El aporte del pueblo vasco a nuestra sociedad

vascoUna teoría un tanto extraña que hemos escuchado, reza que: “El pueblo vasco es tan libre que sus hombres eligen donde nacer”. Es así como resulta posible encontrar personas como Jon (Juan en vasco) uno de esos hombres vascos que decidió nacer en Argentina y quien con su amor a este pueblo, a su gente, a su historia, nos lleva a conocer a uno de los Centros Vascos de Buenos Aires. Y nos presenta a Shanti, un profesor de Euskera, que llegó a nuestra ciudad -hace dos años- desde el pueblo de Orio (provincia de Gipuzkoa).

Juntos nos cuentan sobre Euskal Herria, golfo de Bizkaia del mar Cantábrico, una nación sin estado que tiene siete provincias, cuatro en territorio español y tres en territorio francés. En extensión es, aproximadamente, tan grande como la provincia de Tucumán. “Los vascos son gente de una gran tenacidad, perseverancia y palabra”, nos cuenta Shanti y en su historia han sido excelentes navegantes y genios ganaderos. Lo que nos hace empezar a entender acerca de su llegada y su desarrollo en nuestro país.

Un análisis realizado en base a los apellidos vascos en Argentina estima que existen cuatro millones de personas, entre nativos y descendientes, que viven en Argentina; un millón más de los que habitan hoy suelo vasco.

 Juan de Garay, fundador de la ciudad de Buenos Aires, era de origen vasco. Hubo dos grandes corrientes inmigratorias de vascos hacia nuestro territorio, la primera a fines del siglo XIX luego de la Guerra Carlista y la otra tuvo lugar al terminar la Guerra Civil española. El triunfador régimen franquista, persiguió a los vascos que lucharon contra el fascismo y prohibió su lengua (hablarla y escribirla), lo que envió a miles de ellos al exilio, en su mayoría hombres independentistas.

Surgen entonces los Centros vascos que, en sus inicios, eran «Asociaciones de Socorro Mutuo» y funcionaban como lugar de apoyo y ayuda al inmigrante de ese origen. Luego de la segunda corriente importante, los Centros comenzaron a politizarse y adquirieron el principal objetivo de preservar la cultura y la lengua vasca. Euskaltzaleak, es el nombre del que funciona hoy en nuestro barrio y significa -en euskera- «amante del idioma vasco». Fue fundado en 1944 y su sede ubicada en la calle Bernardo de Irigoyen 826, abrió sus puertas en el 2012.

Su principal objetivo es la difusión y enseñanza del euskera, pero es también un lugar de encuentro. Allí se juntan hijos, nietos de vascos, gente del barrio y se va acercando también la nueva generación de jóvenes que la crisis actual europea, tristemente, está enviando al exilio.

Las actividades del centro son: Clases de Euskera presenciales; Curso de Idioma y Cultura a distancia; Sesiones de Conversación; Curso de Bailes Típicos; Curso de Instrumentos Autóctonos como la alboka (viento), trikitixa (un tipo de acordeón) y pandero (percusión) y Taller de Joyería Conceptual Vasca. Todos de un costo muy accesible.

Otras actividades interesantes son los ciclos de cine y charlas que se hacen dos veces al mes, viernes por medio, por la tarde. Luego de ellas los participantes se quedan a charlar y compartir comidas típicas -riquísimas- que cocina Sylvia con una “mano especial”.

Hace poco se realizó en el barrio un Triki-Poteo, que es una fiesta vasca donde la gente sale por las calles -de bar en bar- tocando instrumentos típicos. El próximo será en marzo y podremos enterarnos a través de la página de FaceBook: Baires  Euskaltzaleak.

Euskaltzaleak nos invita a participar, de sus talleres, de sus reuniones y a intercambiar historias, música y cultura. Al que se sienta curioso y con ganas, el contacto es el siguiente: www.euskaltzaleak.org.ar[email protected]

                                                                                                   Cecilia Calderón

 

 

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