De aprender en Giuffra, a jugar en primera división

Hernán Pereyra, un futbolista que cumplió su sueño

“Nunca desistas de un sueño. Solo trata de ver las señales que te lleven a él”, frase que alguna vez expresó el escritor brasileño Paulo Coelho. Bajo este leitmotiv universal, un chico empezó a construir su sueño con una pelota.

Se trata de Hernán Natalio Pereyra, de 26 años que inició su carrera futbolística a los ocho en el Club Deportivo Giuffra, institución deportiva y de contención social ubicada en la calle Perú 1243 -CABA-. Se puso la camiseta celeste y blanca de los giuffreros (como así apodan a Deportivo Giuffra) en 1998 y jugó allí hasta 2003, cuando tenía 13 años de edad.

Pereyra desarrolló su pasión futbolera con chicos de su misma generación, provenientes de diversos sitios de la zona y con sus respectivas necesidades sociales latentes dentro de la comunidad. Aprendió a desarrollar y fortalecer su técnica de juego, gambetas, velocidad y precisión en los disparos al arco, al mismo tiempo que incorporó valores éticos a su vida ya que esa es una característica que inculca Giuffra a los chicos que pasan por su Institución y que va más allá del deporte.

Durante ese lapso, disputó varios torneos, que le produjeron alegrías y tristezas, pero sobre todo adquirió valores humanos que le permitieron afrontar sus desafíos futuros. Se probó en el Club Atlético Banfield y comenzó su ascenso futbolístico. Su destacada labor en las divisiones inferiores de este club le permitió -parafraseando al escritor Coelho- nunca desistir de su sueño y solo ver las señales que lo llevaran a… primera división del fútbol argentino.

Eso lo cumplió a los 20 años cuando debutó, el 12 de diciembre de 2010, frente a San Lorenzo de Almagro. Fue su única chance, aunque se destacó en Reserva (categoría anterior a primera división) e integró el banco de suplentes en partidos oficiales de Banfield hasta 2012.

De cualquier manera, su trayectoria no concluyó allí porque integró el plantel de dos equipos europeos de la segunda división (Istres, de Francia y Badajoz, de España) y al no tener mayor continuidad futbolística en Europa, pasó al Envigado Fútbol Club y al Deportivo Pasto, ambos de Colombia.

Así, Pereyra consiguió mayor relevancia y sumó más encuentros en cancha. Sin embargo, en el transcurso de su primera estadía en tierras colombianas sufrió la rotura de meniscos, que lo dejó un mes y medio sin tocar una pelota de fútbol. Pero como suele decirse popularmente en momentos complicados, “la vida siempre da revancha” y es por eso, seguramente, que este mediocampista regresó al país y trata de ganarse su lugar en el Club Atlético Acassuso, equipo de la Primera B Metropolitana (dos divisiones anteriores a Primera).

De lo que no hay duda es que Hernán Pereyra cumplió su sueño de jugar en primera división y, seguramente, irá por la revancha.

Martín Magurno.

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