CHARLA SOBRE HECTOR GAGLIARDI

Les comento que elegí este poeta porque es alguien entrañable para mí. En el año 1949, yo iba a la escuela, desde las ocho menos veinte de la mañana, hasta las doce y media del mediodía. Cuando volvía a casa (no había televisión), mientras mi madre alistaba el almuerzo, yo ponía la radio y escuchaba a Héctor Gagliardi, con su poesía de lo cotidiano. Una poesía algo ingenua, pero con una alta carga de emoción. Se lo identificó con el lunfardo por su tono orillero, pero no todos sus poemas tenían esa característica.

Héctor Gagliardi nació el 29 de noviembre de 1909, en la calle Lima al 900 -Constitución-, pero vivió casi toda su vida en el barrio San Telmo.

De familia humilde, perdió a su padre a los trece años y debió salir a trabajar. En esa época, no había supermercado, los negocios tomaban mandaderos y él fue uno de ellos. Más tarde, ya mayor, se convirtió en cobrador de una empresa y entabló amistad con Celedonio Flores (autor del tango: “Mano a mano”), que era también cobrador y, a veces, intercambiaban los clientes.

En el año 1930, aproximadamente, empezó a escribir versos. El primero fue:” Medianoche” y, según cuentan, el motivo de su inspiración fue cuando una noche pasó cerca del Hospital Ramos Mejía en compañía de amigos y pensó en los que en ese momento estaban internados allí.

Luego le siguieron: “Claro de Luna”, “Vencido” y “Matrimonio”. Recitaba sus versos en una confitería de la calle Carabelas, con una excelente inflexión de voz. Allí lo escuchó el periodista Tito Martínez del Box, productor del programa de “Jabón Federal” y lo invitó para que lo escucharan los productores de Radio Belgrano. Cuando esto tuvo lugar, estaba muy nervioso, pero emocionó a todos con su poema “Los Reyes Magos” (año 1942, plena Guerra Mundial). Lo cierto es que, a partir de esa entrevista, comenzó a tener un espacio al mediodía para recitar sus versos.

Se hizo popular. Y hay una anécdota, fue a cobrar una cuenta y el dueño tenía una foto de él en la pared. Gagliardi preguntó quién era y con mucho entusiasmo la persona dijo: “Héctor Gagliardi” y él respondió: “Sí, soy yo”. Una señora y el dueño se echaron a reír y no le creyeron,

Lo cierto es que editó sus poemas y tuvo un récord de venta de un millón y medio de ejemplares. Sus libros: “Puñado de emociones”; “Versos de mi ciudad”; “Por las calles del recuerdo”; “Esquema de barrio” y “El sentir de Buenos Aires” tuvieron un gran éxito así como los poemas: “Medianoche”; “Mi perro León”; “La maestra”; “El padre”, se integraron al acervo popular.

Por otra parte, en esa época había servicio militar obligatorio y esto era una preocupación para los jóvenes menores de dieciocho años. Gagliardi escribió un poema: “El Conscripto”, que atendía esa ansiedad. Asimismo, se hizo amigo de Elías Alippi, Ángel Magaña y Roberto Petrone, actores que le ofrecieron trabajar escribiendo libretos en el programa “Mediodía Porteño” donde estaba la orquesta de Francisco Canaro, lo cual se convirtió en un éxito y realizaron una gira por Tucumán y Santiago del Estero, con el elenco de la radio.

Fue gran amigo de Aníbal Troilo y escribió un poema con el nombre: “Pichuco”, que hizo emocionar a Troilo.

Se congratulaba al escuchar, cuando viajaba en colectivo, alguno de sus versos musicalizados. A Gagliardi lo llamaban “El viudo” o “El triste”. Este último apodo se lo pusieron durante la Segunda Guerra Mundial, porque se hacía cargo del sufrimiento que causaba esa tragedia. Y “El viudo” porque perdió a su esposa al poco tiempo de disfrutar con ella su éxito y no quiso volver a casarse.

Falleció en Mar del Plata, de un infarto, a los 74 años el 19 de enero de 1984.

                                                                                               María Isabel Urquiola

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