Defensa
“Los cambios del alma de la calle, a lo largo de los años”
Generalmente estos temas se abordan desde lo histórico, pero Mario Briski tuvo la inquietud de enfocarlo desde su profesión de Ingeniero en Vías de Comunicación y Civil. O sea, la observación de la historia de la primera calle de la República, que tiene más de 500 años, desde una mirada diferente.
Fue así que escribió un libro -terminado, pero no publicado- que consta de 70 páginas y divide la historia de la calle Defensa en seis capítulos, en función de la parte vial de la arteria (o sea sus cordones, cunetas, inundaciones, etc.). En él desarrolla los contenidos que investigó y analizó; luego las consideraciones finales, bibliografía, referencias utilizadas y el croquis y los perfiles de la calle a lo largo de su historia. La introducción refiere que es la primera que existió en el país y cada capítulo es acompañado por fotos que lo ilustran, totalizando alrededor de 100.
El primer capítulo se refiere al Camino del Indio o sea cómo era su paisaje antes de la llegada de los españoles. En realidad, no era una calle como la conocemos ahora y, al mismo tiempo como esa historia lejana es difícil de encontrar, permite dar lugar a la imaginación desde la perspectiva actual.
El segundo abarca desde la fundación de Buenos Aires hasta la iniciación del funcionamiento del Puente Barracas Peña sobre el Riachuelo o sea, el período histórico de 1536-1774.
El capítulo tercero va desde 1774 hasta el 25 de Mayo de 1810 o sea todo su proceso antes del primer gobierno patrio.
En cuanto al cuarto comprende desde la Revolución de Mayo hasta 1902, cuando se retira el tranvía a caballo.
El quinto se desarrolla desde la iniciación del tranvía eléctrico hasta que se suprime en 1963.
Y el sexto y último, comprende desde 1963 hasta la actualidad.
Hay que tener en cuenta que la calle Defensa se inicia en Hipólito Yrigoyen, adentrándose en San Telmo hasta la terminación del Parque Lezama -Martín García- y luego continúa -cambiando de nombre- con la Av. Regimiento de Patricios que pasa por Barracas.
Es la historia de sus cambios estructurales, adoquinados, asfaltos, hormigones; cómo y por qué soportaban el paso de las carretas, de los bueyes, de los mateos, de los tranvías a caballo o eléctricos o -también, por qué no- el paso por esa calle de la fiebre amarilla, sus ómnibus, autos, etc. y, ahora, el turismo. Sus distintos tipos de calzada, de tierra, de piedras, de adoquines de madera (tarugos), las vías para el paso del tranvía, el pavimento asfáltico y la calzada de hormigón; las veredas, cordones, cunetas y los desagües.
En el libro el autor cuenta lo que pasa con cada una de estas estructuras y cómo sus cambios son parte de los que existen en los caminos del país, porque la historia de la calle Defensa refleja la historia argentina. Como él dice, “son los cambios del alma de la calle a lo largo de los años”.
También en el trabajo se hace una relación con la estructura técnica del pavimento y el hecho histórico que ocurría. Por ejemplo, el virrey -que tenía mucha influencia de la cultura francesa- a la primera cuadra le hizo colocar un piso similar al que estaba al lado del Museo del Louvre y Juan Manuel de Rosas, por su parte, usaba la calle para hacer carrera de sortijas.
La consideración vial viene de Juan de Garay fundando la ciudad en uno de los lugares más altos -que ellos llamaban “la mecetita”- que empieza a descender después del Museo Histórico Nacional. La fundación se produjo en el Parque Lezama -que, obviamente, no se llamaba así- donde llegaba el agua del Río de la Plata y el Riachuelo, que antes era muy caudaloso. Al ver esa situación, seguramente, pensaron que era mejor trasladarse a lo que ahora es Plaza de Mayo. Por su parte, los indios andaban poco por esa zona porque no podían vivir a orillas del río ya que se inundaba, entonces -aunque pescaban para poder comer- se asentaban en lugares más alejados, pero las caminaban.
En cuanto a las fotos, el autor hizo la elección desde su lectura como Ingeniero Vial y, en ese sentido, el primer capítulo carece de ellas ya que la primera que se conoce data de 1883.
La aparición del tranvía a caballo fue un objetivo comercial que era transportar y vincular a la población con las estaciones del ferrocarril, propiedad de los ingleses y que iba desde la antigua estación central, que luego se quemó (hoy Casa Rosada) hasta Ensenada. Estos vehículos circulaban por la hoy calle Defensa en su extensión, algunos la cruzaban pero no la recorrían y, además, los tranvías a caballo tenían un servicio diferente a los eléctricos.
La calle Defensa fue beneficiada por ese objetivo comercial, porque obligaba a hacer un pavimento de adoquines para que las vías pudieran colocarse y para eso había que hacer un cambio estructural en la calle, ya que no se podían poner directamente sobre la tierra. Eso hacía necesario realizar una excavación previa, para colocar primero los durmientes que era traídos de Santiago del Estero y -sobre ellos- las vías. Luego había que recomponer todo el adoquinado para empalmarlo con esa vía, porque si no quedaba una zanja peligrosa -entre la vía y el adoquinado- para los otros tipos de circulación.
El libro nos describe también que en Defensa y Alsina había, increíblemente, adoquinado de madera. Así es la historia de la calle, desde el punto de vista vial.
Por otra parte, es muy importante lo que pasó en la calle Defensa con relación a la fiebre amarilla, ya que algunos de los motivos de esa tremenda epidemia que tuvo su peor desarrollo en nuestro barrio San Telmo, fueron: la falta de agua corriente, la ausencia de cloacas y la contaminación del ambiente debido a los saladeros que se encontraban en las cercanías. Esa misma contaminación la reproducía la zona de la recova vieja, donde estaban los mercados que abastecían a la población.
En su gobierno, Sarmiento, construyó cloacas y lo necesario para paliar lo más posible la epidemia, pero no empezó por San Telmo sino por los lugares de grandes residencias donde se trasladó la gente más pudiente, como la zona de Barracas o Belgrano. En nuestro barrio dejaron sus casas que fueron tomadas por las familias más pobres, dando lugar a los primeros conventillos.
Mario Briski, en las Consideraciones Finales de su obra, pregunta: ¿Qué calle Defensa queremos? O ¿Qué calle imaginamos desde Plaza de Mayo hasta el Riachuelo? Y propone su visión de que haya una clara diferencia entre la calle Defensa y la Av. Regimiento Patricios. Concretar la idea de terminar con los autos, que haya vidrieras y se ilumine con faroles que sean similares a la época de la Revolución de Mayo hasta la calle Brasil, el retiro de todo lo que sea una expresión fashion del modernismo, colocar nuevamente las vías para que los domingos recorra las calles el tranvía y haya un paseo para chicos, grandes y turistas.
Entre la calle Brasil y Martín García una zona de transición, donde en esas cuatro cuadras -entre el Museo Histórico Nacional y el Parque Lezama- que se pasa de un ancho de 7m a 14m, estén adoquinadas e incluso ese sector podría formar parte de una calle interna del Parque (ya que es una zona de gran valor histórico) y ser un polo de atracción turística, desde donde se iniciaría el recorrido del tranway para llevar pasajeros a Plaza de Mayo y regresar a la noche para incluir actividades tangueras en el Torcuato Tasso o algún sitio similar. En este caso podría autorizarse la entrada de los mateos, con la gente que llegue para bailar tango.
En cuanto a la Av. Regimiento de Patricios dejarla como está, con sus distintas líneas de colectivos, taxis, comercios, bancos, etc. para que los vecinos caminen por sus amplias veredas y rampas e incluir visitas guiadas para estudiantes de ingeniería y arquitectura a edificios emblemáticos como el Alpargatas. Asimismo propone, que desde Plaza de Mayo hasta Pedro de Mendoza sea un área de protección histórica.
“Todo esto es lo que se me ocurre luego de escribir la historia de la primera calle del país, llamada actualmente: Defensa. Y hago notar que está faltando la historia, desde el punto de vista vial, de todas las calles de la ciudad de Buenos Aires”, dice Briski e invita a que el que tenga alguna inquietud en el tema, lo consulte.
Isabel Bláser
FOTOS/FACEBOOK: FOTOS ANTIGUAS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES.