreciado después de siete generaciones y de haber cruzado el Atlántico.
“Yo me enamoro todos los días de una pieza nueva, creo que las obras de plata no tienen que ser estáticas, pueden tener vida, tener uso cotidiano. Trato de ser un artista de esta época”.
Muchas gracias a El Sol de San Telmo y a Catherine Mariko Black pol tan linda nota que me han hecho.
Es tan poco modesto este hombre que hasta el es el único que comenta sus propias notas…?
Estoy en BsAs,momentaneamente ,y pregunto si Ud. tiene un taller donde pueda tomar clases,o iniciarme en su tan bello arte y oficio.Creo tener habilidad para ello.
Descuento desde ya su atenciony saludo afectuosamente,
Marisa.
Estoy viviendo en Moreno y Defensa,muy cerca de Uds.
Sr. Pallarois.
Estoy buscando una pluma de ave, de metal, como las que usaban los escritores del siglo XIX, que se mojaba en tinta.
Conozco sus trabajos y son admirables.
Si puede responderme, le agradeceré.
Soy Rector de Colegio Universitario, tengo 82 años de edad, no estoy jubilado e ejerzo incluso mis cátedras.
Cordialmente.
Dr. Gabriel Pirato Mazza.
Cel. 15-4979-8884
Señor PALLAROLS, tengo un mate de plata nuy bien trabajado a mano ,como podria saber si es de su autoria o de alguien de su familia, es nuy similar salvo el dibujo del mismo, tiene el mismo aguila con las alas desplegadas para arriba, me gustaria mostrarselo como puedo hacer, sin otro particular lo saludo a ud muy atte.
quisera tomar clases de orfebreria para cuchillos criollos.estoy en San Isidro y trabajo en San telmo
gracias