EINSTEIN EN SAN TELMO Y MONTSERRAT

El 25 de marzo se cumplen 100 años de la maratónica visita de Albert Einstein a la Argentina, invitado por un grupo de universidades y por instituciones de la colectividad judía porteña.

Durante su viaje en 1925, Albert Einstein permaneció en la Argentina desde el 25 de marzo al 23 de abril y dedicó su tiempo a una intensa agenda, que incluía actividades de carácter científico como actos y agasajos de la comunidad israelita muchas de cuyas instituciones visitó.

Las actividades científicas estuvieron vinculadas a la importancia que las élites académicas daban a su presencia personal para contribuir a la difusión de la Teoría de la Relatividad, mientras que las actividades vinculadas a la comunidad israelita estaban asociadas al propósito de lograr el reconocimiento y la valorización de la cultura y el pensamiento israelí en la sociedad tradicional, una actitud, por otra parte, común a todas las colectividades inmigrantes de la época.

Einstein, la comunidad sefardita y el templo Bet-El

Localizado en la calle Piedras 1164, construido por el arquitecto de origen italiano Jorge Tartaglia e inaugurado en el año 1919, fue considerado en su momento como el más suntuoso de Sudamérica y su nombre se traduce por “Casa de Dios”. Allí se congregaba la sinagoga de la comunidad sefaradí de Buenos Aires y estuvo profundamente vinculada a la comunidad de judíos marroquíes que, a partir de finales del siglo XIX, se instalaron en San Telmo. Desde 1891 hasta el presente se identifica con ACILBA, la Asociación Comunidad Israelita Latina de Buenos Aires (Ver “El Sol de San Telmo” https://www.elsoldesantelmo.com.ar/san-telmo-mezcla-de-creencias-ademas-de-razas/).

Si bien no parecen existir pruebas concretas de que haya estado en la sinagoga (a pesar de que en algunos lugares de Internet se lo dé por hecho), es interesante señalar la importancia de la inclusión de la comunidad sefaradí entre las que tuvieron relación con Einstein, como muestra del espíritu universalista y conciliador del científico. Esta comunidad, por su origen “oriental”, era poco apreciada por los judíos “occidentales” que, encabezados por la Asociación Hebraica (luego Sociedad Hebraica), representaban la élite intelectual de la comunidad, mientras los sefaradíes pertenecían mayormente a la clase obrera que había ido instalándose en San Telmo desde fines del siglo XIX. En su obra “Einstein y la Comunidad Judía Argentina”, Alejandro Dujovne (Dujovne, A. -2014-. Einstein y la Comunidad Judía Argentina. Publicado por Editorial Biblos.

https://hebraica.org.ar/articulo/el-hombre-mas-genial-de-nuestro-tiempo-nos-visita-einstein-y-la-comunidad-judia-argentina/) hace referencia a una hiriente frase al respecto publicada en el diario Mundo Israelita el 28 de marzo de 1925, en la que -con motivo de una reunión que había mantenido Einstein con miembros de la colectividad y directores de los periódicos de la misma- se alude al director del periódico sefardita local como “el sefardiota” que “convoca a sus cófrades del rito español para organizar al eximio físico un homenaje separado, esencialmente medioeval”, en referencia a la invitación que se le hiciera a visitar la sinagoga Bet-El.

Si bien podría considerarse que Einstein estaba más cerca de la concepción sionista y que, en el ámbito de la comunidad judía quienes habían contribuido a financiar su visita eran parte del sector más encumbrado de la colectividad (su anfitrión, Bruno John Wassermann, era un exitoso importador) no por eso desdeñó relacionarse y visitar al resto de las comunidades judías de Buenos Aires. Valorizó incluso el uso del idish, si bien su convicción era que el hebreo debía ser la lengua universal de los judíos.

Einstein en la Manzana de las Luces

La vertiente académica de la visita se centró fundamentalmente en las conferencias que dictó en la Manzana de las Luces, la mayoría de ellas en el Aula Magna del Colegio Nacional de Buenos Aires que, debe señalarse, en esa época ya dependía de la Universidad.

En esas conferencias Einstein abordó diversos aspectos de la Física en relación con la Teoría de la Relatividad y de cómo esta modificaba las interpretaciones tradicionales de parámetros como la gravedad, el tiempo y el concepto de espacio.

En su primera presentación, en la Manzana de las Luces el día 26 de marzo, una breve charla que ofreció por la tarde, luego de ser presentado por el rector, señaló que la teoría gravitacional de Newton debía ser reemplazada por otra más avanzada que explicara los hechos y evidencias que aquélla no podía explicar. Destacamos este comentario de Einstein por su valor epistemológico, en cuanto el mismo expresa claramente que el progreso de la Ciencia está basado en el reemplazo sucesivo de unas teorías por otras en cuanto las más recientes explican mejor la naturaleza que sus predecesoras. Y puede agregarse que es la posibilidad de contar con mejores instrumentos y tecnologías para el estudio de los fenómenos de la naturaleza, lo que permite incorporar cada vez más detalle y exactitud a las observaciones y encontrar los puntos débiles de las teorías que constituyen los paradigmas científicos de cada período histórico.

Una característica interesante de la agenda de actividades de Einstein es que los sábados desarrolla intensas actividades. Es así que el 28 de marzo dicta su primera conferencia, a las que siguen la del 30 y las del 1°, el 6, el 15, el 17 y el 20 de abril. A estas conferencias dictadas en el Colegio Nacional de Buenos Aires (aunque parece que alguna fue dictada en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas, en el edificio hoy demolido que ocupaba el sector central de la cuadra de Perú entre Alsina y Moreno), se suman otras brindadas en otros ámbitos de la capital, en La Plata y en Córdoba.

Einstein reconoce, en su diario íntimo, que la visita a la Argentina fue extremadamente cansadora y si bien en sus expresiones públicas no lo deja trascender, queda algo desilusionado con respecto a sus colegas científicos que, salvo muy pocas excepciones, no estaban a la altura del visitante.

La presencia de Einstein en el barrio tiene un final festivo. La cena de despedida fue organizada por el Centro de Estudiantes de Ingeniería y se realizó en la sede de la Asociación Cristiana de Jóvenes (en ese momento en la calle Paseo Colón al 200). Luego de la cena hubo batalla de panes y se relata que Einstein recibió algún impacto y hasta llegó a lanzar algún migoso proyectil. El broche de oro fue que se le propuso que tocara el violín y accedió. Uno de los estudiantes trajo precipitadamente un instrumento de su casa y todos pudieron disfrutar de una versión poco conocida del físico: su afición por la música.

El Complejo Histórico y Cultural de la Manzana de las Luces, en asociación con otras instituciones ha organizado la muestra “Einstein en la Manzana de las Luces” cuyo objetivo es recordar la visita del científico al cumplirse su centenario. La muestra, con entrada libre y gratuita, se inaugurará el jueves 20 de marzo a las 17 horas, en la sede del Complejo -Perú 272, CABA- y estará abierta al público de miércoles a domingo desde las 11 a las 18 horas hasta fines de mayo/2025.

                                                                       José Selles-Martinez

Caricatura realizada por Diógenes Taborda y publicada en el diario Crítica del 24 de marzo de 1925. https://fkukso.com/post/114585651660/el-día-que-Einstein-casi-fue-argentino.
Einstein dictando una de sus conferencias en el Aula Magna del Colegio Nacional de Buenos Aires. https://archivo.mundou.edu.ar/galeria/26.
Foto actual de la Sinagoga Bet-El, fundada en el año 1919 – Piedras 1164, San Telmo, CABA-.

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