Carnaval: historia y actualidad

Por Clara Rosselli

Como todos los fines de semana del mes de febrero, el carnaval comienza a sentirse en los preparativos para el evento que tendrá lugar esta noche de sábado en la avenida San Juan, entre Tacuarí y Chacabuco. Aquí y allá brillan los atuendos de los trajes de los niños que corren, sus madres cargadas de bolsas con provisiones de todo tipo y que repartirán entre todo el elenco murguense, los muchachos más grandes se encargan del vallado, la tarima y el escenario y la musicalización. Los festejos iniciarán en poco más de una hora.

El corso de la Avenida San Juan en Carnaval 2012. Foto: Ole Gunnar Onsøien

El corso de la Avenida San Juan en Carnaval 2012. Foto: Ole Gunnar Onsøien

Los carnavales son celebraciones que datan desde tiempos inmemoriales y cuyo aspecto más destacado es que son fiestas populares a través de los cuales el pueblo se expresa. Su origen puede remontarse a las fiestas paganas dedicadas al dios del vino, Baco, para los griegos, a las celebraciones saturnales y las lupercales para los romanos o las que realizaban los egipcios en honor del toro Apis. Los carnavales llegan a América traídos por los navegantes españoles y portugueses que desembarcaron en este continente a partir del siglo XV. En el cristianismo son festividades que preceden a la cuaresma, los tres días antes del miércoles de ceniza y representan un periodo de permisividad y descontrol previo al de la abstinencia de las carnestolendas, tiempo de “quitar la carne”.

Con el tiempo, cada pueblo adoptó para sí un significado diferente para las festividades de carnaval según fuese su cultura, su situación social y lo que en ese sentido quisiese comunicar. Para algunos era una fiesta que expresaba el ansia de liberación, para otros era una crítica social o la manera de burlarse de la política, en algunas regiones se mezcló con festividades existentes y se trasformó y adquirió diferentes significados y maneras de celebrarse.

En nuestro país, probablemente los carnavales más conocidos son los de la región mesopotámica, que mezclan el estilo de carnaval brasileño y la Scola do Samba con elementos del candombe. Entre ellos, los más reconocidos son el carnaval de Gualeguaychú, que está entre los cinco mejores carnavales del mundo, y el de Gualeguay, ambos en la provincia de Entre Ríos, por su majestuosidad, cantidad de integrantes y sus corsódromos.

Carnaval en Gualeguaychu. Foto: Engin Kaban por http://routelatinamerica.wordpress.com

Carnaval en Gualeguaychu. Foto: Engin Kaban por http://routelatinamerica.wordpress.com

En el noroeste, las celebraciones de carnaval se mezclan con las antiguas tradiciones indígenas pertenecientes a la civilización andina prehispánica, las cuales tienen como hilo conductor el tema del desentierro y el entierro del diablo de carnaval. El carnavalito, es un estilo folclórico centenario, desarrollado precisamente para estas celebraciones.

En la provincia de La Rioja, La Chaya Riojana es una fiesta ancestral y popular muy ligada al Carnaval. En ella, el Pujllay es el dios del carnaval que nace el sábado anterior al festejo y su entierro tiene lugar el Domingo de Cenizas y se lo representa con un muñeco de trapo de tamaño natural con cabeza canosa. Allí se bailan chayas, chacareras, zambas y demás ritmos folclóricos.

En la ciudad de Buenos Aires y Rosario, se festeja al ritmo del bombo y el platillo, de las murgas porteñas. La mayoría de los barrios tienen su murga.

Carnaval en Buenos Aires

En Buenos Aires y Montevideo, fueron los esclavos negros los que en la época de la colonia tomaron de los criollos la fiesta de carnaval para expresar su ruego de libertad. Así, incorporaron el candombe a estas fiestas estivales. Cada paso de su danza tenía un significado y los movimientos recordaban a las danzas de raíces africanas. Bailaban agazapados o contorsionándose, emulando el castigo que recibían de sus amos. El salto era la intención de liberación. Más adelante, con las oleadas inmigratorias de los albores del mil novecientos, el candombe bonaerense fue mutando y absorbiendo costumbres de las culturas turca, italiana y española y así surgieron  las murgas, caracterizadas por sus cantos de letras “atrevidas” y las comparsas, que tenían más cantidad de bailarines e instrumentos.

Entre las costumbres destacadas del carnaval está la de disfrazarse como una manera de trasgresión o crítica. La gente se viste de animal, de diablo, los negros se vestían con las ropas de sus amos, se usan máscaras para ocultar la identidad e incluso el sexo de la persona que las usa. Otra gran costumbre vigente hasta hace poco en nuestra ciudad, es la de arrojarse agua y otros materiales. Desde los tiempos del virreinato, y hasta muy entrado el 1800, no solo se lanzaba agua desde los balcones, sino también harina, salvado y huevos. Muchas veces se rellenaban las cáscaras de los huevos con agua y se los arrojaban a los transeúntes. Muy recordadas son las “bombitas” de agua y no falta quien no haya recibido un “bombazo” en la calle hasta hace algunos años, antes de que se perdiera la costumbre y se cambiase por el uso de nieve artificial atomizada.

El corso de la Avenida San Juan en Carnaval 2012. Foto: Ole Gunnar Onsøien

El corso de la Avenida San Juan en Carnaval 2012. Foto: Ole Gunnar Onsøien

En los años veinte, la murga comenzó a surgir en los clubes de barrio y luego se extendió por los clubes más grandes. En carnaval, al espectáculo de la murga se sumaron las bandas de jazz, folcklore, tango y música tropical. Las murgas expresan principalmente, pero no necesaria ni condicionalmente, una crítica social y una sátira relacionada con el contexto sociopolítico que se esté viviendo, Pero por esta misma razón es también un espacio de unidad entre el barrio, la comunidad y la familia. En Junio del 76, durante la dictadura militar, se quitaron los feriados de carnaval en un intento de controlar y acotar esa expresión popular. Más tarde, a tiempo con la vuelta de la democracia, las murgas comenzaron a resurgir muy lentamente.

Video de escenas de carnaval en San Telmo 2012 por Lukas Udstuen.

Carnaval en San Telmo 2012

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