Debate interior
Separar la basura es bueno para todos
Una tarde cualquiera, se encontraron en una esquina de San Telmo el Vecino Pesimista (P) y el Vecino Optimista (O). Esta es la charla que mantuvieron respecto de la separación de residuos, en nuestro querido Barrio:
P: ¡Qué bárbaro, nuestras veredas no dan más de mugre, de bolsas de basura tiradas por ahí y de olor desagradable! ¡La genteno cuida nada, no le importa nada!
O: A mi si me importa y por lo visto a vos también ¿pero alguna vez te preguntante porqué se acumula tanta basura en los contenedores? ¿Cómo es que habiendo 1 o 2 contenedores por cuadra no alcanzan para que podamos poner toda la basura que los vecinos producimos?
P: Y, debe ser porque son pocos los tachos para tanta basura y porque la gente la saca a cualquier hora y porque se mezcla todo…
O: Eso, eso último creo que es la clave. Yo separo la basura hace mucho tiempo. Los plásticos, latas y vidrios por un lado, los papeles y los cartones por el otro y los desechos de frutas y verduras los aprovecho como compost. Eso hace que la basura que saco sea realmente muy poca, apenas dos veces por semana una bolsa chica de supermercado. Los otros “reciclables” los saco una vez al mes en bolsas más grandes. Así no se mezcla todo.
P: Sí se mezcla dentro del mismo contenedor.
O: Pero hay una pequeña diferencia, pequeña lo sé… pero la hay. Cuando las personas que aprovechan lo que hay en los contenedores encuentran estas bolsas con reciclables a mano, pueden separarlas fácilmente sin romper ni desparramar el resto de los residuos. Incluso, si estas ya fueron sacadas de los contenedores, las empresas encargadas de la basura tienen un poco más fácil el trabajo de segregación.
P: ¡Ja, ja! Realmente me haces reír, haces todo ese trabajo para nada o lo que es peor, para simplificar el trabajo de otros.
O: La verdad es que me lleva el mismo tiempo, una vez organizados los tachos hasta es más fácil.
P: Pero no sirve de mucho si todo va a parar al mismo contenedor. Si al menos pusieran los tachos verdes, quizás sería otra cosa.
O: Es verdad, ¡sería genial! Eso también lo estuve pensando, serviría de mucho sobre todo si la gente en su casa separara bien la basura, porque si no estamos en la misma.
P: Es que no hay reglas, no hay quien haga cumplir esas reglas, así la cosa no funciona.
O: Las reglas están, pero sobre todo tiene que ver con entender que cada uno puede aportar desde su propia casa, cambiando algunas rutinas, haciendo que la regla sea parte del día a día y no algo impuesto desde afuera. Entender que esto es lo que cada uno puede hacer, para que todos podamos estar mejor.
P: Sos muy idealista, yo las reglas quiero que las cumpla primero el otro y después vemos. Estoy cansado de ser el primero que hace y después nadie lo sigue.
O: Como todo es un proceso largo, esto lo hago sin mirar quienes más se suman o si los demás “patean en contra”. Esto lo hago porque creo que es posible de a poco generar un cambio.
P: ¿Pero cómo cambiar sin apoyo colectivo?
O: Primero conociendo que se puede hacer. Sé que en la ciudad, al menos en otros barrios, hay tachos verdes. Sería genial que también hubiera acá.
P: El otro día vi algo que se llamaba Punto Verde para llevar los reciclables…
O: ¿Sí? ¿Dónde?
P: En Chacabuco y San Juan.
O: ¡Qué bárbaro! ¿Vamos a ver cómo funciona?
P: Bueno, pero ahora porque después no puedo.
Y cuando llegaron, se enteraron que Punto Verde funciona de miércoles a domingos de 11 a 14:30 y de 15 a 19. Se puede llevar papel, cartón, vidrio, metal, plástico, tetrabrik, telgopor limpios y secos.
O: Es cuestión de probar ¿no? Yo ya voy a empezar a traer acá los reciclables.
P: Me quedé sin excusas… no queda otra que empezar a separar.
O: Y avisar a los vecinos que se sumen. Quizás la próxima charla en la esquina tenga otro olor.
FlorenciaPittaluga-Fabián Rabuffetti- Foto: Damián Sergio