Deportivo Giuffra y sus sueños para 2016
La unión del deporte con los vecinos
El 2015 es parte del pasado. Se despidió a puro fuegos artificiales, celebración y acompañado de un clima caluroso típico del verano. Ahora es tiempo de balance y proyección de nuevos desafíos, que ayuden a generar un bien común en el barrio.
Con la mente puesta en 2016, el Club Deportivo Giuffra también se toma un instante de reflexión, porque representa una parte solidaria del santelmeño. En su predio -ubicado en Perú 1243 (a metros de San Juan)- se ocupan de la distracción deportiva de los ciento veinte chicos que concurren allí y, a su vez, actúan como contención social ante las necesidades existentes en la comunidad.
“El balance del año ha sido bueno pero, sin dudas, podría ser mejor. Fue muy positivo institucionalmente con el reordenamiento de todo el orden jurídico del club”, aclaró Gabriel Santagata, presidente del Deportivo Giuffra. Esto lo dice porque celebraron el convenio definitivo entre la Asociación Civil Sembrando Futuro (que apadrina al predio Giuffra desde 2013) y la Subsecretaría de Deportes de la Ciudad de Buenos Aires, firmado en abril de 2015. Este reconocimiento les permitirá tener la documentación de la institución en regla, ante los organismos estatales.
“Fue importantísimo”, recalcó el presidente, porque gracias a ese convenio el club se incorporó dentro del Registro Único de Instituciones Deportivas (RUID) de la Ciudad de Buenos Aires y podrá contar con beneficios como: acceso a subsidios y tarifas de servicios públicos, asesoramiento legal y contable y hasta la exención del pago de Ingresos Brutos. Todo complementado dentro del programa Clubes de Barrio.
Ese impulso positivo lo aprovecharon para plantear un plan de mejoramiento de las instalaciones del club, que constará de la “construcción y arreglo de los vestuarios, el baño y bufet”. Una cuestión de urgencia que pretenden resolver de inmediato.
Otra novedad que llenó de felicidad a los “giuffreros” ocurrió el 11 de diciembre de 2015. Los chicos podrán jugar al fútbol en días de lluvia, más allá de que el predio no posea techo. Un sueño que se logró por el acuerdo que firmaron entre la mencionada asociación civil Giuffra y el Polideportivo Martina Céspedes. La gente del club podrá tener acceso a las instalaciones del polideportivo -situado en Bolívar 1280- para la práctica deportiva o en las ocasiones que lo requiera. Esta nueva interrelación que se generó servirá para compartir actividades recreativas como Juegoteca y Club de Jóvenes,en ambos lugares. Además, se comprometieron a colaborar mutuamente en obras de infraestructura.
“No se trata de que los chicos se entrenen más o menos, sino que ellos lo pasan realmente mal cuando no vienen al club. Porque -según el caso-, se quedan en su casa o en la calle y este no es el lugar donde deben estar”, reconoció Santagata.
El presidente acentuó -como un logro destacado- el uso del polideportivo, pero reiteró uno de sus sueños a cumplir en 2016: “Queremos colocar el techo”. Con toda la documentación en orden, la comisión directiva volverá a presentar -a partir de enero- el proyecto de techar el Club Giuffra en las oficinas de Corporación Buenos Aires Sur, la Secretaría de Deportes y demás organismos relacionados al tema. “Tener el techo, además, mejorará el clima con los vecinos, que reciben el ruido de las actividades que se hacen aquí. Por eso también es una prioridad”, señaló.
Santagata intentará instalar la discusión del techo ante los funcionarios públicos y para poder hacerlo, su primer paso será lograr la colocación del tinglado en el predio. Una obra que demandaría entre tres a seis meses y cuyos gastos se solventarían mediante actividades solidarias y participación de los socios del club. “Vamos a tratar de conseguir ese techo”, dice confiado. Si lo logran, se complementaría con otro proyecto que desean llevar a cabo: un centro cultural dentro del club. Se trataría de un espacio dedicado a los chicos que quieran desenvolverse en actividades artísticas, culturales y musicales.
No es la única idea a futuro, porque las autoridades de Giuffra discutirán con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires el hecho de convertirse en una de las Sedes de la Colonia Deportiva de Verano 2017. Esta intención se les ocurrió para aprovechar el espacio público y evitar el traslado del vecino hasta el Polideportivo Martín Fierro (Oruro 1300, CABA), una de las sedes que está ubicada a veinticinco cuadras del club.
El deporte también fue una parte significativa de la institución durante 2015. El club tuvo un paso ganador en las competencias organizadas por la Federación de Fútbol Infantil (FEFI): campeones de dos categorías de futsal (fútbol 5) y un título obtenido en baby fútbol (fútbol 6). Además, por primera vez, el equipo senior de fútbol debutó en el Torneo de Veteranos 2015 y culminó en el tercer puesto de la Zona Capital del campeonato. “La verdad que en 2015 nos fue muy bien. Si salís campeón en distintas categorías, hacés que los papás se comprometan más con el club. Es increíble, pero eso ayuda”, advirtió Santagata.
El crecimiento de triunfos se prolongará con el debut competitivo del fútbol femenino en marzo 2016 y la posible inclusión de la práctica de básquetbol, en el polideportivo Martina Céspedes. El Giuffra no solo priorizará el deporte durante el presente año, sino que brindará necesidades básicas emparentadas a la educación y salud de los chicos, como sintetizó su presidente: “No se puede hablar de democracia con el estómago vacío”. Por eso, se enfocarán en un exhaustivo seguimiento de la higiene y nutrición de los giuffreros. Pretenderán llegar a un convenio con un centro de salud del barrio que garantice la atención médica. Al mismo tiempo, retomarán las clases de apoyo con días fijos y no esporádicos, como en 2015.
“Si tenés apoyo escolar con un chico que tuvo merienda, va ser mucho más productivo que con aquel que tiene hambre o está mal nutrido”, sostuvo la máxima autoridad del club. La premisa de la institución se basa en tener sus puertas abiertas todos los días y brindarles contención social a los chicos del barrio, La Boca (en su gran mayoría), Constitución, Barracas, Monserrat y de la villa “Rodrigo Bueno”.
Esa filosofía social del club se trasmitió de generación en generación desde su fundación el 21 de febrero de 1983, por obra de Sergio Seguel. Se lo denominó Deportivo Giuffra en homenaje al pasaje José Modesto Giuffra (situado entre Paseo Colón y Defensa), esa cortada empedrada donde tiempo atrás los chicos jugaban al fútbol y sus padres -preocupados por su seguridad- los derivaron a un espacio de recreación en la calle Perú 1243, más conocido como patio Nº 2 de la Ciudad de Buenos Aires. Y, Antonio “Tito” Vega fue quien hizo realidad el sueño: consiguió la personería jurídica en 1986.
Gabriel Santagata tiene 42 años y formó parte de la primera camada que vistió la camiseta del club durante su niñez y juventud. A pesar de haberse criado en Villa Urquiza, a los seis años de edad se mudó a San Telmo y“nunca me despegué del Giuffra”. Hace seis años es presidente de la institución y, además, participó como arquero del equipo senior en el Torneo de Veteranos.
Deportivo Giuffra ya cumplió 32 años de vida y actualmente posee entre 120 y 150 socios. Se mantiene con las contribuciones de los comerciantes, vecinos y socios del club, el pago de la cuota mínima de la asociación civil que apadrina el predio y las actividades solidarias.
Pero, más allá de lo económico, Gabriel Santagata rescató la pasión que se generó por el club durante 2015: “No sé si tienen que ver con los títulos deportivos, pero es la primera vez que veo tanta buena voluntad y apego con el club. Y puedo decir, sin exagerar, que uno se siente simpatizante y hasta hincha de su club: Deportivo Giuffra”.
Texto: Martín Magurno/Foto: Damián Sergio