Construyendo la paz desde la primera infancia

OMEP -Organización Mundial para la Educación Preescolar- es un organismo internacional asociado a la UNESCO, con status consultivo en ella, que nació después de la Segunda Guerra Mundial, tomando la voz de la infancia, para proteger a los chicos huérfanos en Europa y bregar por sus derechos de educación, salud, vivienda, etc.

Es una voz autorizada con relación a los temas de la infancia y a las políticas educativas a largo plazo. Trabaja con escuelas, Fundaciones, ONGs, Ministerios, Municipalidades y otras instituciones, dando una mirada especializada -sin rédito económico- con relación a alguna situación que se produce en la sociedad y que involucra a la niñez.

La Lic. Elvira Milano -Directora del Instituto Integral del Sud desde 1991, institución donde muchos de los vecinos de San Telmo hemos confiado la educación de nuestros hijos y nietos durante la primera infancia- forma parte de su Comisión Directiva y viajará como representante argentina a la Conferencia Mundial que se realizará este año, en Croacia, del 19 al 24 de junio.

El tema que se desarrollará en esa oportunidad y que viene tratándose hace varios años, tiene que ver con la Educación para la Sustentabilidad. O sea conductas que generen arraigo y formen cultura. Son políticas y objetivos a largo plazo, relacionados con la interrelación del ser humano con el medioambiente para mejorar la calidad de vida.

Milano comenta que uno de los ítems a desarrollar para el logro de estas acciones, se refiere a Valores: Cómo difundirlos y ponerlos en práctica, con idea de largo alcance. Basándose en esto, su propuesta es: “Cómo enseñarle a los chicos a solucionar conflictos desde la primera infancia -que alcanza hasta los 8 años- y que marcan sus futuras acciones. Porque uno, lo primero que piensa es que traen de la casa la conducta aprendida, pero si en esta etapa es el adulto el que arbitrariamente resuelve, no les da a los chicos herramientas para que aprendan a solucionar sus conflictos actuales y futuros”; explica.

En cuanto a cómo piensa desarrollar su propuesta en el Congreso de la OMEP, dice: “Con la consigna: Construyendo la paz desde la primera infancia: Estrategias para el aula. Esto se basa en un concepto desarrollado por Mercedes Miniccelli, llamado: Ceremonias mínimas, que se refiere a los momentos importantes que señalan empatía con el otro. Amplío este concepto y lo denomino: Conversaciones mínimas”.

Los mayores tratamos siempre de interceder en las rencillas que suceden entre los niños e imponemos nuestras reglas; no les damos posibilidades para que ellos se ¨arreglen¨ ni tampoco los inducimos a que busquen la solución. Teniendo en cuenta estas conductas adultas, la Lic. Milano abre otra posibilidad: “Frente a una pelea entre dos chicos, donde la maestra nota que no hay puntos de encuentro, los llama, los lleva a un lugar que permita generar un clima de tranquilidad, los invita a sentarse, escucha a uno y a otro y les propone que hablen mirándose a los ojos. Es fundamental rescatar la mirada con el otro, que le cuente al otro lo que le pasa. La maestra los escucha, va induciendo caminos de diálogo: ¨qué te parece, qué te pasó cuando él te dijo…, etc.¨. Entonces, al escucharse ambos, surgen otras cuestiones y quizás el enojo se produjo por otro motivo y no por lo que pasó en ese momento. A veces se resisten, pero cuando esto se hace cotidianamente se sientan y solos se miran, se hablan y resuelven. La maestra lo único que hace es armar un andamiaje, para que el problema lo solucionen entre ellos”.

Y continúa: “La mirada es una ventana al alma. En la mirada se desarman los mecanismos de defensa. Si se realiza desde la sala de dos años lo internalizan y luego ellos mismos se dicen: “Vení, mírame”. Porque es una consigna permanente tanto para las maestras como para los chicos que, cuando hablen, se miren. En la sociedad se perdió la mirada al otro que provoca un compromiso y eso, es una manera de expresarle: No te escucho, te ninguneo”.

La síntesis es que uno da por sentado -como adulto- que el niño trae la conducta de que no se tiene que pelear, que tiene que resolver los conflictos y, en realidad, no sabe cómo hacerlo porque es un chico. Si esto no se internaliza desde la infancia, luego se transforma en algo más complicado para resolver tanto en lo individual como en lo social.

 

Lic. Elvira Milano – Lic. En Gestión Educativa (Universidad de Morón). Técnica en conducción educativa (Instituto La Salle). Profesora de Educación Preescolar (ENS P. Alemandri). Profesora de enseñanza primaria y catequista (Instituto Santa Catalina). Formación continúa en instituciones de capacitación y universidades (Platerillo, CEFCON, UNTREF, UCA, UdeSA). Escribió artículos en diversos temas del nivel inicial (Novedades Educativas y revistas del nivel). Es miembro de Edu1st International Institute, Florida, EEUU, basado en el Proyecto Cero de la Universidad de Harvard. Es asesora institucional y coordinadora de talleres de crianza para padres.

   Texto y foto: Isabel Bláser

 

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