Cómo cuidar nuestros árboles

Algunos consejos para enfrentar la tala ilegal de este bien de nuestro patrimonio

En agosto del año pasado, surgieron noticias de que se había cortado un plátano centenario sobre la calle Chile, posiblemente por órdenes de los dueños de un restaurante que luego llenó ese espacio de la vereda con sus propias mesas. Y en otras cuadras, como en Humberto Primo al 500, por ejemplo, uno de los árboles plantado por pedido de un vecino también fue cortado ilegalmente.

El plátano talado en la calle Chile en 2008. Foto: Graciela Fernández

El plátano talado en la calle Chile en 2008. Foto: Graciela Fernández

Como vecino, pero más que nada como ciudadano, esto me deja con una sensación de impotencia y la pregunta: “¿y yo qué hago?”. O más bien, “¿hay algo que me ampare para poder actuar?”. La respuesta es: “sí”. Existe la Ley 1556 (CABA) del año 2004, que regula el Arbolado Público Urbano e incluye dos criterios importantes para tener en cuenta:

a- El uso de especies de árboles nativos de Buenos Aires.

b- La participación activa de los vecinos en el manejo del arbolado.

En cuanto al primer criterio, recordemos que no todas las especies son beneficiosas para nuestra ecología. El Eucaliptos, por ejemplo, especie no nativa traída a nuestras tierras en uno de los viajes de Sarmiento, baja las napas de agua. En cuanto al segundo criterio, podemos observar que los vecinos somos el segundo puntal para que nuestros árboles tengan el cuidado que merecen.

Hay un mito que juega en contra a este cuidado: “La poda” (regulada en el Artículo 10 de la Ley 1556). Muchos creen que esto es un beneficio para el árbol, y sí lo es, pero siempre y cuando se haga por un profesional y sea para guiar al árbol en su crecimiento, no para mutilarlo en forma innecesaria. En general, no se deben podar ramas de más de 15 cm. de diámetro.

En cambio “La tala” (mismo artículo de la misma Ley) tiene mayor gravedad salvo en algunas excepciones. Vale la pena mencionar que en el artículo 21 “se crea el Registro de Árboles Históricos y Notables de la Ciudad de Buenos Aires”, dentro del cual figurarn varios de los árboles de San Telmo (incluyendo el plátano de la calle Chile).

Entonces, si un vecino ve a alguien podando un árbol con una motosierra o serrucho sin permiso, lo que hay que hacer es llamar rápidamente a la policía al 101 y pedir que envíe un patrullero con mención a la Ley 1.556. También se puede ir a la Dirección del Arbolado del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, el CGP más próximo o la Defensoría del Pueblo* para denunciar el maltrato a uno de nuestros bienes más preciados del medioambiente. Como siempre, lo mejor es hacer la denuncia en distintos lugares a fin de que se controle mejor. También es importante tomar registro documental ya sea de fotos y/o video de lo que está sucediendo —sobre todo si se está accionando solo.

En mi búsqueda de información, encontré en Internet referencias a la (ex) Asociación Amigos de los Árboles. El e-mail ya no funcionaba, uno de los vecinos se había mudado, otro no atendía, hasta que uno de los contactos me comunicó con Edith, una vecina de Villa del Parque. Ella recomendaba a los vecinos que llamen en el mismo momento a la comisaría más cercana, o al 101, para pedir que envíen un patrullero. También recomendó ir al CGP más próximo, pero es mejor si van varios vecinos y mejor aún si se puede lograr el apoyo de una asociación o institución para darle más peso al trámite.

Al comentarle que en San Telmo se había talado un árbol centenario, me dijo que los que hacían eso eran unos “tontos” porque si hay algo bueno y productivo para atraer al turismo son precisamente los árboles. En su relato sobre árboles talados había coincidencias con comentarios de vecinos de San Telmo: por ejemplo, que los árboles fueron sacados los sábados cuando oficinas de ayuda municipal no están abiertas. Al terminar, Edith deseó mucha suerte para los vecinos de San Telmo y aconsejó que no dejen de juntarse con las diversas instituciones del barrio para lograr más apoyo para proteger el arbolado.

Pensando en todo esto, me pregunto: “¿Qué lleva a descuidar a los árboles, a no protegerlos?”. Quizás aquellos que descuidan los árboles desconozcan sus beneficios; quizás de aquí al futuro la educación ambiental sea otro puntal fundamental. Creo que la mayoría de las veces que alguien lastima a los árboles es por ignorancia. Entonces resalto algunos de sus beneficios:

  • Por el proceso de la fotosíntesis toman el dióxido de carbono y nos devuelven oxígeno. En una ciudad como Buenos Aires y en un lugar tan próximo al microcentro como San Telmo, absorben distintos contaminantes.
  • En el caso de las lluvias, los árboles la amortiguan. Pensemos en las grandes inundaciones que hemos visto y que tienen como origen los grandes desmontes.
  • Nos dan la sombra en esos días crudos del verano en el cual el calor del cemento se hace más duro para el habitante de la ciudad.
  • En el caso de los ruidos, los árboles forman parte de la vegetación que amortigua las ondas sonoras.
  • Revalorizan las propiedades en general, mejoran nuestra calidad de vida y embellecen el paisaje en general.
  • Los árboles son reguladores del clima y uno de los grandes actores ecológicos a cuidar y proteger por los habitantes. Restan intensidad a los vientos y cuando forman bosques son un factor clave de biodiversidad.

Esta es una breve y probablemente incompleta lista de lo que los árboles nos brindan a nosotros, habitantes de un barrio muy cerca al microcentro y constantemente expuestos a la contaminación urbana.

Pero si los vecinos, cada uno dentro de sus posibilidades, se convirtieran en actores de cambio y vigilancia se preservaría más de este patrimonio. En esto debemos reflexionar cuando nos quedamos en la queja: una actitud de compromiso y el hacer cumplir con las leyes nos dará una mejor calidad de vida para todos.

*Datos para realizar una denuncia o buscar información:

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